Berria/OIhintza Elustondo. Rocío Basterra (Viedma, Argentina, 1980) ha venido a Euskal Herria a pasar las vacaciones. Lo hace siempre que puede, aunque vive en Argentina. "Allí me falta algo, y al venir aquí también me alta algo. No se cómo, pero ¡he nacido con dos almas en un solo cuerpo!". El domingo terminan sus vacaciones, y aprovechará estos últimos días para hablar euskera.
-Eres argentina, y hablas euskera de maravilla. Muchos te tendrán envidia...
Si te digo la verdad, me lo dicen todo el tiempo. Cuando cuento que aprendí euskera en Argentina y que no vivo aquí, la gente se sorprende. Pienso que al contarlo a los cuatro vientos contagio a la gente a que pierda el miedo a aprender euskera. Para mí eso es lo más importante, contarlo, no para hacerme destacar yo, sino para que la gente diga: "Esta chica es normal normal, es euskaldun y vive en Argentina, ¿cómo es posible?". Con pasión y con esfuerzo, ¡claro que sí!
-Hoy, además, tienes una cena con amigos vascos. Cualquiera diría que eres de aquí...
Si, pero al pronunciar se nota enseguida que no soy de aquí. Y cuento orgullosa que soy de fuera. Porque sé que así también ayudo al euskera, a la militancia del euskera.
-Tienes apellido vasco. ¿Tienes antepasados vascos?
Mi primer apellido es Basterra y el segundo Del Vall Iturria. Mis antepasados son de Navarra: la familia de aita de un poco más arriba de Erribera, de Caseda, y el de ama me viene de Elizondo.
-¿ Eso te animó a aprender euskera?
Yo siempre digo dos cosas: si me apellidara Espageti, aún así aprendería euskera y defendería la cultura vasca. Igual-igual. Por lo tanto, no sólo tiene que ver con el color de la sangre. Es un mundo encantador; una cultura que ha sido tan perseguida y que sigue aqui tras miles de años. ¿Algo tendrá, no? Algo que no se puede explicar. Fue encontrarme con el euskera y enamorarme al momento. Y por otro lado, para mí ser vasco es utilizar el euskera.
-¿ Te sientes euskaldun, a pesar de ser argentina?
Si, yo me siento así, si me dejais sentirme así. A decir verdad, me siento muy argentina; amo mi país, pero también tengo otra patria.
-¿Cómo aprendiste euskera?
A través de un programa de internet, y luego tuve la oportunidad de ir a Maizpide (Barnetegi de Lazkao). Estuve allí seis meses aprendiendo euskera mañana y tarde, y si allí no aprendes, no lo harás en ningún lado. Viví con una familia de Ordizia, y de allí tomé la forma de hablar del Goierri. El mundo de los euskalkis me fascina. ¡Qué idioma más rico! Es patrimonio de la humanidad. La gente se dará cuenta dentro de muchos años. Estoy segura de ello.
-Ahora, das clases de euskera en una euskal etxea de Patagonia.
Cuando estudiaba derecho, vivía en Bahía Blanca, y por las mañanas, hacía 300 kilómetros hasta Patagonia. Daba clases en mi pueblo y en otro más, diez horas, a adultos, jóvenes y txikis. Y volvía por las noches a casa, otros 300 kilómetros. Lo hacía una vez a la semana y tuve que dejar de hacer muchos cosas para ello. Ahora, doy clases en la Euskal Etxea de Viedma y Patagones. Yo estoy convencida de que tengo que defender el euskera desde donde estoy, y seguiré así.
-¿ Los argentinos tienen interés por el euskera?
Nuestras actividades les crean interés: el año pasado, el grupo Itziarren Semeak actuó gratis; en Nochevieja, pusimos la ikurriña en la plaza mayor... Si te atrapa una actividad de la euskal etxea, haces contacto con el euskera, porque yo quiero meter el euskera en todas partes. Hemos empezado a hacer nuestra revista, y nos esforzamos en llevar el euskera a los titulares. Hemos empezado a incluir cine vasco poco a poco en nuestras actividades; queremos darlo en euskera, con subtítulos, para que el público pueda oirlo. Esas actividades atraen a la gente local, y no sólo a los que tienen relación con la cultura vasca.
-¿ Tu objetivo es difundir la cultura vasca en el mundo?
Mi objetivo es enamorar a la gente del euskera y de la cultura vasca; a partir de ahí, se puede lograr cualquier cosa. Hay que crear ese enamoramiento. Luego todo va solo.
-Presentaste un programa en euskera en ETB1: Yes we jai.
Al ser nosotros de fuera, y hablar euskera, sirvió para que la gente reflexionara. Lo hice con todo el convencimiento. Yo sabía que quería ser vasca, y me esfuerzo en vivir en euskera. Eso lo tengo muy claro. La cuestión es qué quieres ser.