diáspora y cultura vasca
18/04/2011
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Bahía Blanca, Argentina. Profesora de euskera, matemática y música, e incansable difusora de la cultura del País Vasco en Argentina son algunos de los datos que describen a la bahiense Rosana Entizne. Primero alumna y luego profesora del programa Argentinan Euskaraz gestionado por HABE y FEVA, Entizne lleva más de veinte años sumergida en el mundo del euskera, no sólo dando clases sino también incursionando con la lengua de los Pirineos en proyectos artísticos de teatro y música.
Aún permanece en el recuerdo de los visitantes la tamborrada dirigida por esta euskaltzale argentina en la Semana Vasca 2009, en Bahía Blanca, o la presentación –con dirección conjunta de Miguel Mendiondo y Entizne-- de la ópera vasca 'Pudente' en el Teatro Municipal de esta ciudad de la provincia de Buenos Aires.
En este 2011, sin embargo, ha sido en el ámbito de las letras donde la irakasle de Unión Vasca ha sobresalido con un cuento infantil. El texto presentado por Entizne en el IX Concurso de Cuentos sin Fronteras de Otxarkoaga resultó ganador del certamen y ha sido publicado, junto a otras 27 historias, en un volumen que reúne relatos para niños.
Paz, tolerancia, igualdad de género, derechos humanos y cuidado de la naturaleza son algunos de los valores que desde este proyecto se intentan rescatar y difundir. 'Zorionaren bila-En busca de la felicidad', la historia de un niño que busca el camino hacia la felicidad, tuvo una excelente acogida en el certamen y se convertirá en material de lectura, tanto en euskera como en castellano, para los niños de Euskal Herria.
A continuación, compartimos con los lectores de EuskalKultura.com el cuento 'Zorionaren bila-En busca de la felicidad':
Había una vez un niñito que quería ser feliz.
Desde que el sol se levantaba hasta que se iba a dormir en brazos de la Madre Tierra andaba buscando la felicidad. Revisó en todos los rincones, y nada. Entendió que era invisible, imposible de atrapar entre las manos.
-¿Estará tal vez en la sabiduría? –Se preguntó, e inmediatamente se zambulló en los estudios. Algunos chicos del barrio lo invitaban a jugar, pero nuestro chiquillo estaba muy ocupado buscando la felicidad, hasta su habitación llegaban las risas de los demás. Parecían felices.
- Si no es en la sabiduría, será en las bellas artes-pensó el niño-Finalmente todos los artistas parecen felices.
Y así comenzó, al principio a pintar cuadros, y luego a escribir música. Había estudiado mucho y ni en sus cuadros ni en sus canciones había un solo error, eran, lo que se dice, perfectos. Pero de tan perfectos no decían nada, no emocionaban a nadie. Y mientras nuestro muchacho le ofrecía todo su tiempo a las bellas artes, los demás chicos del Instituto iban a la playa o la las discotecas. Ellos sí, ellos parecían felices.
-¡Claro!-Pensó- Ellos tienen dinero para derrochar. ¡Si! ¡Hay que ser rico para encontrar la felicidad!
Dicho y hecho. Ingresó en una empresa y como era muy inteligente en un santiamén llego a ser la mano derecha del jefe. Cada vez ganaba más dinero y se movía en círculos más elevados de la sociedad. El jefe, al jubilarse, le dejó su puesto.
Pero mientras nuestro hombre vivía de, por, y para el trabajo, sus compañeros, los que luego serían sus empleados, iban todos los fines de semana al monte o al campo y volvían los lunes a cual más feliz.
Cumplió veinte años provechosos en la empresa, en el decir de todos los veinte años más provechosos de la empresa y, según acostumbraban, le hicieron una fiesta.
Prepararon una cena magnífica y a los postres, el mano derecha de turno comenzó a hilar la historia del jefe: de cómo fue el mejor estudiante, los premios conseguidos en bellas artes y finalmente su gran habilidad para los negocios. La sala estallaba en aplausos cuando el homenajeado tomó el micrófono.
-Buenas noches, amigos, si es que me permiten llamarlos así. Muchas gracias, de todo corazón. Realmente me conmoví esta noche, porque se ha saciado la mayor obsesión de mi vida.
Cuando me dijeron que iban a haber una cena me dieron algunas entradas para invitar a mis familiares o a mis amigos. Lo agradecí y allí me quedé, con las invitaciones y sin saber a quién ofrecerlas. No tengo a nadie con quien compartir la vida y he venido aquí sintiéndome el más infeliz de los hombres. Mientras cenábamos los sentí realmente cerca. Al oír mi pequeña historia, muchas gracias, Tintxo, realmente has hecho un bonito resumen, dicho sea de paso. Al oír mi historia también la vi. A mi alrededor siempre había pobres y ricos, sabihondos y verdaderos asnos, con perdón de los asnos, artistas y trabajadores. Todos ellos parecían felices. ¿Qué tenían en común? Acabo de comprenderlo: amistad, amor mutuo. En eso consiste la felicidad. Allí está, acurrucada dentro de nuestros corazones, esperando que la dejemos despertar. Por todo esto es que les pido permiso de llamarlos amigos, y nuevamente les agradezco de todo corazón porque me han enseñado dónde está la felicidad.
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Blog del colectivo Txirula Kultur Taldea
www.txirulakulturtaldea.blogspot.com
Zorionak Rosana, artista!!!
Martin Irizar, 19/04/2011 21:04
Zorionakkkkkk !!!! Roxana!!! Me alegro por ti tan lindo reconocimiento!!! Te deseo lo mejor Besarkada handi bat!!!!
Valeria Garcia Oyarzabal, 19/04/2011 20:16
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