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Kukuxumusu, fábrica de dibujos; el inicio fue vender camisetas detrás de un puesto ambulante en Sanfermines y 16 años más tarde su ropa y diseños se dejan ver en medio mundo (en Deia)

10/02/2005

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Ana Ramos/Iruña-Pamplona. Se limitaron a contradecir todos los consejos de los manuales de creación de marcas y decidieron que la suya iba a llamarse Kukuxumusu, un nombre tan difícil de pronunciar, como de olvidar. Acertaron, aunque, al principio, no pocos pensaron lo contrario.

Corría el año 1989, cuando un diseñador industrial inquieto (Koldo Aiestaran), un economista aburrido de su terminal de caja de ahorros (Gonzalo Domínguez de Bidaurreta) y un dibujante incapaz de abandonar la expresividad del trazo infantil (Mikel Urmeneta) aunaron esfuerzos e iniciaron una aventura empresarial con licencia de vendedores ambulantes. Era 6 de julio, el txupinazo de San Fermín acababa de explotar y el producto se le fue de las manos. Tenían veintitantos años y poco podían imaginar que, poco más de década y media después, sus dibujos iban a estar revoloteando por media Europa.

«Nacimos en San Fermín con idea de sacarnos unas pelas para kalimotxo y pasar las fiestas y cambiar el panorama de camisetas "casposas" de los encierros, con toros en blanco y negro. No teníamos ni idea, pero nos lanzamos, sin un plan de marketing ni nada por el estilo», recuerda Koldo Aiestaran que hoy ha asumido las tareas de «responsabilidad» de la empresa.

Aunque de las 5.000 unidades de la primera tirada se tuvieron que comer la mitad, algunos, en un alarde de clarividencia e intuición, lucieron aquellas camisetas pioneras con cornadas imaginarias, agujeros reales y rastros de sangre (pintada, claro está). Koldo, hace balance, y asegura: «Nunca pensé que creceríamos de esta forma y que llegaríamos a ser lo que Kukuxumusu es actualmente».

Mikel Urmeneta, dibujante, disiente: «Casi desde el primer año teníamos absoluta seguridad de que íbamos a funcionar. Al ser un producto tan visual parece que estamos en todas partes, pero el crecimiento ha sido muy lento y llevamos ya casi 17 años».

La empresa vende actualmente más de un millón de camisetas al año y sus productos están presentes en unos 80 países. A pesar del éxito Urmeneta señala que «tratamos de enrollarnos atendiendo a la gente porque sabemos cómo empezamos y el poco caso que nos hicieron. Intentamos contestar a todos los mensajes que llegan por internet y escuchar a todo el que viene a la empresa, ya sea un niño de once años o un anciano de 80, detalles que, aunque de primeras parecen tontos, son una parte importante para haber creado marca».

Las instalaciones de Kukuxumusu, en Iruñea, se ubican en una antigua fábrica de sedas en el barrio de La Rochapea. Allí, casi 60 empleados comparten 3.000 m2 de lo que parece haberse convertido en una recreación de su particular mundo imaginario poblado por vacas y ovejas. Aunque, evidentemente, cada trabajador puede decorar su oficina como quiere, la mayoría parece contagiado del "espíritu Kukuxumusu" y las alfombrillas del ratón, los salvapantallas del ordenador, portafotos, lápices y cuadernos de la marca han invadido el espacio y, eso que ni se los regalan, ni les aleccionan, todo responde a pura motivación personal. Sólo en el almacén, carteles de Fangoria, Madonna, Kim Basinger y Angelina Jolie parecen haber ganado la partida a los toros azules.

Todos sonríen, tanto, que parece sospechoso, pero Mikel, confirma: «El buen rollo es total, no es apariencia», pero reflexiona: «Hay problemas, como en cualquier otra empresa, pero encima es más doloroso, porque si pasa algo ocurre con un amigo». Y aunque tanto a Koldo como a Mikel les pese, en realidad, son los jefes pero, ambos afirman: «Tenemos la impresión de estar entre colegas. No nos consideramos jefes, aunque seamos socios, o fundadores, o lo que quieras, cuando a alguien se le escapa lo de jefe, da como rabia, no tenemos esa visión en la cabeza».

Sus trazos infantiles, nacidos con la única finalidad de hacer reír, «no queremos criticar, ni aleccionar, sino que cada uno haga su lectura», comparten otra característica: No olvidar de dónde proceden. «San Fermín o Euskal Herria son cosas que nos han unido a los socios y a muchas gentes de la empresa. Las referencias a nuestra cultura y el cuidado por el euskera es una de nuestras particularidades que procuramos que siempre esté presente en nuestros diseños », señala Aiestaran.

Y para que ese hacer reír tenga respuesta, lo primero, empezar por ellos mismos, de ahí que uno de sus dibujos emblemáticos, «nuestro autorretrato», represente «una caca plagada de moscas», con el lema "Kakaxumusu. The shit factory". «Desde el momento en que nos reímos de nosotros mismos, es muy complicado que te critiquen», asevera Urmeneta tratando de recordar algún amigo al que no le guste su producto.

De hecho, pronto comprobaron que muchos compartían su modo de dibujar la vida. Un año después del nacimiento de Kukuxumusu, un cartel de Mikel Urmeneta fue elegido para anunciar las fiestas de San Fermín, ganó también el de los Festivales de Navarra y el de Jóvenes Artistas del Ayuntamiento de Iruñea. Los reconocimientos ya no pararon: en 1991 el del Baztandarren Biltzarra, en 1995 los carteles de turismo de Gobierno vasco y siete años después los diseños de la Fábrica de Dibujos fueron el logotipo del Mundial de Pelota, del maratón de Nueva York o las camisetas del Open Usa de Tenis.

De nuevo en casa, repitiendo éxito, dibujaron el cartel oficial de San Fermín 2004 y, hace algo menos de un mes, recogieron el Premio Sabino Arana en la categoría de economía, como «todo un ejemplo de empresa vasca emprendedora e innovadora que, en un mundo globalizado, ha conseguido sus productos sean conocidos en los cinco continentes».

Es tan grande el éxito, que además de la publicidad gratuita que figuras como Spike Lee o Harrison Ford les han hecho luciendo sus camisetas, los plagiadores tampoco se han quedado a la zaga: «Tenemos un abogado que está todo el día con estos asuntos. La última falsificación ha sido en Grecia, donde nos han fusilado unos veinte diseños y además se han registrado con un nombre que suena a algo así como "shumukuko", es una pasada», cuenta Mikel sin perder la sonrisa.

Junto a los plagios, otros han querido llevar Kukuxumusu para siempre y sus dibujos, además de en objetos y prendas, lucen ya en gran número de pieles tatuadas que algunos, incluso, han querido exclusivizar. «Dos o tres personas nos han pedido diseños exclusivos y se los hemos hecho. Hace mucha ilusión, la verdad».

Aunque si es por ilusión, lo que realmente les llena de orgullo es «estar en un paraje perdido del mundo, descansando de tanta vaca y tanto cuerno y, de repente, ver aparecer a alguien que te saluda "hello", y ¡que lleva una camiseta Kukuxumusu! Eso sí que es de alucinar».

Y, sobre todo, en Kukuxumusu no se felicita la navidad, se felicitan los sanfermines, y por eso han hecho de la fiesta su "tarjeta de visita" en www.sanfermin.com, además de crear la guía sanfermin.com/guia, ya que, al fin y al cabo, unos kalimotxos fueron los "culpables".

(publicado el 10-02-2005 en Deia)


«Casi nunca visto nuestras camisetas, al estar todo el día entre ubres necesitas airearte»

[Mikel Urmeneta Hasta hace cinco años de sus lápices salían unos 500 dibujos al año, aunque ahora cuenta con la ayuda de otros dos dibujantes]

A. R./IruñaPamplona. Corría 1989 cuando Mikel Urmeneta tuvo (aunque no sólo) la rocambolesca idea --en principio-- de crear Kukuxumusu. Hoy, superados ya los 40 suma innumerables premios y reparte su tiempo como director creativo de la Fábrica de Dibujos y «la fiesta, los amigos, los viajes y la fotografía», por este orden, sin que quede muy claro cómo logra desenvolverse con éxito en tantas latitudes. Hasta hace 5 años todos los dibujos de Kukuxumusu salían de sus lápices, aunque ahora cuenta con la ayuda de Asisko Urmeneta y Txema Sanz.

No me lo explico, ¿tres dibujantes crean todos los diseños de Kukuxumusu?

Hasta hace cinco años yo hacía el 99% de los dibujos, pero a medida que fuimos creciendo hice un par de fichajes. Mi hermano Asisko y Txema, un chico de Iruñea, se prostituyeron a mi estilo de dibujo (risas). Yo les doy las pautas para que las colecciones sean homogéneas. Ni demasiado ñoñas, ni pijas, ni "heavys"... hasta unos 500 dibujos al año.

A más crecimiento, más diseños, ¿peligra la inspiración?

Que va, ni siquiera es imaginación, es meterse en el mundo de Kukuxumusu: reírte de todo empezando por nosotros mismos. Tenemos muchas más ideas escritas o abocetadas de las que podríamos dibujar en años.

Todo el día rodeados de vacas, y ovejas, ¿llega a aburrir?

Pues sí la verdad. Apenas llevo camisetas Kukuxumusu y las que tengo, nunca con mis dibujos. Al estar todo el día metido entre ubres, necesitas airearte.

Comenzaron vendiendo camisetas en San Fermín para sacar pasta para kalimotxo...

Y seguimos bebiéndolo... (risas)

De ahí a la expansión mundial, ¿no están alucinados?

No. Parece que hemos crecido muy rápido, pero llevamos ya 17 años. Las primeras colecciones las vendimos por amigos, arriesgándonos a producirlas. Si no se vendían, se devolvían. Ha sido muy lento y te acostumbras... es como hacerte viejo, hasta que no ves una foto no te das cuenta de lo horrible que eres (risas).

¿El éxito se les ha subido a la cabeza?

No. Creo que nunca cambiaré, espero que no me de un "yuyu" y me convierta en un pijo repugnante, pero llegados a este punto, es imposible. Somos gente muy normal, nos interesa que la gente trabaje a gusto y que el éxito sea de todos. No aspiramos a forrarnos, eso es lo de menos.

Pero se han forrado...

No, porque no paramos de hacer cosas. Cada nueva tienda es una inversión y hasta hace dos años no hemos hecho ni planes anuales. Hemos sido súper prehistóricos, quizás con otros métodos nos habríamos forrado o tendríamos más proyección.

La web sanfermines.com, otro de sus éxitos, aunque, eso sí, sin rentabilidad alguna...

El gasto que tiene es brutal y nos han ofrecido publicidad con la que rentabilizarla, pero jamás nos ha apetecido vendernos. Queremos ser independientes y que prime la calidad y la diversión de forma desinteresada, no ir en plan cacique para sacar dineros para la marca.

¿Les sigue odiando el ayuntamiento por ser los primeros en registrar la dirección?

(Risas) Tiene que dar rabia que se te adelanten unos "julais" como nosotros. Imagino que habrá más de uno que no le guste la idea, pero la vida es así...

¿Tiene amigos a los que no les gusta Kukuxumusu?

Muy pocos, porque desde el momento en que nos reímos de nosotros mismos, es muy complicado que te critiquen.

Todo el día rodeado de sus diseños, ¿cómo anda de ego?

Soy un afortunado, pero cuando parecía un paria, rebotado de todos los institutos, ya me lo pasaba muy bien conmigo mismo...

(publicado el 10-02-2005 en Deia)


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