Encuentro en Junín de los descendientes argentinos de Micaela de Arrillaga, emigrada a Argentina en el siglo XIX

La visita desde el País Vasco de José Arrillaga Iturralde sirvió de perfecta excusa en la localidad argentina de Junín, al norte de la provincia de Buenos Aires, para organizar una reunión a la que concurrieron alrededor de sesenta descendientes argentinos de Micaela de Arrillaga, nacida en 1846 en la localidad guipuzcoana de Orexa y que emigró más tarde a la Argentina, donde fundó familia junto a su marido, el también vasco Martín Antonio Guruceaga. Resultó un encuentro entrañable, con asistentes procedentes de Buenos Aires, Junín, Morse, Ameghino y General O'Brien. El encuentro dejó en evidencia, siglo y medio más tarde, la fuerza y el tirón que, por encima de la distancia y el tiempo, llegan a tener las raíces y los lazos familiares.

El detonante de la reunión fue la visita a la Argentina de José Arrillaga Iturralde, habitante del caserío Matxinea de Orexa, en el que nació en 1846 María Micaela de Arrillaga Gastesi. La casa del País Vasco de la que salió la familia --y cuya antigüedad llega a los seiscientos años según contaban en el encuentro-- sigue habitada por los Arrillaga y forma parte del patrimonio histórico protegido por el Gobierno Vasco.

Realizando ahora el balance familiar de fin de año, los descendientes argentinos del matrimonio orexarra recuerdan con agrado la visita a Junín el pasado 16 de octubre de José Arrillaga, acompañado de representantes de dos generaciones más de la familia nacidos en el País Vasco. Los miembros de las tres generaciones originarias de la misma casa Matxinea llegados a Junín fueron: el propio José Arrillaga Iturralde, actual residente en la casa familiar de Orexa, a quien acompañaba su esposa Arantxa; la hija de ambos, Aloña, con su esposo, Xabier; y la hija de éstos últimos, Ekiñe.

[Joxe Arrillaga Iturralde (de pie), junto a su mujer Arantxa y su hija Aloña (sentadas) en el transcurso del encuentro de Junín]

Descendientes del caserío Matxinea de Orexa

La visita constituyó una excelente ocasión para reunir a descendientes de las diversas ramas a que dio inicio en el último tercio del siglo XIX el matrimonio Guruceaga-Arrillaga, encuentro que fue posible gracias al esfuerzo y el conocimiento desarrollado por la bonaerense Elvira Guruceaga Dorbessan, de Chacabuco, respecto a sus orígenes y árbol familiar, que se mostraba satisfecha. 'Es la primera familia de Orexa que nos visita', explica a EuskalKultura.com. 'Han viajado a la Argentina otros familiares pero en momentos en que todavía no teníamos contacto. Yo veía en la Fiestas Nacionales Vascas a la ministra Mari Karmen Garmendia, casada con Fidel Azpiroz Arrillaga, pero ignoraba en esos momentos nuestro parentesco. Lo mismo con su marido Fidel y con un montañero de Baraibar que venía a escalar el Aconcagua, pero no nos conocíamos aún'.

Según relata Elvira, el grado de relación de parentesco que guarda con los actuales residentes en Orexa [la generación de 60-70 años] es su procedencia común a nivel de tatarabuelos. 'Todos provenimos de la casa Matxinea. Mi bisabuela Micaela de Arrillaga, de Matxinea, se casó con Martín Antonio Guruceaga, natural de la vecina Baraibar, en Navarra. Desconozco el año exacto en que llegaron a Argentina, aunque pudo haber sido en torno a 1868. Sé que estuvieron poco tiempo en Buenos Aires, donde mi bisabuelo repartía leche a caballo, y que más tarde se trasladaron a Chivilcoy, donde nació el primero de sus cuatro hijos, Cayetano'.

[Tras la comida en Junín, los miembros de la familia Arrillaga participantes del encuentro se desplazaron hasta el campo familiar]

Asentados en la zona de Junín, Pcia. de Buenos Aires

'Luego vinieron a Morse', continúa Elvira, 'en la zona rural de Junín, y adquirieron su primer campo, y acá nacieron sus otros tres hijos, mi abuelo Miguel, Lorenzo y Andrés. Al morir dejaron a sus hijos una importante cantidad de hectáreas de campo, donde cada uno levantó su vivienda'. Explica Elvira que el encuentro se celebró precisamente en uno de esos campos que permanece aún en la familia. 'Por razones climáticas nos reunimos a mediodía en un restaurante de la Sociedad Rural de Junín, donde Miguel Angel Guruceaga fue presidente, y luego nos trasladamos a su campo a tomar mates, como buenos argentinos. Comimos empanadas, chorizos, asado, helado y al final brindamos con champagne', cuenta Elvira con entusiasmo.

Para buen número de los asistentes argentinos, éste fue su primer contacto con familiares europeos. No así para Elvira, quien viajó por primera vez a Euskal Herria en 1998, más tarde en 2000 y una vez más en 2004. 'Qué sensación experimenté al dormir en la casa dónde nació mi bisabuela', cuenta reviviendo el momento. 'Sentí la misma emoción en Baraibar', explica con el semblante y los ojos iluminados. Desde aquella primera visita no ha perdido la comunicación con ambas familias, por lo que ahora se muestra más que satisfecha de haber podido recibirles en su casa durante siete días.

La llamada del origen y las raíces

'Una vez establecida la relación en el primer viaje, mis dos hijos varones estuvieron en su casa en tres oportunidades', prosigue. También viajó su hija, que la acompañó en 2004. La reunión en Junín, y en general el reestablecimiento de los lazos entre las familias de ambos países, es fruto de todo ello, y de su labor investigadora en los archivos Diocesanos de Pamplona y San Sebastián. 'Sigo investigando otras conexiones, ahora en Iribas, Navarra. En virtud de los datos que le aporté una prima, de la rama de mi tío abuelo Miguel, estuvo visitando Orexa aunque por apenas una hora'.

En el encuentro juninense las personas reunidas de más edad fueron María Angélica Bergamini de Guruceaga, de 96 años, 'muy lúcida, y mi mamá, Irma Irene Dorbessan, de 90 años. Por razones de salud no asistieron tres nietas de Micaela, de 89, 90 y 93 años. Participaron tres ramas de la familia de Cayetano, Miguel y Andrés, entre ellos un hijo de éste último, Osvaldo, de 84 años. De la rama de Lorenzo no asistió su hija de 90, que no tiene descendencia. El benjamín del encuentro fue Cayetano, de dos meses, de la rama Cayetano. Es su choznonieto'.

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