Donostia-San Sebastián. En este mes en que cumple 80 años la Marina de Guerra Auxiliar de Euzkadi, el último de sus supervivientes, Juan Azkarate, recibirá a las 11:30 de esta mañana, un homenaje en el seno de los actos organizados por la efeméride. Natural de Bermeo, Juan Azkarate Araucua fue camarero segundo y ayudante de ametralladora del bou Araba con tan solo 14 años. Es el último superviviente de la Marina de Guerra Auxiliar de Euzkadi-Euzkadiko Gudontzidia.
En el acto se hará mención a la labor realizada por Juan Pardo San Gil, historiador fallecido en 2013 que centró sus investigaciones en la historia marítima –especialmente en esta fuerza naval–, y que fue asiduo colaborador del Untzi Museoa-Museo Naval. Su hija Oihane Pardo ha solido colaborar en la difusión de la obra e su padre, por ejemplo a través de la exposición sobre Euzkadiko Gudontzidia inaugurada el año pasado en la Euskal Etxea de Shanghai.
Además del propio Juan Azkarate, entre otras autoridades participarán en el acto Denis Itxaso, diputado Foral de Cultura de la Diputación Foral de Gipuzkoa; Jaime del Río, en representación de Matxitxako Elkartea; y Soco Romano, responsable de Untzi Museoa-Museo Naval de Donostia.
Con objeto de recordar el 80 Aniversario de la Marina de Guerra Auxiliar y homenajear a quienes sirvieron en esta fuerza naval, el Untzi Museoa-Museo Naval en colaboración con la Asociación Matxitxako Elkartea está desarrollando una serie de acciones conmemorativas en el museo. Una de ellas la que tendrá lugar esta mañana, con la presencia de Juan Azkarate.
Euzkadiko Gudontzidia. La Marina de Guerra Auxiliar de Euzkadi (1936-1939)
La Marina de Guerra Auxiliar de Euzkadi fue una de las unidades militares más singulares y peor conocidas de las que tomaron parte en la Guerra Civil de 1936-1939. Su dependencia exclusiva del Gobierno Vasco le dio además una gran significación política. Fue creada en octubre de 1936 por la Consejería de Defensa del Gobierno Vasco para ayudar a la Armada Republicana en la protección al tráfico marítimo y a la actividad pesquera en aguas propias, y para que mantuviera libres de minas submarinas los accesos a los puertos vascos. Las circunstancias políticas y militares del conflicto –en especial el hecho de quedar aislado el Norte del resto del territorio gubernamental–, el bajo rendimiento de las Fuerzas Navales del Cantábrico republicanas –que generaron no pocas tensiones entre las jefaturas de ambas fuerzas y desembocaron en una mutua desconfianza– y la personalidad del jefe de la Marina Auxiliar, Joaquín de Egia, condujeron a que esta fuerza naval adquiriera una autonomía orgánica y operativa absoluta respecto de la Marina Republicana.
Para organizar esta fuerza auxiliar, Egia convirtió en “buques de guerra” a un buen número de pesqueros que estaban refugiados en Bilbao, sin ninguna ocupación. En su mayoría habían llegado en la evacuación de Pasajes. Les dotó de artillería en unos casos (bous armados) o de aparejos para el rastreo de minas submarinas en otros (dragaminas). Todos los buques fueron pintados de color gris aplomado, llevando en sus amuras, en color negro, la inicial de su nombre o el numeral correspondiente; izaban la ikurriña a proa y la bandera tricolor republicana a popa.
El núcleo central de la Marina Auxiliar lo constituyeron los bous armados. Los primeros seleccionados fueron cuatro bacaladeros de la empresa PYSBE de Pasaia, Mistral, Vendaval, Euzkal-Erria e Hispania, que fueron rebautizados por el Gobierno Vasco en diciembre con los nombres de Gipuzkoa, Nabarra, Bizkaya y Araba, respectivamente. A estos bous se incorporaron más adelante otros de menor porte, el Donostia, Goizeko-Izarra, Iparreko-Izarra, Gazteiz, Iruña…
Las tripulaciones se organizaron con voluntarios procedentes de las marinas mercante y pesquera. La mayoría militaba en ELA-STV o el PNV, pero había también un importante núcleo de afiliados al Partido Socialista o la UGT y grupos menores a la CNT, ANV, el Partido Comunista o Izquierda Republicana. El 87% de los voluntarios eran vascos, pero había también un grupo numeroso de gallegos y unos pocos procedentes de Andalucía, Cantabria, Asturias, Castilla, Murcia, Madrid, Cataluña y Aragón. En total, 917 hombres y 3 mujeres sirvieron en la Marina de Euzkadi y 62 fallecieron en acción.
El Untzi Museoa-Museo Naval organizó en 1998, en colaboración con Juan Pardo, la exposición temporal “Euzkadiko Gudontzidia. La Marina de Guerra Auxiliar de Euzkadi (1936-39), y publicó el libro del mismo título cuyo autor es Juan Pardo San Gil. El libro se reeditó en 2008. Estas iniciativas supusieron una contribución fundamental para el conocimiento y reconocimiento de la Marina de Guerra Auxiliar de Euzkadi. La exposición realizada en el Untzi Museoa fue la primera que se realizó sobre este tema.