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Bragado, Argentina. Cien años se cumplirán en noviembre de la inauguración del Teatro Constantino de Bragado y en el marco del centenario la Colección ‘Bilbaínos Recuperados’, impulsada por la Fundación Bilbao 700 III Millenium, publicará la biografía del ideador y fundador de este magno edificio bonaerense, el tenor Florencio Constantino. Recordemos que esta colección tiene el fin de divulgar y dar a conocer la vida y el aporte de aquellos hijos e hijas de la capital vizcaína y su entorno que han triunfado en distintas partes del mundo.

Florencio Constantino (1868-1919) llegó a Argentina con 22 años y si bien en sus comienzos se dedicó a trabajar en el campo, en poco tiempo se convirtió en un tenor reconocido internacionalmente. Sin embargo, el camino que lo llevó desde sus comienzos en Bragado hasta sus últimos días en México no fue sencillo. Distintos altibajos marcaron la historia del cantante, altibajos que se ven reflejados en anécdotas que aún se conservan sobre su persona. Motivado por las particularidades de este personaje y con el objetivo de redactar su biografía el investigador vasco Konrado Mugertza viajó a Bragado, en la provincia de Buenos Aires, para consultar material y entrar en contacto con el rastro que dejó el músico en esta ciudad determinante en la historia personal y profesional del tenor.

“La mayor investigación sobre Constantino la realizó un vasco argentino, Goyén Aguado, ya fallecido. La Municipalidad de Bragado le compró a su viuda todo el material que incluye, entre otras cosas, grabaciones originales y fotos. Y eso es lo que vino a ver Mugertza”, explica a EuskalKUltura.com María Amelia Dadet, dirigente y actual tesorera de la euskal etxea Danak Anaiak de Bragado. “El contacto se produjo a través de Mikel Ezkerro y a la llegada del investigador vasco a Bragado se organizó una recepción en la Municipalidad, en la que Mugertza entregó al intendente Aldo San Pedro un saludo en video de la bisnieta de Constantino que vive en Bilbao. Como nota de color, también le hizo entrega de una bufanda del Athletic Club de Bilbao”, detalla Dadet. Por su parte, San Pedro le obsequió al visitante una bandera y un libro con la historia de las instituciones locales, entre las que figura el centro vasco bragadense.

[El Teatro Constatino se encuentra actualmente en obras por los trabajos de remodelación que se le están llevando a cabo (foto EE)]

La municipalidad de Bragado puso a disposición del investigador el Archivo Histórico, en cuyas dependencias trabajó toda una tarde acompañado por autoridades del centro, así como por Mikel Ezkerro. A continuación, cenó con integrantes de la euskal etxea, cena en la que también participó Felipe Amado, artista local que está escribiendo una ficción sobre Constantino para el centenario del teatro. La visita se prolongó durante dos jornadas y el investigador pudo recorrer las obras de remodelación que se están llevando a cabo en el teatro acompañado por el arquitecto a cargo de las mismas, señor Avena. “Es impresionante la obra que están llevando a cabo. Francamente merece la pena visitar el Centro Cultural, único en el país fundado por un cantante vasco que cantó en todos los escenarios líricos importantes del mundo y que estuvo a la altura del gran Caruso”, subraya María Amelia Dadet. Habrá quienes viajen en breve ex profeso desde Euskadi para visitar el teatro, ya que según anunció Mugertza la bisnieta de Constantino prometió estar presente en noviembre, en las actividades por el aniversario de la sala.

“Desde el centro vasco le obsequiamos a Konrado Mugertza el libro de los hermanos Labaqui sobre la colectividad local y un video con la historia del centro vasco. Además, y en calidad de anfitriones, durante su estadía le convidamos con asado, mate y ricos vinos de la Patagonia y Mendoza”, explica Dadet, representante de una euskal etxea y de una localidad, Bragado, que tienen a gala y exhiben en uno de los lugares preferentes de su historia y aporte cultural la presencia y la contribución que desde Bragado realizara al mundo este insigne tenor, cuyos restos mortales descansan asimismo desde hace algunos años en la ciudad, trasladados desde el panteón vasco de la ciudad de México, donde Constantino falleció en 1919.