El diario La Nación habla en un artículo del pueblo bonaerense de Uribelarrea, fundado por don Nemesio de ídem en 1889

Uribelarrea, Argentina. Se trata de un pintoresco pueblo de algo menos de un millar de habitantes situado a 16 kilómetros de Cañuelas, en la provincia de Buenos Aires, que se originó cuando el hacendado Nemesio de Uribelarrea --presidente de la municipalidad de Buenos Aires durante el gobierno de Sarmiento-- donó parte de sus tierras para fundar una colonia agrícola. El diario La Nación publicaba el pasado sábado el siguiente artículo, titulado 'El espíritu gaucho aún le aporta energía a Uribelarrea', firmado por Carmen Verlichak:

Nacido por impulso de las chacras tamberas que proliferaban en la zona, atravesó épocas de crisis y hoy vuelve a surgir de la mano de la inversión turística.

¿Cuál es ese tono que hace a este pueblo tan especial? Es posible que sea porque reservó para sí un aire gaucho y centenario que la modernidad tuvo que respetar. Quizá sean esos muros de la estación que cuentan historias de acarreos y despedidas, con ladrillos que miríadas de lluvias lavaron, quizá sea por las hojas caídas entre las cansadas vías del tren, quizá por los altísimos eucaliptos que "murmuran" mientras dan sombra.

O puede ser que el responsable del misterio sea el extrañísimo cementerio, de artística reja de entrada, vacío, sin nadie que lo habite y apenas quien lo visite. Aunque esto último no lo podemos afirmar, ya que ¿habrán migrado las ánimas cuando se desalojó el lugar y quedó apenas una bóveda, vacía también?

Uribelarrea nació de las chacras tamberas, allí en la provincia de Buenos Aires, a 16 kilómetros de Cañuelas. En 1889, cuando corrían los tiempos de Domingo F. Sarmiento, Miguel Nemesio de Uribelarrea donó parte de sus tierras para establecer una colonia que fue fundamentalmente lechera. Fue una actividad que en su apogeo (años 30 y 40 del pasado siglo) reunía una cincuentena de tambos. Hoy hay aún algunos que además producen quesos y dulces de leche.

Por su parte, en 1894 los padres salesianos fundaron la Escuela Agrotécnica Don Bosco, primera de ese tipo en el país, que hoy sigue en funciones.

En Uribelarrea --Uribe para los íntimos-- se puede hablar de fundación y refundaciones. La primera sin duda es la que le dio el nombre al lugar. Como se dijo, Miguel de Uribelarrea fue responsable de ello, y además erigió en 1890 la iglesia neogótica en honor a su esposa.

Esta construcción es neogótica pero tiene una curiosa longitud para ese tipo de iglesias; en este caso, la nave (distancia entre la entrada y el altar) no llega a una veintena de metros. La belleza del diseño está replicada en la espadaña y los pilares que la rodean.

En esta iglesia, el cineasta Alan Parker filmó la recordada secuencia del entierro del padre de Evita, Juan Duarte. Además, Uribe fue escenario de la película Juan Moreira y muchas otras.

La otra fundación

Ahora se puede hablar de otra fundación. Desde hace un tiempo, inversores, turistas y nuevos habitantes fueron atraídos por este pueblo. Un complejo de restaurantes ya establecidos y otros que se anuncian, junto con algunas posadas, dieron otra vida al lugar, respetando puntillosamente el aire cansino y posibilitando el andar de las volantas. Empezó como zona tambera y con ese sello se quedó. Por eso, por alguna calle se puede encontrar al tamberito arreando las vacas (con boina vasca, claro).

Uribe muestra continuamente signos sin develar de una pampa misteriosa, que es seguramente lo que atrae tanto. Porque, como ya se sabe, el misterio no hay que develarlo, simplemente sentirlo.

FICHA TÉCNICA

-Nombre: Uribelarrea

-Ubicación: en el este de la provincia Buenos Aires, a 16 km. de Cañuelas y 80 de la Capital Federal, sobre la ruta nacional 205

-Origen: se fundó en 1889, por influjo de las chacras tamberas que proliferaban en la zona, en tierras donadas por Miguel Nemesio de Uribelarrea.

Enlaces relacionados

El artículo en el diario porteño La Nación
'El espíritu gaucho aún le aporta energía a Uribelarrea'

A continuación, un artículo anterior, en que asoma con fuerza el pasado vasco de Uribelarrea (publicado el 18-04-2004 en el diario Clarín, lo firma Cristian Sirouyan, no hemos hallado link):

EN UN PUEBLO DE PELÍCULA

Uribelarrea, Argentina. Don Reinaldo Errecart se siente cómodo en la plaza de Uribelarrea, donde lleva largo rato repasando la historia del pueblo en que nació hace 80 años y vivió siempre. Conocedor del pago y su gente como ningún otro, devuelve cada saludo a viva voz sin siquiera girar la cabeza.

De ser reconocido como "el alambrador" del poblado de 50 manzanas, este hijo de vascos de impecables alpargatas, bombacha y boina pasó a ganar notoriedad como el gaucho con su volanta que se metía al trotecito en las imágenes de Evita, filmada por Alan Parker. En 1996, el cineasta inglés adaptó el centro cívico de Uribelarrea para recrear el funeral del padre de Eva Perón en Los Toldos a principios del siglo XX. Desde Los crápulas, con Lando Buzzanca (rodada en 1972), 22 directores de cine pusieron foco en Uribelarrea.

Así como Errecart, cada uno de los 800 vecinos tiene historias para contar, que invariablemente se entrecruzan. Los motiva un pasado de pioneros y proezas: en esta comarca lechera fue inventado el dulce de leche claman con orgullo y el tambo Valle de Goñi creó la variedad de este clásico argentino a base de leche de cabra. Hay más. Unos 300 chicos y adolescentes empiezan a tutearse con las actividades de campo en la más antigua escuela agrotécnica de país, fundada en 1894 por curas salesianos.

El tren, la fuerte impronta vasca y el aporte criollo se hermanaron desde el surgimiento de la Colonia agrícola hace 114 años. Tres años después llegó el ferrocarril, para transportar la producción de 114 tambos de toda la zona de Cañuelas. El frontón de paleta atrae a los uribelarrenses como un imán donde comparten sus vaivenes cotidianos. A pocos pasos, la cancha de sortija pegada a la estación agita la pasión por las carreras, amenizada por asados, fiestas folclóricas y desfile de carruajes hasta la parroquia.

La parada del tren de estilo inglés y un refrescante monte de eucaliptos enmarcan el Museo Regional de Máquinas y Herramientas, que se puede recorrer hasta las 5 de la tarde en punto. A esa hora, el cuidador Galo Garmendia se dispone a dormir su siesta, un rito que aquí se cumple casi como un mandato.

El guía Leo Guiñazú guarda en su memoria la historia de cada rincón, esquina, pastizal o caserón de ladrillo cocido. Recuerda que en Valeria de Crotto la única calle asfaltada participó hace 16 años de una escena de La boda secreta, con Mirtha Busnelli y Nathan Pinzón. Nos apuramos por reconocer cada sitio que atrae a los visitantes más allá de la plaza: en la casa de té del tambo de cabras remarca Nancy Ianucci, que fabrica y ofrece cerveza negra artesanal en el jardín de su casa-parador sirven picadas con manjares locales. Una desmesura de quesos, longaniza, mondiola y salame de Pueblo Escondido, panes de un horno a leña, licores y dulces de la casa y de la escuela Don Bosco.

Contenemos por un rato la tentación, rendidos ante el relato pausado de don Reinaldo, el alambrador. Cuando nació en la estancia La Figura, que perteneció al ex presidente Carlos Pellgrini, llegaban cien carros lecheros por día. El anciano rastrea más atrás en el tiempo ("mi madre conoció al primer dueño de estas tierras, Miguel Nemesio Uribelarrea, que sabía sentarse en un banco de piedra de esta plaza"), convida un mate y, al despedirnos, mientras saluda boina en mano, avisa que a él siempre se lo encuentra, dispuesto "p'a lo que haga falta".

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