Rosario, Argentina / Abadiño, Euskal Herria.. Ignacio Unzueta Ortuzar dejó Euskal Herria con 16 años y llegó a Argentina en busca de nuevas y mejores oportunidades. Y vaya que las encontró, no sin un gran trabajo y esfuerzo, y ese empeño tan característico de los vascos.
Según relata el propio Unzueta en una entrevista realizada por Luis María Barrandeguy para el programa radial rosarino ‘Palabra de Vasco’, nació "el 16 de junio de 1936 en Mendiola", en el caserío Ibargoiti. Sus padres fueron León Unzueta y Donata Ortuzar. Siempre pensó en partir "hacia algún otro lugar, Argentina, Estados Unidos o Venezuela…" "Con 15 años estaba trabajando en Durango, en una industria muy grande, y a mi hermano mayor le tocó hacer el servicio militar. En ese momento mi madre se decidió… ese fue un poco el motivo por el que vinimos. Acá teníamos una tía y dos tíos por parte de mi madre, en Rosario y en General Baigorria". "Al llegar, mi hermano se fue a trabajar a un tambo en el campo y yo me quedé en Rosario, como peón de lechero. Trabajé seis meses y otro vasco, Patxi Arrieta, me dijo que me vendía el reparto de leche. Yo no tenía esa cantidad de dinero, pero él me dijo que me daba tres años para pagarlo. Me levantaba a las 4 de la mañana, iba a buscar la leche, que llegaba desde Roldán y comenzaba el reparto… A los 6 meses cancelé la deuda".
"¿Cómo lo hiciste?, me preguntó Arrieta. Trabajando, le respondí”.
La vida de Ignacio Unzueta está repleta de anécdotas como esta, de este vizcaíno que a los 20 años, y luego de haber comprado y vendido varios repartos, decidió cambiar y probar suerte en el rubro de la hostelería.
“A los 20 años compré un bar que estaba en la calle Buenos Aires y 9 de Julio, y al lado había habitaciones, de modo que armé un bar y una pensión. Luego lo vendí y alquilé una casa en la calle Catamarca 1837 y armé una pensión para 55 personas. Así fue como empecé. Fui comprando y vendiendo distintas pensiones hasta que con 25 años compré el lugar donde ahora está el Hotel Euskadi. Trabajé mucho, había 104 camas con pensión completa. Rosario estaba en su apogeo de edificación, venía mucha gente de afuera y había mucho trabajo. Con el tiempo decidimos demoler la pensión para hacer este hotel, que al principio iba a ser más pequeño pero luego me entusiasmé…”, cuenta orgulloso el vasco-rosarino.
Mientras tanto, Ignacio se casó con Elba Rosa Osa Aldekoa, quien en su época enseñó danzas vascas en el Centro Zazpirak Bat de Rosario. El matrimonio tuvo tres hijos, Maite, Begoña y José Ignacio. “Yo estoy muy agradecido a la Argentina”, expresa Unzueta. “Viví a mi manera, me di todos los gustos, viajé mucho… qué más puedo pedir… Siempre fui para adelante. Ahora tienen que seguir las nuevas generaciones”, concluye. (Para escuchar la versión completa de la entrevista realizada por Luis María Barrandeguy en 'Palabra de Vasco', hacer clic aquí)
Cumpleaños número 80
Con casi toda una vida hecha en Rosario, Ignacio Unzueta quiso celebrar su octogésimo cumpleaños en el pueblo que le vio nacer y por eso realizará este próximo domingo 19 de junio una comida en Mendiola para familiares y amigos que actualmente residen en Euskal Herria. Al enterarse de la iniciativa, los compañeros con los que Unzueta se reúne cada miércoles en la peña los ‘Miercolinos’ del Zazpirak Bat resolvieron viajar a Euskal Herria para sumarse personalmente al brindis por los 80 años de su amigo.
En palabras de Luis María Barrandeguy, “Unzueta es uno de los principales de la Sociedad Gastronómica los ‘Miercolinos’ y en seguida nos entusiasmamos con la idea de acompañarlo en el festejo. Seremos una pequeña cuadrilla formada por Claudio Esnal, Juan Carlos Lasalle, Jorge Loinaz, Julián Otamendi, Enrique Otaño, Luis Otaño, Julio Zubillaga y yo. Partiremos el jueves 16 y luego del festejo visitaremos otros lugares del País Vasco como Zarautz, Algorta y Donostia. Estamos muy entusiasmados con la idea”.
Unzueta preparará todo en Abadiño para recibir a sus amigos. Y la presencia de sus amigos rosarinos será sin duda muy importante para él, ya que como también recoge la entrevista con Barrandeguy, el Zazpirak Bat de Rosario ha ocupado un lugar fundamental en su vida: “Cuando cumplí 17 años me acerqué por primera vez al Centro Vasco. Iba dos o tres veces por semana, miércoles, sábados y domingos, a comer. He pasado muchos años ahí y he conocido a mucha gente. Me encanta cómo llevan las cosas ahora en el Zazpi. Hay gente que quiere trabajar y luchar; siempre la hubo, con distintas ideas… a veces ha sido un lugar un poco cerrado; pero ahora se ha abierto y eso es muy bueno. Mi mensaje para los jóvenes del centro es que sigan adelante ya que este es su momento”, concluye Unzueta.