Montevideo, Uruguay. En épocas de inmigración masiva a América, los y las vascas recién llegadas encontraron en las euskal etxeas un espacio donde ayudarse mutuamente y mantener el vínculo con su cultura y su tierra de origen. Los tiempos y las condiciones han cambiado. Sin embargo, y aunque en muy menor medida, sigue produciéndose la llegada de migrantes de Euskal Herria, muchos de ellos jóvenes estudiantes universitarios. Haize Hegoa de Montevideo hace un llamamiento para invitarles a que se acerquen a la euskal etxea y renovar así ese pacto de mutuo enriquecimiento.
Se integran con nuestros jóvenes y "nos brindan su imagen de la Euskal Herria de hoy, compartiendo y enriqueciendo nuestras actividades sociales y culturales"
“Vivimos con gran alegría el hecho de que las y los jóvenes vengan a Uruguay a estudiar y se acerquen a nuestra euskal etxea. Conversamos y nos brindan su imagen de la Euskal Herria de hoy y, a la vez, comparten nuestras actividades sociales y culturales, enriqueciéndolas con lo nuevo y lo viejo, hablando euskera, con la música, con la danza, creando vínculos con nuestros jóvenes o simplemente compartiendo con nuestros socios", afirman en diálogo con Euskalkultura.eus Maite Bengoa y Mariel Fernández Artasánchez, presidenta y referente de Haize Hegoa, respectivamente.
Como contrapunto, ambas vasco-uruguayas de reconocido compromiso euskaltzale señalan: "Creemos que a ellos les ofrecemos un lugar de seguridad, donde recurrir o consultar ante situaciones inesperadas que se pueden presentar. Queremos ser ese apoyo que puedan necesitar. También somos un lugar de enlace con su tierra, donde pueden hablar su idioma, comer algo típico y en el que escuchen sus historias y los puedan entender”.
Pero oigamos qué dicen los propios jóvenes.
Amaia Jordana Urriza es de Lizarra (Navarra). Estudió Educación Infantil en Gasteiz y actualmente se encuentra trabajando en una organización de educación no formal en Montevideo, gracias a una beca del Gobierno de Navarra. Esta es su primera estancia en Latinoamérica, donde vivirá por seis meses. Acerca de la experiencia de relación con la euskal etxea nos dice que “Ha sido muy valiosa y muy bonita. Desde el primer día nos recibieron muy bien y hemos conocido a gente muy maja. El encuentro con ellos ha sido muy enriquecedor, y realmente su esfuerzo por mantener y vivir la cultura vasca es enorme, absolutamente emocionante. ¡Sentirse cerca estando tan lejos de casa ha sido magnífico!", comenta a nuestro boletín.
Junto a Amaia, llegó Ander Ramirez Ortega, de Aiegi, localidad próxima a Lizarra, quien coincide con Amaia en que lo único y enriquecedor de la experiencia. "No esperaba encontrar un sentimiento vasco tan acendrado. Es muy bonito que, a pesar de estar tan lejos de Euskal Herria, le den esa importancia a su cultura y difundan a vivan de esta manera las costumbres y el estilo de vida que sus antepasados trajeron de allí. Me han hecho sentir cerca de casa y eso se agradece mucho al estar tan lejos”, afirma.
Por su parte, Maite Inthamoussu es una joven socia y dantzari de Haize Hegoa, y sostiene la validez del aporte mutuo y del intercambio cultural. “A ellos les aporta conocer uruguayos y uruguayas que viven con intensidad la cultura vasca y se esfuerzan por transmitirla a su entorno y vivirla día a día. Es cuestión de sentimiento, de cariño y de compromiso, no exactamente de tener o no apellidos vascos. Los jóvenes que comparten su tiempo con nosotros nos aportan su visión contemporánea de una tierra, lejana desde el punto de vista geográfico, pero muy cercana en lo cultural”, concluye.
“Por eso, si estás por llegar a Uruguay o conoces a alguien, comunícate con nosotros, será un placer recibirlos en nuestra casa, que es también vuestra”, finaliza Mariel Fernández.
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