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Nació en Las Flores, Argentina hace 48 años y es analista de sistemas, y docente, y vasca, ciudadana concienciada y comprometida. Está nominada a la "Mejor profesora del mundo".

Joseba Etxarri. Graciana Goicoechandia era recibida hace pocos días por el recién elegido presidente argentino Macri al ser una de los 50 docentes del mundo seleccionados de entre un total de 8.000 en el certamen "Global Teacher Prize" que, dotado con un millón de dólares, premia cada año a quien estiman es el o la "Mejor Docente del Mundo". Orgullosos estarían de ello Gregorio Goicoechandia y Anselma Arboniés, dos emigrantes que recién casados dejaron Navarra en 1914 para asentarse en la localidad bonaerense de Las Flores. Dos generaciones más tarde, Graciana hace gala, junto a su argentinidad, de su origen vasco, que porta con orgullo y de un afecto que ha sabido transmitir a su hija Leire, de cinco años, que vive con familiaridad el son de tritikixas y txalapartas en esta ciudad del interior situada 190 kilómetros al este de la ciudad de Buenos Aires.

Eres profesora.

-La docencia es mi pasión. Empecé en 1.989, recién recibida, impartiendo clase en el Instituto Superior de Formación Docente y Técnica nº 152, en Las Flores, a personas que me doblaban en edad. Debo la vocación a dos tías, María Cristina y Blanca Susana, que eran también docentes. Recuerdo cómo se llevaban a casa después de clase a los alumnos a quienes les iba mal.

Estudiaste analista de sistemas y te capacitaste como docente, en un área que exige reciclarse permanentemente.

-La informática y las nuevas tecnologías son una de las pocas áreas en que el alumno sabe más que el profesor, por lo que su labor es la de ser socio del alumno en su aprendizaje: tenemos que aprender juntos. Nuestro rol es acompañarles e incentivarles, para que puedan investigar y desarrollarse, proporcionarles herramientas para que avancen.

Desde hace poco eres directora de secundario.

-Tengo bajo mi dirección 140 alumnos en seis cursos y en cuatro de ellos imparto las asignaturas de Informática, Nuevas tecnologías de la información y conectividad, y Ambiente, desarrollo y sociedad. Es una escuela florense, la Dante Alighieri, estatal, de gestión privada: los chicos pagan una cuota módica de 400 pesos (menos de 40 euros), más no, porque si no se nos irían los alumnos, que son de familias de clase media.

También concejal.

-Este es mi tercer mandato. Formo parte del Concejo Deliberante y coordino asimismo lo que llamamos el Parlamento Estudiantil, un grupo de jóvenes que, "juegan" a ser concejales y se preparan para la vida adulta conociendo en primera persona el funcionamiento de la institución local. No hay que olvidar que desde hace dos años en Argentina el voto es obligatorio, a partir de los 18 años, y voluntario a partir de los 16 para quienes así lo soliciten, tanto para elecciones a nivel local como provincial y nacional.

Presidiste Euskal Etxea de Las Flores.

-Me integré en 2003 como secretaria de la Comisión y al cabo de un año salí elegida presidenta, hasta formalizar cuatro periodos como lehendakari.

En 2006 participaste de Gaztemundu y visitaste el País Vasco.

-Ha sido hasta el momento mi única visita. Resultó impresionante conocer la tierra de mis antepasados. Posteriormente fui elegida entre mucha gente en el ámbito deocente para viajar a Seattle en Estados Unidos, a Microsoft, y seguir becada unas jornadas, lo que constituyó un gran honor, y he tenido otras ocasiones en la vida, pero ninguna ha superado lo que sentí estando en el País Vasco. Me conmovió.

Ahora has sido seleccionada para el "Global Teacher Prize".

-Se trata de la primera fase: de 8.000 candidatos pasamos a ser 50. En febrero se reducirán a 10, y de esos diez en mayo llegarán a la persona que consiga el reconocimiento. Desde que hizo pública la nominación un mundo de gente se ha puesto en contacto. Me llamó el ministro de Educación, y él y el presidente Macri nos recibieron en Buenos Aires. Me han escrito en las redes sociales muchas personas, muchos amigos y mucha gente a la que no conozco, muchos de la Diáspora, para felicitarme. Ha sido, está siendo, bien emocionante.

Creo que si ganas, tienes ya pensado a qué dedicar una parte del premio.

-Quisiera que los chicos a quienes enseño tuvieran la oportunidad de viajar a Italia. Veo la similaritud entre nuestra Escuela Dante Alighieri, en la que estudian y aprenden durante años sobre Italia, y la diáspora vasca. Hasta la fecha ninguna promoción de la Escuela ha podido visitado Italia y me gustaría colaborar para que una primera promoción de egresados pueda hacerlo y establecer un emprendimiento para que a partir de entonces trabajen de manera autogestionada y cada promoción pueda aspirar a ese viaje. Quizás con escala en el País Vasco, por qué no (sonríe).

Zorionak! por el reconocimiento.

-Eskerrik asko.