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Tolosarra de 42 años, José Larraza es periodista. Lleva 19 años afincado en Madrid y es uno de los pilares del programa de Canal Plus Informe Robinson, para el que ha recorrido medio mundo. Se considera afortunado porque su pasión es su trabajo.

Joseba Etxarri. Estudió en la Universidad de Navarra, pasó por el máster de El País y terminó en la Escuela de Cine haciendo dirección de documentales. Sus primeros pinitos lo fueron en Herri Irratia de Loiola y Donostia y saltó de informativos a deportes, sección en la que se enroló cuando entró en Canal Plus, apenas un año después de su llegada a la capital del reino. Lleva en Informe Robinson desde el inicio de este programa televisivo en el que el deporte sirve de excusa para llegar a palpar el perfil humano y a conocer el espíritu de superación de muchas personas que luchan y dan lo mejor de sí mismas para avanzar y lograr objetivos, aunque puedan parecer a priori difíciles o inalcanzables. "Esforzarse e intentar las cosas, trazarse metas en la vida y luchar por ellas, aunque a veces no se logren, merece la pena", asegura quien es testigo y altavoz de algunos de estos casos.

Como periodista deportivo has asistido a los más variados eventos desde la atalaya privilegiada que te proporciona tu trabajo en televisión.

-Me siento muy afortunado por trabajar en un campo que me apasiona y que me ha permitido asistir a campeonatos del mundo, Eurocopas, mundiales de maratón, ligas como la NBA, béisbol y hacerlo casi desde la primera línea; conversando y entrevistando a figuras del baloncesto como el norteamericano Larry Bird, a atletas de la talla del etíope Haile Gebrselassie, a futbolistas como el italiano Paolo Maldini o a tenistas como Rafa Nadal... Constituye un privilegio tener esa oportunidad y trabajar y que te paguen por hacer algo que te gusta y que vives con pasión.

Para quien no lo conozca, qué es Informe Robinson.

-Es un programa mensual de Canal Plus, de reportajes de larga duración en el que tratamos historias de todo tipo relacionada de un modo u otro con el deporte, pero que al final tienen que ver con retos personales, con autosuperación y gente que hace frente a enfermedades y que se utiliza el deporte como estímulo para avanzar y aferrarse a la vida. Nos permite realizar el seguimiento de personas que baten récords del mundo y ver su realidad más humana o poner en el mapa a gente que no es conocida, pero cuya historia de superación merece ser contada. Este 24 de septiembre, por ejemplo, emitiremos la historia de un chico africano que hasta los 17 años vivía de la manera más humilde en una de las islas de Cabo Verde y que 5 años más tarde ha pasado a jugar en la NBA. Mide 2,21 y es el jugador más alto de la liga. Se llama Walter Tavares y estuvimos con él en Cabo Verde antes de que partiera definitivamente para incorporarse a los Atlanta Hawks.

Tendrás mil anécdotas y episodios que contar.

-Me marcó por ejemplo conocer a Larry Bird, una de las mayores figuras del baloncesto de todos los tiempos; lejos de ser una figura distante me pareció una persona sencilla, superjatorra, un hombre muy cercano, como hijo de un pequeño pueblo de Indiana que es, afable y campechano como cualquiera de nuestros baserritarras. Fue muy emotivo el programa que hicimos sobre el alpinista navarro Iñaki Ochoa de Olza; tras el accidente que sufrió en el Annapurna en 2008, fue impresionante la solidaridad que concitó logrando que catorce alpinistas de élite su jugaran la vida por acudir en su rescate. O un reportaje que realizamos sobre fútbol y Alzheimer, viendo cómo a través del fútbol pacientes afectados por esta enfermedad activaban recuerdos y se acordaban y conversaban sobre episodios y alineaciones de hace cuarenta años, para asombro de sus hijos. Destacaría también la sencillez de un buen número de figuras del deporte que, lejos de lo que algunos pudieran pensar, se comportan de manera normal, gente como Andrés Iniesta, Johan Cruyff...

¿Cómo es vivir en Madrid?

-No era ese mi plan, pero llevo ya 19 años y aquí han nacido mi hija, de 12 años, y mi hijo, de 10. De todas las ciudades del mundo que conozco, Madrid me parece una de las más abiertas. Llegué aquí sin conocer a nadie, con algunos compañeros de la facultad y lo cierto es que me ha ido bien. Me gustaría ir más a Tolosa y estar más con la ama y la familia. Solemos ir en ocasiones y en verano. Mi mujer es de Iruña y solemos repartir el tiempo.

¿Muchos vascos en la 'diáspora madrileña'?

-Muchos. Desde compañeros de trabajo en la propia cadena, también en general en el medio periodístico... Hace poco comentaba con unos amigos que a veces, cuando llevas mucho tiempo fuera de casa, quienes siguen viviendo allí, algunos al menos, tienden a considerarte medio foráneo y eso es injusto. Quienes viven allí no saben qué sentimos quienes por circunstancias de la vida hemos terminado viviendo fuera. Tengo buenos amigos tolosarras en Argentina, otro en Chile, un amigo donostiarra en Ciudad del Cabo... y no veas de qué manera se siente la nostalgia, el vacío de no estar en tu tierra. La gente que no lo vive no es consciente de ello.