Donostia-San Sebastian. Mientras en La Plata la comunidad vasca argentina se reúne para celebrar a lo grande su Semana Vasca, en Euskal Herria un puñado de jóvenes recuerda con nostalgia los momentos únicos vividos en Necochea el pasado mes de agosto. Son los participantes en Hator Hona 2014, un programa de intercambio impulsado por el centro vasco necochense, gracias al cual pudieron compartir unas semanas de vida con los jóvenes de esta localidad argentina. Y la experiencia, nos cuentan, marca.
Ellos son Xabier Urtasun, de Irurita (Baztan), que impartió clases de trikitixa, al igual que la vitoriana Itxaso Saenz de Lafuente; Izaro Intsausti, de Ordizia, que dio clases de dantza; Xabier Maritxalar, de Lesaka, que enseñó herri kirolak; Uxue Etxebeste, de Alkiza, que dio clases de euskara; Nekane Agirre, de Sunbilla (Navarra), que enseñó pandero y gastronomía; Beñat Konde, de Elgoibar, que también dio clases de gastronomía; Eñaut Arretxe, de Segura, que enseñó euskera y la oiartzuarra Olatz Mitxelena, irakasle de dantza.
Lejos físicamente, cerca de sentimiento
Todos ellos recuerdan con emoción una experiencia que describen como “corta pero muy intensa”, en palabras de Uxue. “Hay que destacar la fuerza del Centro Basko de Necochea, y cóomo con el trabajo de muchas familias mantienen la cultura vasca, a pesar de vivir a tantos kilómetros de Euskal Herria”. “Muchos son de la tercera o cuarta generación, es decir, fueron sus bisabuelos quienes emigraron de Euskal Herria a Argentina, pero siguen viviéndolo todo como si hubieran nacido aquí”, añade Eñaut Arretxe.
“Esta experiencia nos ha aportado muchos nuevos amigos y una nueva forma de ver las cosas. También ha sido un gran descubrimiento saber que los vascos no estamos solos en el mundo. Están lejos de nosotros físicamente, pero muy cercanos en pensamiento y sentimiento”, abunda Beñat Konde.
Aprender euskera en Argentina
Una de las cosas que más han sorprendido a estos chicos y chicas es el amor por el euskera. Eñaut Arretxe ha impartido clases de euskera y cuenta que el interés y el deseo de aprender son muy grandes “Hay un grupo de jóvenes que empezaron de cero hace unos años, y ahora saben hablar euskera bien, entienden casi todo y son capaces de llevar una conversación. Me dejaron muy sorprendido”.
Izaro Intsausti destaca el ejemplo de estos ikasles, también para los vascos de Euskal Herria. “¿Qué pensarán estos vascos que aprenden euskera en América, de los vascos que lo saben pero luego no lo utilizan aquí?”, se pregunta.
Alegre despertar
En estas semanas en las que los jóvenes compartieron estrechamente el día a día con sus familias necochenses, también tuvieron ocasión de participar en las celebraciones de los vasco-argentinos, como la fiesta de San Ignacio y su “Alegre Despertar”.
“Bueno, para ser alegre despertar primero tendría que haber ese despertar, y en nuestro caso no fue así!”, se rie Xabier Maritxalar. “Ese día, tras toda una noche de gaupasa, por la mañana se visitan, entre cantos y bailes, las casas de las familias vascas, que invitan a los visitantes a desayunar. Además, se visita también el ayuntamiento y se hace una exhibición de dantza en el retoño del Árbol de Gernika”, añade Eñaut Arretxe. Una bonita tradición que mantiene los lazos entre la comunidad vasca, jóvenes y mayores.
“Lo mejor de todo ha sido conocer a un montón de gente que también es parte de Euskal Herria, a pesar de que viven en Argentina y son argentinos”, concluye Xabier Urtasun.