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Peru S. Gamarra/Bilbao, Bizkaia. Algunas cosas engrandecen al Athletic. No sólo las deportivas, sino también las que se dan fuera del estadio. Ambas son igual de importantes pero, en algunas ocasiones, parece que las segundas se olvidan más fácilmente. Un equipo de fútbol es mucho más que once futbolistas con la misma camiseta. Hay parte de sentimiento, amor, sufrimiento... Son detalles difíciles de explicar, pero que se sabe que están ahí. Cualquier forofo sabe lo que es sentir la pasión, pero la cosa cambia si se habla del club de Ibaigane. Es capaz de llenar su campo al margen de lo que esté en juego. El Athletic es así. Un rojiblanco nunca tiene vacaciones.

Pero, ¿cómo se explica todo esto? Eso es lo que Mariann Vaczi se pregunta. Esta joven húngara de 32 años, nacida en Budapest, trata de analizar este fenómeno en una tesis doctoral. Su objetivo es explicar cómo un simple club es capaz de movilizar 35.000 personas cada fin de semana. Culminó los estudios de Antropología en su país natal y es allí donde le surgió la idea de elegir el tema. «Estábamos tomando unas cervezas por Budapest cuando les comenté a mis amigos que no sabía qué tesis iba a hacer. Fue entonces cuando un colega filósofo me habló sobre un equipo de fútbol que sólo jugaba con jugadores de la tierra y que llevaba defendiendo esa filosofía más de cien años sin descender de categoría. Me quedé impresionada». Por aquel entonces estudiaba en Reno, Nevada (EE UU), donde conoció el Center for Basque Studies. Se trata de un departamento de esa institución que promueve investigaciones relacionadas con la cultura vasca. Vaczi propuso su idea en Reno, se la aceptaron y logró financiarla con una beca de una universidad húngara.

Lo primero que hizo fue viajar a Bilbao. «He llegado hace un par de semanas y me quedaré más de un año aquí. Es un fenómeno muy curioso pero difícil de explicar. El Athletic refleja una identidad vasca y es algo que forma parte de la cultura. Además, lo que no deja de llamarme la atención es lo de la filosofía. Es algo complicado de cambiar. Está muy metido. Pero esto no sólo resalta aquí. Mucha gente de diferentes lugares siguen al Athletic simplemente porque juega con jugadores vascos o de su cantera», explica.

La final de Copa

Asombra el conocimiento y la cantidad de información que maneja. «Es la manera de trabajar que tiene este club lo que le hace único. Se nutre de canteranos y la labor que se hace desde abajo pocos equipos son capaces de hacerlo. Me encantaría hablar con los más jóvenes para que me cuenten su punto de vista». Pero su tesis va más allá. «Es increíble ver a críos sintiendo lo que sienten. ¿Cómo es posible que algo que no es más que un juego pueda influir tanto en la gente? Eso es lo que trato de explicar. Llegas aquí y cantidad de cosas se mueven en torno al club. Me parece asombroso», aclara en un perfecto inglés.

No es la primera vez que Vaczi vive de cerca el fenómeno Athletic. Conoció la final de Copa en Valencia. Eso sí, desde Bilbao. Quedó enamorada. «Estaba todo a reventar. No pude ni entrar en San Mamés y me tuve que conformar con verlo en un bar. Ningún equipo que yo conozco es capaz de animar así aún perdiendo 4-1. ¡Cantidad de gente pidió un rato libre en su trabajo para poder ver el encuentro! ¿Dónde pasa algo así?», comenta. El fútbol, sin embargo, no se entiende sin su peculiar ritual. Quedar con 'la cuadrilla', acudir todos en masa al campo o comerse el bocata en el descanso es algo indispensable para disfrutar del espectáculo. «Quiero conocer todas las costumbres. El poteo es algo que tengo que explorar», dice entre risas.

(publicado el 13-02-2010 en el Canal Athletic de El Correo)