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Caracas, Venezuela. La misa reunió a cerca de 300 personas, que se acercaron hasta el frontón de la  euskal etxea --en el que por cuestión de aforo se ofició la ceremonia-- para acompañar a los familiares de los fallecidos. Si bien la misa mensual es una de las citas habituales del centro vasco, en esta ocasión la tragedia de la muerte de Iñaki Amenabar marcó la ceremonia. La misa fue oficiada por el Padre Orbegozo, provincial de los jesuitas, junto con el Padre Odriozola.

Como particular homenaje a Iñaki se bailó un aurresku, ejecutado por Ainara Olalde e Iker Urcelay. 'Iñaki solía acompañar en todos los actos y celebraciones de la comunidad vasca de Caracas con su interpretación del aurresku y participó de la organización de grupos de baile desde su más temprana juventud. En esta ocasión el txistu fue interpretado por Koldo Olalde, quien asistió a pesar de encontrase en silla de ruedas como consecuencia de una operación por una fractura y a quien esa misma mañana le avisaron de la muerte de su padre', explica a EuskalKultura.com Pedro Arriaga, presidente del centro vasco.

Durante el acto la comunidad vasca manifestó con su presencia su "dolor y consternación por la muerte en manos de la delincuencia del siempre querido Iñaki Amenábar", "quien es un vivo ejemplo del momento de terror y zozobra que está viviendo toda la población venezolana ante la apatía del gobierno nacional por darle una solución a la gran escala de violencia que sufre todo el país, donde sólo en la ciudad de Caracas mueren por armas de fuego no menos de 40 personas cada fin de semana", señalan con gran amargor desde la Dirección del centro vasco.