José C Paz, Argentina. Las ciudades de José C. Paz, en Argentina, y Oñati, en Euskal Herria, firmaron su Hermanamiento el 15 de julio del año 2000 [situados a unos 35 kilómetros de la Ciudad de Buenos Aires, José C Paz y su partido son una de la zonas más golpeadas por la pobreza y el desempleo de todo el área metropolitana]. El convenio, que surgió por una cuestión histórica, ya que el fundador de José C. Paz, José Vicente Altube, era oñatiarra, no tardó en dar frutos y, auspiciado por la villa de Oñati y la euskal etxea pacense, un primer container con medio centenar de cajas cargadas de elementos de primera necesidad llegó al municipio bonaerense a fines del 2001, en el marco de la más grande crisis económica que atravesó el país austral en los últimos 20 años.
Durante estas dos década y gracias a la incansable labor del Centro Vasco Toki Eder, en José C. Paz, y la ONG Hermansoloña, que con el tiempo se constituiría en Oñati, llegaron a Argentina un total de 35 contendedores, no solo con elementos de primera necesidad sino también con máquinas, herramientas y accesorios para montar pequeñas fábricas y talleres.
Las donaciones oñatiarras no se limitaron a José C. Paz, sino que por intermedio del centro vasco paceño, con María Ángeles Oñederra a la cabeza, fueron distribuidas a lo largo de Argentina, llegando incluso a Jujuy, donde se colaboró para la construcción de molinos de agua para la comunidad Queta.
En 20 años el programa vasco-argentino se han ido adaptando y, aunque el envío de containers cesó, la solidaridad del pueblo de Oñati sigue firme y se materializa hoy través de la colaboración con Proyectos en Centros Receptores de Ayuda –especialmente aquellos a los que asisten jóvenes con capacidades diferentes– y mediante becas, para facilitar el acceso de jóvenes al estudio de oficios.
En palabras de Oñederra, a 20 años vista del Hermanamiento, “Estamos felices porque no quedó en meras palabras. Es incontable la colaboración que hemos recibido y seguimos recibiendo, pero no solo eso. En Oñati recuerdan a cada una de las personas que han conocido aquí, y lo más importante, la comunicación es diaria. Ante cualquier necesidad que manifestamos, inmediatamente recibimos respuesta”, expresó, feliz por el aniversario, la referente del Centro Vasco Toki Eder.