El Guggenheim exhibe la más exhaustiva muestra realizada hasta la fecha sobre el Imperio Azteca, con cerca de 600 piezas; permanecerá abierta hasta el 18 de septiembre (en Deia)

Mila Trenas/Bilbao. El Museo Guggenheim de Bilbao acoge la revisión más amplia e históricamente precisa que se haya organizado hasta ahora sobre el Imperio Azteca, en una exposición en la que se han reunido cerca de 600 piezas procedentes de más de cincuenta colecciones públicas y privadas.

Esculturas monumentales, relieves, cerámicas polícromas, instrumentos musicales, objetos labrados en jade o madera, ornamentos y joyería evocan los diferentes estilos de vida de aquellos pueblos que formaron el Imperio Azteca en una gloriosa época de riqueza, poder y esplendor.

Esta magna exposición, que se inaugurará mañana y permanecerá abierta hasta el 18 de septiembre, se ha organizado en colaboración con Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (CONACULTA) y con el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) de México, y ha contado con el patrocinio del BBVA y de Iberdrola.

El interesante montaje ha sido diseñado por el arquitecto Enrique Norten, que ha depositado las piezas en grandes urnas de cristal que se pueden rodear permitiendo así contemplar desde todas las perspectivas las piezas seleccionadas por el comisario Felipe Solís, entre las que se encuentran los hallazgos arqueológicos encontrados en la década pasada y que por primera vez se presentan fuera de México.

El germen de "El Imperio Azteca" se encuentra en la exposición que pudo verse el pasado otoño en el Solomon R. Guggenheim Museum de Nueva York, pero para su exhibición en Bilbao se ha ampliado considerablemente el número de piezas y, en particular, en lo que se refiere al período del ocaso de esta civilización precolombina tras la conquista española.

"Debido a la relación entre ambos pueblos, el contexto de la exposición cambia considerablemente", en opinión del comisario quien agradeció el esfuerzo notable realizado por diferentes instituciones, entre ellas las que han cedido las piezas, y que ha permitido "ofrecer una visión actual de un pueblo muy orgulloso de ser él mismo".

Solís recordó que existen muchas visiones del pueblo azteca, sobre todo en el Estado español donde se dio una idea intencionada. "Nosotros vamos a acercar México y España a partir de esta exposición equilibrada, elegante, moderna y exhaustiva. La más grande organizada nunca, y no solo por el número de piezas, sino por el tema que trata".

Para el comisario es muy importante presentar el Imperio Azteca "en toda su amplitud y para ello cada uno de los temas tratados tiene su espacio y ofrece al público la posibilidad de reflexionar sobre una sociedad pasada, muy orgullosa y muy feliz de disfrutar de su entorno natural que es la formada por los dos poderosos estados indígenas del México antiguo, el Azteca y el de su vecino y enemigo tradicional, el Imperio Tarasco".

Dividida en diez apartados diferentes, que ocupan once salas del Guggenheim, la exposición desarrolla la génesis, el apogeo y la decadencia del pueblo azteca, no solo a través de los lugares, las costumbres, la economía y la vida cotidiana ,"sino también la de sus tradicionales enemigos y la de los señoríos que conquistaron", afirmó Felipe Solís.

El entorno natural, la vida palaciega y la cotidiana, los ancestros de los aztecas, la visión sagrada del universo, dioses y ritos y el ocaso de los imperios con la conquista española de México, son algunos de los temas en los que profundiza una muestra "irrepetible y única en su género ya que sería necesario visitar más de 50 instituciones para poder contemplar lo que aquí se ha juntado. El público podrá contemplar lo que ni siquiera los indígenas pudieron".

Ilusionado con un proyecto "que ha significado un esfuerzo muy grande por parte de muchos", la exposición es para el comisario una muestra actual y moderna y "la más importante de las organizadas hasta ahora en el Guggenheim", según el director del museo Juan Ignacio Vidarte, quien no quiso comentar el coste de esta ambiciosa y cara exposición que espera sea una de las más visitadas.

La muestra "permite situarnos en el umbral de lo que fue la cultura mexicana y el mundo antiguo haciendo más extenso el horizonte que se envuelve en una homogeneidad histórica", según Sergio Raul Arroyo, responsable del INAH, quien destacó que uno de los valores de la exposición se encuentra en que revisa no sólo los aspectos religiosos y jerárquicos, "sino los de la vida cotidiana de las gentes".

(publicado el 17-03-2005 en )

euskalkultura.eus

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