diáspora y cultura vasca
13/03/2013
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Iruña-Pamplona, Navarra. Gracias al blog Basque Identity 2.0, del historiador Pedro Oiarzabal, hemos sabido de una historia apasionante, que une la que fue, posiblemente, la mayor fuga de la historia moderna con la comunidad vasca de California.
La fuga del fuerte de San Cristobal, ocurrida el 22 de mayo de 1938, fue silenciada durante muchos años por la propaganda franquista, mientras que otras experiencias parecidas, como la de 76 prisioneros aliados que huyeron del campo alemán Salag Luft III Camp de Polonia, en 1944, han merecido películas míticas como "La gran evasión" (1950). Pues, si los historiadores logran localizar a este cuarto preso, se confirmaría que la de Ezkaba fue más exitosa que aquella. ¿Por qué? Vayamos por partes.
Presos anti-franquistas
El próximo 22 de mayo se celebrará el 75 aniversario de la fuga del Fuerte San Cristóbal, situado en el cerro Ezkaba, cerca de Iruña. Durante el franquismo, se encerró en esta carcel principalmente a republicanos, militantes obreros y personas opuestas al regimen, en condiciones infrahumanas.
Según testimonios de los reclusos, el hacinamiento, la falta de alimento y las torturas fueron prácticas habituales, hasta el punto de volverse insoportables. Fue entonces cuando una fuga planeada por los presos Leopoldo Picó Pérez (prisionero número 319) y Baltasar Rabanillo Rodríguez (prisionero número 1012) —militantes comunistas de Bilbao y Valladolid, respectivamente— logró liberar a un tercio de los encarcelados.
Brutal represión
En los días siguiente a la huida, de los 795 presos fugados, un 28% fue brutalmente asesinado en las cercanías de la prisión, y el resto de los capturados fueron castigados con 40 días de aislamiento y tratamiento inhumano.
Trece de los líderes de la huida, incluido Baltasar, fueron sentenciados a muerte. Leopoldo fue capturado y fusilado sin juicio. Otros 46 presos capturados murieron en el fuerte entre 1938 y 1943 debido a enfermedades y el cruel trato que recibieron. Solo tres hombres —Valentín Lorenzo Bajo, José Marinero Sanz, y Jovino Fernández González— lograron llegar a la frontera francesa, a 50 kilómetros del fuerte.
El cuarto hombre de California
Sin embargo, no termina aquí la historia. Al parecer, en 1998 un hombre venido de California visitó la zona, rememorando la fuga en la que participó 60 años atrás. De la visita sólo queda el testimonio de hasta seis personas que se encontraron con él. El hombre les contó que nació en Azagra (Nafarroa), en 1918, y que estuvo preso en Ezkaba hasta que logró huir en 1938. Llegó a la frontera, donde se refugió en la granja de Martin Urrels, en Banka. Allí supo que dos hermanos de Martin, Michel y Jean, trabajaban como pastores en Cedarville, California.
El hombre misterioso partió de Francia a México, de donde logró cruzar la frontera y llegar a California. Allí trabajó para los hermanos Urrels durante algunos años. El hombre explicó que se enroló en el ejército estadounidense durante la Segunda Guerra Mundial y que formó parte de un batallón de tanques en Europa. Después de la guerra, creó un negocio de camiones, que heredaron sus hijos.
En busca del hombre misterioso
Ésta es la historia que recuerdan quienes se encontraron con aquel visitante de California, que a los 70 años decidió reencontrarse con su pasado. Su identidad continúa siendo un misterio, pero el testimonio corrobora la existencia de un cuarto fugado que logró huir con éxito, lo que convertiría a la de Ezkaba en la fuga más exitosa de la historia contemporánea de Europa.
El historiador Fermin Ezkieta, autor de una completa investigación sobre el tema, sigue la pista del cuarto fugado en su web "Los fugados de Ezkaba 1938".
Ezkieta y el historiador Pedro Oiarzabal han solicitado la colaboración de la Diáspora vasca para tratar de localizar a esta persona. Si tienes alguna información sobre esta persona o conoces esta historia, ponte en contacto con Ezkieta o con Pedro Oiarzabal, enviando un mensaje o dejándo un comentario en el blog Basque Identity 2.0.
Esta búsqueda se une al trabajo para recuperar la memoria histórica de los prisioneros del Fuerte San Cristóbal que viene realizando desde el año 2000 la asociación Txinparta. En 2006 Iñaki Alforja dirigió un documental sobre la huida, que puede verse íntegro, aquí: “Ezkaba, la gran fuga de las cárceles franquistas”.
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