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Nueva York, Estados Unidos. A las 12 en punto del mediodía, y tras la misa del Domingo de Resurrección, celebrada por el Obispo Auxiliar de la ciudad, el legazpiarra Josu Iriondo, los Joaldunak, seguidos por varias decenas de personas, salieron de la sede que Eusko Etxea tiene en el barrio de Greenpoint, en Brooklyn.  El sonido de sus característicos cencerros se escuchó por las calles del barrio bajo la atenta mirada de los socios y amigos del centro vasco y de cientos de personas que se cruzaron, atónitas, con el insospechado desfile de ritmo carnavalesco.

Los vecinos del barrio expresaron su positiva sorpresa por los colores de los trajes de la comparsa del Zanpantzar y sus 'sombreros'. Muchos de ellos recogieron el momento con sus cámaras o teléfonos móviles. Algunos se sumaron a los participantes para seguir con detalle los movimientos y los sonidos de los cencerros que portaban los jóvenes (chicos y chicas) llegados desde Berriozar para la ocasión.

[Los zanpantzar recorrieron las calles de Brooklyn sin dejar de hacer sonar sus cencerros (foto Koitz)]

Tras llegar al parque McCarren, en la confluencia de los barrios de Greenpoint y Williamsburg, los Joaldunak regresaron a la euskal etxea sin dejar de hacer sonar los cencerros. Por la tarde, tras la degustación de los pintxos y antes de la suculenta comida, preparada como es tradicional por el chef vasco Iñaki Lete, se celebró un sentido homenaje a los ex-presidentes de la Casa Vasca que están vivos.

El actual presidente de la entidad, Aitzol Azurtza, entregó sendas placas  a Mari Luz Landaburu, que recibió el recuerdo en nombre de su marido, Juan Ángel Landaburu (presidente entre 1998 y 2001) quien por motivos familiares se encuentra estos días en Euskadi. Azurtza entregó también sendas placas a Luis Foncillas Etxeberria (2003-2005) y a Itziar Albisu (2005-2013).

[El homenaje a los presidentes más recientes de Euzko Etxea fue muy emocionante (foto Koitz)]

Los tres, muy emocionados, expresaron su orgullo por el reconocimiento y sobre todo, por ser parte de la historia de Euzko Etxea de Nueva York, el primer centro vasco de todo Estados Unidos, fundado en 1913. Así, manifestaron a EuskalKultura.com que la historia de la Euzko Etxea neoyorquina es una historia de supervivencia, "como lo es la del pueblo vasco y su lengua milenaria, el euskara" y auguraron un buen futuro para la institución. Zachary Berhau (2001-2003) no estuvo presente en el acto por motivos de salud.

El día de celebración y reivindicación concluyó con la cena preparada por el ched Iñaki Lete, a la que siguieron la música y los bailes que duraron hasta la madrugada del lunes. Como ya es habitual, además de los invitados procedentes de Berriozar, en la jornada participaron un buen numero de vascos procedentes de localidades como Donostia, Mungia, Iruñea o Durango, entre otras.

Desde el estado de Ohio acudieron Justin Doyaga, su mujer y sus tres hijos, vascos neoyorquinos que se trasladaron hace un par de años a ese estado. Los Doyaga reunieron así a tres generaciones de la familia, con Emilia Doyaga a la cabeza.