diáspora y cultura vasca
27/07/2009
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México DF, México. Cuando Ibone contaba con un año la familia viajó desde Bilbao a Torreón donde poseían varias propiedades. Tras un año allí, los Belausteguigoitia se instalaron definitivamente en el país mexicano al estallar la Guerra Civil en España aunque esta vez en DF. Actualmente Ibone tiene 79 primaveras y ha logrado un record de medallas como saltadora de trampolín, unas 300, que para sí querrían muchos deportistas.
En palabras de Ibone en su familia todos han sido muy deportistas. Algunos jugaron al tenis, otros al golf, si bien el padre de Ibone fue un futbolista reconocido que jugó en el Athletic de Bilbao y en el Olympique de Marsella. Aficionarse a algún deporte era por lo tanto, algo natural. Con 17 años Ibone descubrió gracias a un pequeño trampolín instalado en la piscina de su casa los clavados o saltos y empezó a entrenar en el equipo de natación Deportivo Chapultepec de la capital mexicana. 'En aquella época en las competiciones los ejercicios eran sencillos, cinco obligatorios y cinco libres; en principio las reglas tan sólo permitían clavados de vuelta y media, después las cosas cambiaron y cada nadador complicó más sus movimientos' explica Ibone en una entrevista realizada por Jorge Carricart en la revista TVNotas-México, que rescataba la página Vascosmexico.com y de la que resumimos estas líneas.
Ibone nunca pensó en dedicarse profesionalmente a los saltos, era más una afición y por ello realizó estudios de maestra y administración de empresas con el fin de contar con una carrera profesional separada del deporte. Pero las competiciones importantes llegaron, la primera, los Juegos Olimpicos de Londres de 1948. Belausteguigoitia no obtuvo buenos resultados en su visita a la capital británica: 'yo estaba acostumbrada a la piscina de 4 metros de profundidad, la de Londres era de 3 metros y al saltar choqué con el fondo rompiéndome la muñeca'. Tras dos años más participando en diversas competiciones, en 1950 llegó el momento de retirarse, 'quería dedicarme a otras cosas aunque nunca dejé de practicar los clavados'.
Vuelta a la competición con 55 años
Al cumplir los 50 Ibone quiso regresar a la competición de saltos. Gracias a su deseo se cruzó con Germán, el que hoy es su marido, 'nos conocimos en la piscina de jóvenes, nos dejamos de ver un tiempo y con 55 años nos volvimos a encontrar y nos casamos'. Actualmente a los 79 años Ibone sigue participando en las competiciones para mayores de 55 años que se celebran alrededor del mundo por lo que continua cuidando su alimentación y entrenando de lunes a viernes mínimo, durante 45 minutos.
Gracias a su afición ha visitado Francia, España, Inglaterra, Rusia y Estados Unidos entre otros y ha sido reconocida en el país como una de las grandes deportistas, formando parte del Salón de la Fama. En su larga trayectoria también ha sufrido lesiones: 'me he roto dos veces la nariz, la mano y una costilla' pero no han sido motivo para la retirada. Hoy no piensa en la posibilidad de dejar los saltos y mientras la salud se lo permita, acudirá a entrenar cada día. Todo un ejemplo de fortaleza y pasión por el deporte.
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