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Boise, EE.UU. “Hubo más gente de la que me esperaba”, subraya Davis, que estuvo en el restaurante Bardenay las cuatro horas que duró el evento, entre las 17:00 y las 21:00 horas. Annie Gavica, especialista en educación del Museo Vasco de la ciudad, remarcó que entre los asistentes hubo gente “muy diversa”. “Había mucha gente que no conocía, clientes habituales de Bardenay, pero también se dejaron ver muchas familias vascas y de la Ikastola”.

El restaurante Bardenay colgó un cartel a la entrada, haciendo saber a los clientes que la del lunes era una noche en apoyo a la Ikastola. Y en el interior también se pudieron ver un par de fotos de la guardería vasca, señala Henar Chico, webmaster del blog A Basque in Boise y madre de dos ex estudiantes de Boiseko Ikastola.

Mara Davis pensó, en un principio, que no sería fácil convencer a las familias vascas a que se animasen a la recaudación de fondos, pero finalmente lo fue. En sus palabras, esto puede deberse al hecho de que “incluso salir a cenar fuera es como un viaje para los más pequeños”. Gavica, por su parte, quiso subrayar que este evento organizado por Bardenay es muy cómodo ya que no exige que nadie trabaje ni sea voluntario, sino que supone una tarde que combina el relax con el apoyo a la Ikastola, lo que cree afectó positivamente a su éxito.