Joseba Etxarri. Son muchos quienes en Euskadi y la Diáspora conocen a Henar Chico Jiménez (Ortuella, 1973), muchas veces por motivos distintos, puesto a su actividad profesional de técnica en soporte de software para prensas digitales en la casa Hewlett Packard añade la labor como traductora en su empresa, Chico Translations, bloguera al frente del blog de EITB A Basque in Boise o su experiencia durante años como webmaster de la página de euskera de NABO, comprometida madre de alumnos de la Ikastola de Boise o, por ejemplo, presidenta de la recién formada Peña del Athletic en la capital idahoense. Ella misma reconoce que trabaja mucho. “Las cosas aquí son así”, asevera.
Ortuellarra, llevas 19 años en Boise.
-Conocí a quien hoy es mi exmarido --nos divorciamos en 2009-- y se acerca ya a la mitad de mi vida el tiempo que llevo en Boise. Llegué recién casada en 1996 y hoy estoy integrada en esta ciudad en la que han nacido mis hijos, Andoni, de 11 años, y Maitane, de 9.
En Euskadi, Boise es conocida como ciudad con notable aporte, presencia y actividad vasca, tanto pasada como actual y previsiblemente futura. Tu implicación con la comunidad vasca boiseana, no es inmediata, pasarán años antes de que se produzca. Es algo que hoy día se da en un tanto por ciento alto de los emigrantes vascos en la Diáspora.
-Sí, en mi caso la implicación se dio sobre todo a partir de tener a mis hijos. Yo vengo de allí y ya sé que soy vasca, pero en el caso de tus hijos eso no es algo inmediato o que se da automáticamente. Quería que supieran que ellos también vienen de allí, por qué su amatxu es así y compartir cosas, valores y una cultura que para mí son importantes.
Te euskaldunizas y le das un empujón definitivo al euskera en Boise.
-Es verdad. Sentía que me faltaba algo diciendo que soy vasca en una ciudad en la que existen vascos nacidos aquí que lo hablan. Y quería demostrar a mis hijos que no importa la edad, que lo importante es querer y esforzarse y que las cosas se consiguen. Envié a mis hijos a la Ikastola de Boise y sobre todo en el caso de la niña aprendió un montón, pero salen a los cinco o seis años y no es fácil cuando todo tu entorno funciona en inglés. En casa hablamos también en castellano, pero aprendiendo yo euskera quise predicar con el ejemplo. Empecé on line, más tarde en la universidad, con Nere Lete, y poco a poco fui cambiando pautas hasta relacionarme en euskera con quienes lo hablan. Hoy día puedo llevar una conversación y eso me aporta satisfacción.
La vida social es diferente en relación a Euskadi.
-Para mí la diferencia más importante viene cuando tienes hijos. Aquí existe una separación total entre las actividades que puedes hacer cuando no tienes hijos o cuando eres padre o madre. Las cuadrillas en Ortuella son mezcla de parejas de todas las edades, con y sin hijos. Aquí es impensable llevarte un hijo y estar en un bar, por ejemplo. La cosa social está aquí más preorganizada. Allá, sales a la calle y te encuentras enseguida con amigos y aquí tienes que quedar; para ver a tus amigos tienes que meter la cita en la agenda, como quien dice.
Tu cuadrilla de Boise es básicamente vasca.
-Casi todas son vascas o vascoamericanas... (lo piensa), sí, la mayoría son nacidas aquí. Todas hablan castellano o euskera y he aprendido mucho de ellas. Me han ayudado en particular a entender mejor a mis hijos, con los que comparten el hecho de ser vascos y americanos.
En Internet, pusiste en marcha la página de euskera de NABO, y tu blog A Basque in Boise es bien conocido por muchos euskaltzales.
-Inicié el blog en 2007. Querían a gente de fuera de Euskadi que comentara cosas y un conocido de ETB me puso en contacto con Lontzo Sainz. Durante un tiempo lo dejé, para retomarlo en 2010. Lo utilizo para hablar de mis cosas y su eco ha aumentado poco a poco. Ahora la gente me manda cosas para que las publique en el blog. Me siento a gusto escribiéndolo y tiene de bueno que no me siento obligada, escribo cuando puedo. La página de euskera de NABO, la de la parte de NABO que organiza la enseñanza del euskera, surgió cuando estaba siguiendo el programa de HABE Euskara Munduan. La llevé durante unos tres años.
¿Del Athletic de toda la vida?
-Desde siempre. Con apenas 2 años mi padre me llevaba a ver los partidos del Ortuella y a los 18 años participé en su directiva. Pero atheticzale de toda la vida.
¿Desde Boise es posible estar conectada y seguir realmente, por ejemplo, los partidos del Athletic?
-Habrá quien sea refractario a las nuevas tecnologías, pero de unos años a esta parte lo difícil es, precisamente, no estar conectada. Ahora tengo una aplicación en el móvil con la que tengo acceso a partidos de fútbol de diferentes cadenas y puedo seguir, por ejemplo, los partidos de la liga española, la mexicana... Son seis dólares al mes y me permite, además, pasarlo a la pantalla del televisor. En mi caso, además, mi hijo Andoni es también athleticzale, de modo que es una cosa más para hacer en familia. Si por la diferencia horaria el partido es el sábado a las nueve de la mañana de aquí, lo vemos desde casa y si es alrededor de la una del mediodía (las nueve de la noche en Euskadi) lo vemos en el Centro Vasco. Los de la Euskal Etxea suelen enviar un email avisando a qué hora retransmiten el partido y nos solemos juntar quince o veinte personas.
¿Cómo surge lo de la peña del Athletic en Boise?
-Hacía tiempo que un amigo, Joe Lasuen, venía insistiendo en que había que formarla, hasta que este año pasado pensamos que era el momento. Nos pusimos en contacto con el club, hicimos todo el papeleo y la formalizamos el pasado 28 de septiembre, el día de mi cumpleaños. Fue un estupendo regalo. Posteriormente hemos activado en las últimas semanas nuestra presencia en Internet y realizamos el lanzamiento formal el sábado de la final de Copa. El local del Centro Vasco se llenó. Fue muy emocionante, a pesar del resultado. Somos ya cincuenta socios, de los que más de la mitad han pagado ya la cuota. Son 25 dólares anuales y este primer año regalamos un pañuelo de la Peña y una camiseta. No hace falta residir en Boise para ser socio o socia y apoyarnos (sonríe).