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Nacido en Gernika, creció en Deusto, en cuya universidad se licenció en Derecho. La vida le llevó a Alemania, donde reside desde hace casi diez años. Padre de dos hijos berlineses, el pasado sábado participaba de la primera bertso-afaria, con los bertolaris Jon Maia y Alaia Martin llegados desde Euskadi, organizada por la euskal etxea de la capital germana.

Joseba Etxarri. Jon Andoni Lekue Eguren salió de Deusto en 2002, "para practicar el inglés y conocer mundo". Recaló inicialmente un par de años en Holanda, para pasar más tarde a Alemania, donde reside desde entonces. Este "gernikarra devenido en deustuarra" suma así más gentilicios a su historia personal, puesto que no pocas cosas importantes de su vida han transcurrido en los años que lleva residiendo en la capital alemana, donde  ejerce hoy como gerente del restaurante vasco On Egin, además de como profesor de euskera de la euskal berlinesa, entre otras ocupaciones.

-Hace once años que saliste de Euskal Herria.

-Estuve primeramente en Amsterdam, aprendiendo inglés --también a defenderme en holandés--, quería experimentar un poco de mundo. Trabajé en hoteles, en una empresa de andamios, de traductor, en las cosas que iban saliendo, todas precarias... también di clases en un gaztetxe... Luego surgió la posibilidad de venir a Alemania y la cogí. La locomotora alemana de entonces no estaba muy engrasada, estaba en crisis, en plenas reformas económicas, recortando ayudas sociales... atravesaba un momento de cambio. Pero Berlín siempre ha sido una ciudad atractiva y ofrecía posibilidades. Anduve en temas de consultoría internacional, en una empresa de software, en temas de interculturalidad y gestión, siempre como autónomo. También he tenido la oportunidad de reciclarme y estudiar y sacarme el título en lo que aquí llaman Gestión y Gerencia de Proyectos.

Estás bastante asentado en Alemania.

-El resto de cuestiones pueden resultar muy importantes, pero lo más relevante me ocurrió al año siguiente a llegar a Alemania: conocí a mi pareja. Ella es alemana y tenemos dos hijos, chica y chico, Nahia y Antton, de siete y cuatro años respectivamente, nacidos en Berlín. Eso me ha asentado aquí.

Eres miembro de la euskal etxea berlinesa.

-Desde hace tiempo acudía a algunas de sus convocatorias y posteriormente, con los años, me he involucrado más. Posiblemente a partir de 2010 o de 2011, cuando organizamos la primera Korrika en Berlín, una iniciativa que ha ido creciendo con cada edición. En casa hablo en euskera con mis hijos y puedo decir con orgullo que son euskaldunes, aunque también hablemos en alemán. También mi compañera ha aprendido algo de euskera.

Desde el pasado año eres el gerente o encargado del restaurante vasco On Egin.

-Siempre me ha gustado la cocina. En Bilbao, cuando daba clases en AEK y también en la Universidad, participé y organizaba comidas y cenas, en ocasiones para mucha gente. Algunos fueron verdaderos retos logísticos. Recuerdo por ejemplo la organización del primer Ikasle Eguna, en Amurrio, con trecientos comensales. Pero también organizaba cosas muchos más modestas en número, bertso-bazkariak...

Seguro que nunca pensaste que al cabo de los años acabarías celebrando una bertso-bazkaria en Berlín...

-Seguro que no (ríe). Pero resulta gratificante y, a decir verdad, la bertso-afaria del pasado sábado, en el restaurante, salió francamente bien. Fue la primera organizada por Euskal Etxea de Berlín y resultó todo un éxito. Era una idea que hacía varios años pendía en el aire, de una vez anterior que anduvo por aquí Jon Maia. Y parece que este era el momento. La montamos además en un tiempo record. Hay aquí un grupo de gente que se junta en apoyo de la iniciativa Gure Esku Dago --porque desde la Diáspora también apoyamos estas cosas-- de cara al encuentro en los estadios de Euskal Herria del próximo 21 de junio, y como teníamos que reunirnos, surgió esta propuesta. El dueño de On Egin, Josu Outeiral, habló con Jon Maia, involucramos a la Euskal Etxea, pusimos fecha y lo hicimos.

Siendo tu profesor de euskera en la Euskal Etxea, fue fácil involucrar también a los estudiantes.

-Acogieron la propuesta con entusiasmo. Con la excelente introducción al mundo del bertsolarismo que supone el documental Bertsolari, de Asier Altuna, explicamos y repasamos los modos y la mecánica del bertsolarismo y, de hecho, gaiak, los temas a que tuvieron que enfrentarse Jon Maia y Alaia Martín, fueron perjeñados por los alumnos berlineses de euskera. Por ejemplo, jugamos al personaje escondido, con un personaje dado --en este caso fue Einstein-- que el público y uno de los bertsolaris conocíamos pero que el segundo bertsolari tenía que averigüar haciendo preguntas en bertso. También intercalamos algún tema más serio y, en este momento de especulación urbanística en Berlín, hicimos asumir a uno de los bertsolaris el papel de empresario que quiere construir un gran hotel en una zona en la que vive gente, y al otro el rol de uno de los inquilinos a quienes quieren deshauciar para echar abajo su casa. La gente disfrutó mucho.

Suena a que lográsteis un buen ambiente, me imagino que también singular...

-El restaurante no es muy grande, pero se llenó, casi medio centenar de personas. La gente quedó a gusto. Y lo cierto es que dinamizar la vida cultural y los encuentros aquí no deja de ser importante. El restaurante va además muy bien. El dueño, Josu, tiene ya muy avanzado abrir otro en Bruselas, posiblemente este mismo agosto. Resulta hermoso abrir al mundo las puertas de nuestro país a través de una buena mesa.