diáspora y cultura vasca
21/12/2011
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Iruña-Pamplona, Navarra. La periodista Reyes Ilintxeta entrevista en Argia a la japonesa Keiko Suzuki, natural de Nagoya y residente desde hace más de una década en Euskal Herria. Suzuki está casada con un navarro y la pareja decidió escolarizar a sus hijas en euskera. "Cuando decidimos que nuestras hijas estudiaran en euskera, como madre, decidí aprender yo también, para poder ayudarlas", explica en la entrevista. Keiko estudió en Pamplona, "sin cursos intensivos ni barnetegis". Cuenta que los japoneses no suelen tener facilidad para aprender otros idiomas, pero que el euskera y el castellano le parecen más fáciles que otros, porque sólo tienen cinco vocales.
Keiko habla en japonés con sus hijas, pero éstas le responden en euskera o en castellano. "Entienden japonés pero les cuesta hablarlo. Cuando vamos a Japón se arreglan como pueden", asegura. Tienen dos nombre, uno de aquí y el otro japonés. "Los nombres de allí son muy difíciles de pronunciar para los de aquí. No tanto para los vascos, porque distinguen bien entre los sonidos 'ts' eta 'tz'", comenta.
'Maitasun oihua', más de 3 millones vendidos
Keiko ha traducido al euskera, junto a Inma Errea, un libro que ha tenido mucho éxito en Japón, titulado "Maitasunezko oihua munduaren erdian", de Kyoichi Katayama. "Una historia de amor romántica, sin contacto físico y algo clásica", que ha vendido más de 3 millones de ejemplares en su país. Según ella, esta historia ambientada en la década de 1980 demuestra que la gente siente nostalgia de aquella época sin teléfonos móviles y en la que todo iba más despacio.
-Artículo completo en euskera, en Argia.com
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