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Iceta será obispo auxiliar de Bilbao con una docena de dimisiones a sus espaldas; el sector crítico decidió ayer en una reunión expresar sus quejas al obispo y al nuncio (en Deia)

06/04/2008

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Concha Lago, Bilbao. El acto de consagración de Mario Iceta como obispo auxiliar de Bilbao, que tendrá lugar el próximo sábado día 12, viene rodeado de una expectación sin precedentes ya que pocas veces la Iglesia vizcaina había vivido semanas tan convulsas. Desde que el pasado 5 de febrero se hiciera pública la designación de Iceta como obispo auxiliar, los estamentos del clero se han visto envueltos en una crisis de alto calado que ha sublevado a los órganos diocesanos con, al menos, doce dimisiones. Ayer mismo, miembros del Consejo de Presbiterio y del Consejo Pastoral Diocesano celebraban una reunión en la que valoraban la delicada situación y decidían ponerse en contacto con el obispo Ricardo Blázquez y con el nuncio de su Santidad, Manuel Monteiro de Castro, para hacerles llegar por escrito el malestar existente.

Bittor Uraga, secretario general del Consejo Pastoral Diocesano, máximo órgano laico en la Diócesis, abrió la caja de los truenos. "No me parece un buen camino que un vizcaino que no ha estado aquí en el seminario, ni ha ejercido como presbítero en la iglesia local, venga como obispo, es decir, con mando", señaló el propio Uraga en su carta de dimisión.

Pero la protesta pública se ha extendido a cinco miembros de la Comisión Permanente del Consejo Presbiterio y a nueve del Comité Ejecutivo del Consejo Pastoral Diocesano. El motivo de su queja es no haber sido oídos, "ni tan siquiera informados" por la curia vaticana. En una nota conjunta aseguran que "con ocasión de los nombramientos de los obispos, se ha manifestado en la diócesis un deseo de participación mayor en el discernimiento del perfil y de los nombres de las personas adecuadas para ejercer dicha responsabilidad y servicio, y se han puesto en marcha acciones para ejercer esa participación. En el reciente nombramiento de Iceta, a pesar de haberse producido en el marco del Código de Derecho canónico, no han sido utilizados otros cauces que promovieran la participación de las instancias diocesanas".

El revuelo suscitado ha llegado al extremo de que el Consejo Pastoral del sector Tabira leyó en las celebraciones del domingo 30 de marzo un escrito en el que señalan que, aunque aceptarán a Mario Iceta como obispo auxiliar, su nombramiento ha supuesto "un quebranto de nuestra confianza y de nuestra comunión en la Iglesia". Pese a no querer entrar a juzgar las cualidades del futuro obispo, muestran su desacuerdo con el sistema que se ha vuelto a utilizar para su elección, "ya que hace muchos años que en esta diócesis venimos mostrando el deseo de que sean tenidos en cuenta los consejos diocesanos en estos nombramiento". Es por ello, añaden, que "lo que tendría que haber sido un motivo de alegría se ha convertido ya en causa de desaliento y preocupación". "Creemos que nombrar a un obispo auxiliar es un asunto de la mayor importancia y Don Ricardo no ha considerado conveniente oír a los Consejos lo que, a nuestro juicio, es una desconsideración. Ahora ha sido el obispo auxiliar y mañana, o el año que viene, será el obispo titular quien será designado sin que estos Consejos sean escuchados".

En la reunión de ayer se volvió a evidenciar el ambiente enrarecido aunque en estas protestas diocesanas se asegura que "nuestro malestar no afecta a la persona concreta nombrada, sino al procedimiento que ha obviado la participación de los órganos de corresponsabilidad de los que se ha dotado nuestra Iglesia para aconsejar al obispo en el gobierno de nuestra diócesis". "Roma no nombra obispo atendiendo a las necesidades de la Diócesis si no a otras necesidades", argumenta el sector crítico.

Se quejan de no haber sido consultados ni siquiera informados del nombramiento por la curia vaticana

"Lo que tendría que haber sido un motivo de alegría se ha convertido en motivo de preocupación"

Evitar el giro radical que pretende Roma

Aunque la designación de Iceta y su ya inminente ordenación no tienen vuelta atrás, las pertinaces protestas pretenden evitar que se consolide en el cargo y que en un futuro próximo se erija en el relevo natural de monseñor Blázquez. Aunque se resalta que las quejas obedecen a una cuestión de forma, el perfil de Iceta no es ajeno al profundo descontento suscitado ya que su nivel de doctrina eclesiástica se sitúa en una tendencia claramente conservadora. El nombramiento de Mario Iceta, nacido en Gernika hace 42 años --aunque formado eclesiásticamente entre Iruñea y Córdoba (diócesis en la que se ordenó en 1994 y donde ejercía como vicario general y ecónomo)--, es interpretada como el "primer paso para la renovación" de una Iglesia vasca que Roma considera "descarriada" por su sesgo progresista. Para la Santa Sede cumple los requisitos mínimos --origen, apellidos y lengua-- pero para la Diócesis vizcaina prescinde de generaciones de sacerdotes vascos para ser obispos. Por lo que ahora se pretende poner freno a este 'giro integrista' que podría verse reforzado con la sustitución de Uriarte --que alcanza la jubilación en junio-- por Munilla.

(publicado el 06-04-2008 en Deia)


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