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Joseba Intxausti: «Los franciscanos fueron impulsores del asociacionismo en Egia»; El historiador presentó el libro 'Un convento en la ciudad. Crónica del siglo XX' (en El Diario Vasco)

31/08/2005

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Teresa Flaño. El historiador Joseba Intxausti --Segura 1936--, especialista en la historia de las iglesias cristianas y de los institutos religiosos del País Vasco, y más en concreto de los padres franciscanos, acaba de publicar Un convento en la ciudad. Crónica del siglo XX, donde explica la importancia que la congregación franciscana tuvo en el desarrollo del barrio de Egia y también de San Sebastián. La edición se enmarca dentro de la colección Temas Donostiarras de la Biblioteca Doctor Camino y se presentó ayer, como avance a la conmemoración del 31 de agosto.

-¿Cómo surgió la idea de escribir un libro sobre el convento de los franciscanos de Atotxa?

-En principio no tenía en mente la idea de un libro. Me pidieron una conferencia sobre la historia del convento y de ahí fue creciendo poco a poco hasta las más de 450 páginas que tiene Un convento en la ciudad. Crónica del siglo XX.

-¿Para quién está dedicado?

-El subtítulo de la refleja que es la crónica de una historia vivida recientemente y puede interesar a todo el mundo. Pero he tenido en cuenta a tres ámbitos especiales: a los egiatarras, a los franciscanos donostiarras y de Euskadi y a los profesionales interesados en la historia religiosa del País Vasco. A los vecinos de Egia les ha querido ofrecer la oportunidad de conocer desde dentro la vida de un centro religioso-asociativo que les es propio. Nunca hasta el presente el convento se ha desvelado ante sus feligreses y sus convecinos de una forma tan sincera y entera porque me han dado acceso a todo tipo de documentos, no han regateado ningún documento. Ahí están las claves de vida y actuación de los frailes de Atotxa, de su historia y de su presente. Sin duda, son datos de interés también para la actual sociedad civil de Egia. La historia del barrio está íntimamente ligada a la del convento.

-¿Qué importancia tiene el convento en San Sebastián?

-Mucha. La primera comunidad de Atotxa se estableció el 3 de junio de 1923, en la villa Tairones. y desde entonces ha sido testigo de la transformación de la antigua idea de conventualidad, de los primeros pasos de un proceso de cambios en una historia secular que está en buena parte a punto de clausurarse. Dicho de otro modo: el periodo desde su creación hasta el 2000 es un momento privilegiado para examinar una muy significativa transición histórica de la institución conventual.

-¿Y en el barrio?

-Incluso antes de ser erigido en parroquia, cosa que sucedió en 1965 porque hasta entonces era San Ignacio en Gros, el convento de los franciscanos buscó la complicidad pastoral de los creyentes del barrio, los estimuló y convocó. Dio lugar, asimismo, a un amplio asociacionismo que, a su vez, contribuyó a dar forma al propio barrio en construcción. Por su emplazamiento, inserto como está en un núcleo urbano en el paseo Duque de Mandas, operó durante varias décadas como un significativo factor articulador de un barrio emergente. Proyectó sus iniciativas sobre ese contorno social inmediato, y captó las demandas religiosas, sociales y culturales del mismo, dando lugar a una activa participación de la feligresía en iniciativas comunes.

-¿Cuál considera que ha sido uno de los momentos más importantes?

-En esta crónica-historia se plasma que el convento ha sido testigo viviente de un viraje histórico de excepción, ya que, en el centro mismo del período reseñado se abre el Concilio Vaticano II, un punto de inflexión que afectó en la raíz al diseño y vida de los conventos. Fue en ese momento cuando las asociaciones seglares tuvieron un gran impulso. Luego ha tenido momentos muy intensos como el funeral el 6 de junio de 1979 de Gladys del Esnal, que murió a causa de los disparos de la Guardia Civil en una manifestación antinuclear. Acudieron unas 5.000 personas y hubo mucha tensión cuando un inspector sacó una pistola.

-En algún momento también fue clausurado...

-Sí. Terminada la Guerra Civil, el 1 de octubre de 1939 un gobernador civil lo clausuró por un mal entendido. Se había celebrado un funeral muy numeroso y debió pensar que la había convocado algún partido político. la iglesia se volvió a abrir el 6 de octubre. También recojo cómo se vivió el inicio de la Guerra Civil. El 21 de julio, desde las ventanas del convento se pudo ver cómo se ejecutaba a un joven en Atotxa y también se sobresaltaron con los bombardeos desde Loiola.

-¿Qué diferencia a este convento de otros donostiarras?

-Se puede diferenciar de congregaciones como la de los jesuitas o los capuchinos, ambas en el centro. En el convento de los franciscanos había unas inquietudes distintas, más propias de un barrio obrero. Un ejemplo en los años 70 fue la catequesis, donde se hacía un esfuerzo para que los niños tuvieran más actividades.

(publicado el 31-08-2005 en El Diario Vasco)


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