Necochea, Argentina. Cristina Zubillaga es presidenta del Centro Vasco desde 2018 y su mandato se entiende hasta el 2025, aunque es parte de las distintas comisiones directivas desde 2004.
Sin retaceos, reconoció sus orígenes: “Yo no me sumé al Centro Vasco, me gestaron allí, nací en ese lugar. Mis padres se conocieron y se pusieron de novio integrando los grupos de bailes”, aseveró.
Y remató su marcado sentimiento con otra frase contundente: “Para mí, integrar la familia vasca es un honor. No sabría desarrollarme en la vida sin pertenecer a ese ámbito. Calculen que mi abuelo fue fundador de la institución”.
Amplió diciendo que “mi padre y sus hermanos, conformaron el primer cuerpo de bailes. Ellos, como mi abuelo, fueron dirigentes de la institución en distintas comisiones directivas y de damas”.
Cristina añadió que “junto a mis hermanos, hemos sido dantzaris y directores de los cuerpos de bailes y luego mis hijos siguieron nuestros pasos”, quedando en evidencia esa fuerte relación de los Zubillaga con la institución.
Abuelo fundador
El abuelo de Cristina, Gregorio Zubillaga, fue miembro de la primera comisión directiva y su abuela materna, Beatriz del Val de Municoy, fue quien se encargó de enseñar danzas folclóricas argentinas en el Euzko Etxea.
“También integré al padre de mis hijos que nada tenía que ver con lo vasco y fue director de la Tamborrada y, en la actualidad, sigue siendo director del grupo Otxote Osasuna”, resaltó Zubillaga durante la charla mantenida con Ecos Diarios.
Aseguró además que “la entidad se vincula a la sociedad abriendo sus puertas para dar a conocer la cultura vasca. También, formando en diferentes actividades deportivas a nuestros jóvenes. Cualquier ciudadano puede participar de nuestras propuestas”.
La labor bancaria
Cristina Zubillaga es profesional de la Arquitectura y para ello se preparó en materia de estudios. A pesar de ello, “por los avatares de la vida, dejé mi profesión de arquitecta y tuve la posibilidad de ingresar al banco, donde me desarrolle profesionalmente”, reconoció la mujer.
Al respecto, señaló que “como bancaria, aprendí a trabajar en equipo y la actividad me dio muchas satisfacciones y también sinsabores, pero es la vida misma y hay que saber aceptarlo”.
Consideró que “lo más importante es aprender a trabajar y generar equipos de trabajo. Algo que he implementado en el Centro Vasco, porque entre todos, los proyectos se desarrollan mejor”.
Y puntualizó que “valoro bastante la participación y trato de darle lugar a todos en las actividades que hacemos en la entidad. Desearía que de cada actividad que desempeñe en la vida, se me recuerde como una ‘buena mina’”.
Perfil
Amante de la playa y de la paz que ese lugar emana
“Los cargos son circunstanciales”, dijo la titular del Centro Vasco de Necochea que integra las comisiones directivas desde el 2004 y afirmó que “lo importante es hacerlo entre todos y eso da pertenencia, que es fundamental”.
Aseguró que “detesto los cargos a perpetuidad y siempre sostengo que si después de tu gestión, no hay nadie en condiciones de continuar el trabajo (tal vez de forma distinta), es porque no se han hecho las cosas bien. Nadie es imprescindible en un equipo, ese es el valor que tiene el trabajo en equipo”.
Hijos músicos
La familia de Cristina se compone de dos hijos, Manuel y Fermín, quienes han sido dantzaris, y músicos de la institución.
“Actualmente, ambos son profesores de música, uno en Necochea y otro en La Plata, y ambos tienen sus bandas de música”, aseveró la mamá orgullosa.
Respecto a sus gustos, aseguró que “amo la playa y la paz que ella emana. Soy familiera y afortunadamente, tengo muchos amigos. Valoro la lealtad en los vínculos. Viví en una casa muy musical y por tanto son también amante de la música”.
Y Cristina disfruta en su tiempo libre de bailar folclore vasco y argentino, y ésta última actividad, la desarrolla “en el taller de la Escuela Municipal de Artes de Necochea, donde descubrí un grupo humano maravilloso”, afirmó.
(la entrevista en su totalidad en Ecos Diarios)
Enviar a un amigo
Añadir comentario
