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In Memoriam, Larry Trask. Henrike Knörr, catedrático de Filología Vasca y vice presidente de Euskaltzaindia escribe este artículo en memoria del gran lingüista fallecido el pasado sábado (en El Correo de Álava)

31/03/2004

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Por Henrike Knörr

Cuando apenas habían pasado veinticuatro horas desde que dijimos adiós al escritor, lingüista y académico Andolin Eguzkitza, llega otra tristísima noticia: la muerte de Robert Larry Trask, miembro de honor de Euskaltzaindia, vascólogo y lingüista, profesor de la Universidad de Sussex (Reino Unido). Tenía 59 años.

Trask era norteamericano de nacimiento. Vino al mundo en Olean, en el Estado de Nueva York, dentro de una familia con ascendientes escoceses, irlandeses y galeses, por lo que toca a la línea paterna, y alemanes en la materna, aunque él solía añadir que su apellido era escandinavo: 'träsk' significa 'estanque para el ganado'. También le gustaba hablar del carácter salvaje de su tierra natal, donde la población de ciervos era cien veces mayor que la de las personas, y recordaba haber visto pasar un oso negro por delante de la ventana de su cuarto de estar.

No fue temprana su dedicación a las lenguas. Primero se licenció en Química, tras lo que pasó un año en la Universidad de Ankara, como voluntario del Peace Corps, creado por John Kennedy en 1961 para promover el desarrollo en decenas de países. Aquella estancia acabó para Trask un poco bruscamente, la verdad sea dicha: el ejército había ocupado el campus, y una organización izquierdista le informó cortésmente de que sería asesinado si no se marchaba. Su comentario era éste: 'Nada personal, éstas son cosas que pasan cuando eres norteamericano'.

Desde Turquía, Trask fue a Inglaterra con la intención de pasar quince días de vacaciones, pero se quedaría allí para siempre. Era 1970. Empezó a interesarse en la Lingüística y ello le llevó al euskara, tema de su tesis en la Universidad de Londres. A un corto periodo de docencia en lo que hoy es la Universidad de Westminster le siguieron nueve años en la de Liverpool, hasta su definitiva adscripción a la Universidad de Sussex, en Brighton, en la prestigiosa School of Cognitive and Computing Sciences.

Trask se ha mantenido fiel al cultivo de los dos campos de su preferencia: la Lingüística y los estudios sobre el euskara, y en ambos ha obtenido un gran renombre. En lo que se refiere a la Lingüística, mencionaremos libros como 'A dictionary of grammatical terms in Linguistics' (1993), 'Language change' (1994), 'Language: the basics' (1995), 'A dictionary of Phonetics and Phonology' (1996), todos ellos escritos con profundidad y un fino sentido pedagógico. Las materias más abstrusas se convertían en asequibles de la mano del profesor Trask.

En el campo vasco, la primera aparición que recordamos tuvo lugar en los I Encuentros de Vascólogos, organizados por Euskaltzaindia en 1980. Trask presentó un excelente estudio del verbo, sobre todo del sistema de los auxiliares, con observaciones novedosas que quizá no se hacían desde hacía casi cien años, desde el famoso artículo de Hugo Schuchardt, de 1893, 'Über die Entstehung der Bezugsformen des baskischen Zeitworts', que el vasco-alemán Gerhard Bähr tradujo y Ángel Goenaga publicó en 1972 ('Sobre la formación de las flexiones de relación del verbo vasco'). Sin salirnos del verbo, es preciso citar su espléndido artículo 'The -n class of verbs in Basque' (1990), en el que proponía brillantemente una explicación para formas como 'izaiten' y 'emaiten' partiendo de antiguos participios 'izani' y 'emani', paralelos a los documentados 'ibili' o 'ikusi'.

Aquel Congreso de Euskaltzaindia fue especialmente grato y fructífero para Robert Trask. Entre los momentos particularmente agradables, sin duda no olvidaría los versos que le dedicó Amuriza en la plaza de Gernika, acerca del amor que sirve para superar barreras idiomáticas (la mujer de Trask era de Elorrio).

También se ocupó Trask del asunto de la supuesta pasividad del verbo vasco, desde hace años foco renovado de atención de no pocos especialistas.

Pero en esta breve nota debemos mencionar principalmente los notables méritos de su grueso (casi 500 páginas) y admirable libro 'The history of Basque' (1997), con un título que no hace justicia al contenido. En efecto, estamos ante un verdadero compendio acerca de la lengua vasca: extensión, historia externa, gramática, fonología, onomástica, comparatismo, etcétera, materias todas tratadas con inteligencia. En lo referente a este último punto, no tienen pérdida esas páginas, bien sazonadas de humor, donde rechaza cuantas tentativas se han hecho hasta ahora para relacionar el euskara con una lengua u otra, bien por profesionales o por esa gente, tan abundante y tan osada, cultivadora de lo que he llamado 'lingüística-ficción'. En el mismo sentido, en su sitio web Trask se dirigía a sus eventuales corresponsales, diciendo estar dispuesto a intercambiar puntos de vista, 'pero, por favor, yo no quiero oír nada de su última prueba de que el euskara está relacionado con el ibérico, el picto, el sumerio, el minoico, el tibetano, el zapoteca o el marciano, ni tampoco su descubrimiento de que el euskara es la clave secreta para entender las inscripciones ogámicas, el disco de Faistos, etcétera'.

Su amplia formación e información, de un lado, y su laboriosidad, de otro, más su valentía, habían embarcado a Trask en un proyecto ahora tristemente interrumpido: un diccionario etimológico de la lengua vasca. Proyecto difícil donde los haya, y para el que se cuenta con pocos aunque buenos cimientos: los dos excelentes diccionarios de Joan Coromines (el de castellano, en colaboración con José Antonio Pascual, y el de catalán, confeccionado con la colaboración de Joseph Guilsoy y Max Cahner), y los 'Materiales para un diccionario etimólgico de la lengua vasca', de Manuel Agud y Antonio Tovar. De lo que hay que prescindir es, claro, del pésimo diccionario etimológico vasco de Martin Löpelmann (1968).

La Universidad del País Vasco preparaba un volumen de homenaje del vascólogo y lingüista fallecido. El libro será ya póstumo. Pero será un tributo de afecto y reconocimiento a la memoria de Robert Larry Trask, el amigo de los vascos y de su lengua.

(publicado el 31-03-2004 en El Correo de Álava)


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