Washington DC / EEUU. En estos momentos seis estudiantes estudian euskera desde Rocklin con la ayuda de Esther Ciganda. Nacida en Moses Lake, en el estado de Washington, Ciganda es un ejemplo de éxito del programa Euskara Munduan, que ayuda a estudiantes de euskera a convertirse en profesores. Ciganda pasó a residir por un tiempo en Euskal Herria, en Hendaia, y, una vez a la semana, se conecta a Skype para enseñar la lengua de los vascos a su grupo californiano de alumnos.
De la misma manera, los martes, siete estudiantes de Washington DC se conectan al video-chat online para seguir las clases de Oihana Andion, una navarra residente hoy en Boise (Idaho). “Dar clases por Skype entraña muchos retos”, indica la maestra. “Pero está re sultando una experiencia muy positiva. Pareciera que estuviesemos en la misma clase”, apostilla.
De todas las facilidades que Skype ofrece a la hora de dar clases de lengua, Andion subraya la flexibilidad: “Solo necesitas conexión a internet, te proporciona una gran movilidad. Si tienes que trabajar hasta más tarde de lo habitual, te puedes conectar desde la misma oficina y no te pierdes la clase, por ejemplo”. Beth Carmichael, una de sus estudiantes, apunta desde Washinton DC que “al principio, pensaba que iba a ser un poco caótico pero, la verdad es que funciona muy bien. Resulta muy práctico”.
Carmichael es originaria de Chico, en California, y se mudó al Distrito Federal en 2013, junto con su pareja, el getxoztarra Markel Bilbao. Tras varios viajes entre Euskal Herria y EEUU, ambos decidieron instalarse en la capital estadounidense. Beth trabaja como profesora bilingüe (castellano e inglés) en una escuela infantil y, Markel, es parte del departamento de comunicación del sindicato SEIU.
Pros y contras de la clase digital
Bilbao echa en falta un encerado físico, en el que la profesora escriba ejemplos o dé explicaciones sobre lo que están hablando pero también opina que “el chat de Skype sirve como pizarra”. Otro pequeño inconveniente ocurre a la hora de hacer ejercicios en grupo. Todos deben desconectarse del chat general, volver a unirse en grupos y, tras un tiempo establecido, unirse de nuevo a la conversación de la clase. Pero incluso esa traba tiene su lado positivo: uno puede levantarse de la silla, estirar las piernas y beber un vaso de agua, antes de realizar los ejercicios.
Beth aprovecha esos momentos para repasar lo que han aprendido, algo que considera “esencial”. En cierta forma, esos parones ofrecen a los estudiantes unos momentos de soledad para poder repasar los apuntes, algo que en las clases habituales raramente ocurre.
Andion, desde el punto de vista de la profesora, también agradece esos interludios porque “las clases online son más intensas que las presenciales”. “Tienes que tener todo más estructurado y más ejercicios y más material preparado”. Al fin y al cabo, el profesor no puede moverse de la pantalla. “La 'presencia física' es más importante en las clases online que en las presenciales”, indica. Es evidente que dividir la clase en partes es util para todos.
Estudiantes del Smithsonian
Este año, el famoso festival cultural Smitshonian, celebrado anualmente en Washington DC, se centrará en la cultura vasca y, motivados por esa circunstancia, cuatro trabajadores de la institución se han apuntado a las clases de Andion. "Mary Linn, Greyson Harris, Cristina Diaz-Carrera y Anne Pedersen quieren así ser capaces de dar la bienvenida a los asistentes llegados de Euskal Herria de la manera más cálida posible”, explica la profesora.
Este gesto no habría sido posible si NABO no ofreciese clases de euskera vía Skype, ya que en la actualidad Washington DC Euskal Etxea no ofrece clases de euskera.
-Si estás interesado/a en aprender euskera pero no existe un grupo o no hay profesor/a en tus alrededores, contacta con Itxaso Cayero, responsable de euskera de NABO, quien intentará buscarte un grupo o crear uno nuevo: itxaso.cayero@boiseschools.org.