La ceremonia de inauguración e imposición de este nombre se desarrolló en el marco del festejo por el Día Internacional del Euskera y contó con la presencia de autoridades de la euskal etxea y del intendente municipal Carlos Gorosito. También participaron del acto los hijos de ‘Cata’ Carrano Azcona, quienes agradecieron a la institución y a los presentes por el homenaje.
Saladillo, Argentina. El pasado 5 de diciembre y en el marco de los festejos por el Día Internacional del Euskera, el centro vasco Itxaropen de Saladillo abrió oficialmente las puertas de su biblioteca, que llevará desde ahora el nombre de ‘Ángela Catalina Azcona Carrano’, en recuerdo a quien fuera primera bibliotecaria del centro.
Con una importante concurrencia de público, la inauguración fue presidida por miembros de la Comisión Cirectiva de la entidad, encabezados por la lehendakari Nora Idoeta, así como por la actual bibliotecaria, Verónica Soler, quienes recordaron la trayectoria de ‘Cata’ Carrano Azcona, su vocación docente, su participación en la fundación del centro vasco y el trabajo realizado para recibir, ordenar, conservar y facilitar a los interesados el material bibliográfico con el que fue contando la euskal exea desde sus orígenes.
Además de las palabras alusivas, se descubrió una placa con el nombre de la biblioteca y Alfredo Elisagaray, ministro de eucaristía y socio de la euskal etxea, rezó una oración y bendijo la placa y el recinto. También estuvieron presentes en la ceremonia para evocar la figura de la señora Carrano Azcona, sus hijos Soledad y Daniel Fernández.
Visita y exposición sobre el centro vasco
Junto con esta noticia, el centro Itxaropen informa de que el pasado 28 de noviembre representantes de la euskal etxea asistieron a la muestra Estática y Dinámica que el Jardín de Infantes Nº 904 organizó en homenaje al centro vasco. Según explican a EuskalKultura.com, “un día de septiembre se acercaron a nuestra sede, recién inaugurada, las maestras del Jardín y nos propusieron traer a los niños de 5 años para que conocieran la cultura vasca, las costumbres, las comidas y el porqué de un ‘caserío’ en el barrio. Después de aquella visita, nos sorprendieron gratamente con esta muestra, en la que disfrutamos de un baile con música vasca, de unos ricos pintxos y de trabajos manuales que demuestran cómo los niños incorporaron lo que les dijimos en su visita a nuestra casa”.