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El realizador pamplonés Arturo Cisneros Samper es elogiado en los Estados Unidos por 'Bagdad rap'. La cinta narra la situación que se vivía en Irak en los días previos al comienzo de la guerra que encabezaron EEUU y Gran Bretaña (en Gara)

01/08/2004

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[Este parece un buen momento para documentales. Tras el éxito de «La pelota vasca», de Julio Médem, y «Bowling for Columbine», de Michael Moore, una nueva hornada de cineastas ven en el género un buen arma para denunciar las injusticias que se viven en todo el planeta. «Bagdad rap» es uno de ellos]

Bilbao. Recién llegado del Festival Internacional de Cine Latino de Los Angeles, Arturo Cisneros Samper, realizador iruindarra de 34 años, no ha perdido ni un ápice de la energía que lo llevó a rodar el documental “Bagdad rap”. La cinta narra la situación que se vivía en Irak en los días previos al comienzo de la guerra que encabezaron EEUU y Gran Bretaña. En palabras del propio Cisneros, es «un largometraje de 75 minutos en el que se condensa la rabia que trajimos de Irak».

«El pueblo iraquí es muy culto, no son pastores nómadas ni mucho menos, como se nos vendió aquí», explica un Arturo Cisneros que aún hoy muestra su sorpresa cuando recuerda los primeros días en Bagdad: «Nos recibieron con los brazos abiertos. Diferenciaban claramente lo que era política exterior del Gobierno y la voluntad real del pueblo. En nuestro caso, eran muy conscientes de la situación del País Vasco».

Cisneros llegó a Bagdad el 16 de marzo, «cuatro días antes de que callera el primer Tomahawk de fabricación norteamericana», dentro de una Brigada surgida de los Comités de Solidaridad con la causa Arabe. «Queríamos hablar con la gente, recoger testimonios y ser testigos de primer orden», asegura, mientras admite que en un principio «no sabíamos muy bien qué íbamos a rodar».

El cine documental ha ganado mucha importancia dentro de una generación de cineastas que ven necesarias las herramientas que éste aporta para retratar la realidad. En este sentido el director navarro cree que «un documental es un arma» mediante el cual un cineasta se «arma con una cámara y va al campo de batalla de la información consciente del inmenso poder que tienen los medios de comunicación». El objetivo de un documental es «hacer frente a las mentiras que se han contado» y Arturo Cisneros se dará por satisfecho el día «que caiga Bush y que la gente sea consciente de las grandes mentiras que han sostenido esta guerra».

Agradable sorpresa

Tras acabar la película el pasado mes de mayo Arturo Cisneros comenzó a pensar en la promoción. Zinemaldia era la prioridad en Euskal Herria, Valladolid y Gijón, en el Estado español, y el Festival Internacional de Cine Latino de Los Angeles, un sueño. «En el ámbito internacional pensamos en mandarlo a Los Angeles pero lo cierto es que no teníamos demasiadas esperanzas». Cisneros se llevó una sorpresa mayúscula cuando el Festival invitó a “Bagdad rap” a participar en dentro de la sección oficial del certamen.

En esta ocasión, Los Angeles también ha sido la meca del cine. La repercusión de “Bagdad rap” ha sido «bastante importante», pese a que con una agridulce mezcla de ilusión y resignación Cisneros admite que «haberse llevado el premio hubiese sido grandioso».

Al contrario de lo que podía parecer, la cinta caló rápidamente entre el público estadounidense porque «la gente crea un paralelismo entre ŒBagdad rap’ y ŒFarenheit 9/11’, de Moore ­ apunta­. Me han puesto la etiqueta del ŒMichael Moore español’ y eso nos ha dado mucha promoción y la oportunidad de negociar con dos distribuidoras para que muevan la película en EEUU», añade.

Michael Moore es, en parte, uno de los culpables directos de que en todo el mundo los documentales hayan entrado con fuerza en las salas comerciales. «Moore es muy importante porque está haciendo que el público empiece a pensar de verdad», asegura Cisneros.

Ese, las salas comerciales, parece ser el destino de “Bagdad rap”. «Nos gustaría estrenar en Zinemaldia porque es un buen sitio para hacerlo. Buscamos un contrato para exhibirla en salas». En caso de que eso no funcione, EITB ya mostró su interés por emitir el documental.


EL RITMO DE LAS CALLES SE ENFRENTA A LA GUERRA

I.F./Bilbao. A ritmo de rap. Las imágenes de “Bagdad rap” vienen acompañadas del canto de la calle, de la expresión del ciudadano de a pie y de la democracia de los versos. La fuerza dinámica que alcanza la poderosa combinación entre imágenes y versos resulta sorprendente.

Raperos como Selektah Kolektiboa, Frank T, Arianna Puello y Zennit han puesto la música a la banda sonora original. «Nosotros enseñamos a los músicos un montaje inicial y sobre él crearon los temas que pueden escucharse en la banda sonora. Así que reflejan lo que sintieron cuando vieron la película», explica Arturo Cisneros.

La importancia de los versos que escupen los raperos queda justificado para Cisneros porque «es el lenguaje de la calle, pura poesía, sin censura y muy directa».

En la cinta de Cisneros hay un hueco para el euskara. Selektah Kolektiboa le ha puesto la música a una videocreación en la que se combinan imágenes de una visita a un refugio antiaéreo en el que «murieron 400 personas bajo las bombas norteamericanas», secuencias de archivo del bombardeo de Gernika y una animación de motivos picassianos cedida por la fundación Gernika Zuzenean. «Es uno de los momentos álgidos de la cinta en la que se denuncian los bombardeos indiscriminados», apunta.

(publicado el 01-08-2004 en el diario Gara)


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