El cierre de Egin llega a las páginas de Kaiera; la iniciativa pro respeto a los derechos civiles y políticos impulsada por 18/98 recala en la sede del diario (en Gara)

Hernani. El cuaderno de Kaiera recibió nuevas aportaciones sobre el cierre de «Egin» y Egin Irratia, en un acto celebrado a las puertas de la clausurada sede del polígono Eziago de Hernani, donde Jabier Salutregi y Marian Beitialarrangoitia, directores de estos medios, denunciaron la persecución contra la libertad de expresión en Euskal Herria y subrayaron el carácter popular de ese proyecto comunicativo.

El recorrido que el cuaderno de Kaiera está llevando a cabo por Euskal Herria hizo ayer una parada ante la aún precintada sede de Egin y Egin Irratia en el polígono Eziago de Hernani.

Allí se dieron cita los directores de estos dos medios clausurados por orden del juez de la Audiencia Nacional española Baltasar Garzón en el marco del sumario 18/98, Jabier Salutregi y Marian Beitialarrangoitia, además de otros trabajadores del diario y de la radio.

Salutregi destacó que «siete años después, quieren rematar la faena. Destrozado Egin físicamente, ahora pretenden sacar la fotografía de todos aquellos que, de una u otra manera, fuimos responsables, según ellos, de sostener aquel proyecto comunicativo. Y no saben que los verdaderos responsables y sostenedores de Egin nunca se sentarán en ningún banquillo de acusados porque sería tanto como sentar a media Euskal Herria. A todos aquellos que nos compraban, que nos leían o que nos oían».

«Siete años después, volvemos a encontrarnos a las puertas de nuestro periódico y volvemos a recordar la atrocidad de un juez permanentemente sediento de venganza y volvemos a recordar la estupidez de un político [José María Aznar] que, en plena euforia y enajenación, se atrevió a decir aquello de pensaban que no nos íbamos a atrever a cerrar Egin. Con ello dio una lección de imbecilidad política y dejó con el culo al aire a Baltasar Garzón, que pasó a engordar las filas de los mamporreros del PP», añadió Salutregi.

«Cada uno en su sitio»

El director del diario Eginsubrayó que los siete años transcurridos desde el cierre del diario «también nos han permitido alguna alegría, pues la historia va dejando a cada uno en su sitio».

En este sentido, recordó a Juan María Atutxa, «otrora perseguidor implacable de Egin y criminalizador de nuestro proyecto. Pues bien, aquél que dijo que nuestro periódico eran 50 gramos de amosal diario ha acabado en uno de los chiringuitos de postín del PNV, donde ya no molesta a nadie».

Salutregi también tuvo duras palabras para el ex lehendakari de Lakua José Antonio Ardanza, «que pidió nuestro cierre por higiene democrática y que ahora ejerce de delincuente ecológico en Bizkaia».

«Otros que ejercieron de portavoces de Gobierno que nos persiguieron ferozmente con sus boicots, ahora han acabado totalmente apartados políticamente traicionando toda la trayectoria de quienes les encubrieron y les encumbraron», añadió, refiriéndose a Joseba Arregi.

A la hora de realizar el balance de los siete años pasados desde el cierre de Egin, Salutregi tuvo también un recuerdo especial para Manu Aranburu, compañero en las tareas de gestión del diario fallecido en accidente. «Su presencia en estos momentos se me antoja que hubiera sido esencial. El, desde su capacitación e inteligencia, hubiera querido decirles a los jueces más de cuatro cosas».

También recordó a Pepe Rei, convaleciente tras otro accidente, «quien también podría decirles otras cuatro cosas a los jueces».

Asimismo, Salutregi también mencionó «a todos aquellos trabajadores de aquel proyecto informativo, que hoy, mañana y siempre serán leyenda y ejemplo».

«Para mí, fue y es un honor haber compartido con ellos el trabajo en Egin», añadió Salutregi.

Estrategia represiva

El director del diario clausurado denunció la «estrategia de terrorismo judicial que emprendieron primero contra las empresas con las que se sostenía la solidaridad. Después se cargaron la libertad de expresión y, en la huida hacia la dictadura, llegaron a las ilegalizaciones a la turca. Vivimos en un auténtico Estado de excepción circunscrito y focalizado en la izquierda abertzale».

«Nos cerraron, nos detuvieron, encarcelaron y destrozaron nuestros proyectos y nuestras ilusiones. Quizás ahora nos condenen. Pero nunca nos juzgarán porque, sencillamente, ellos no son nadie para hacerlo», concluyó Salutregi, citando la reflexión que escribió en el cuaderno de Kaiera.

Marian Beitialarrangoitia, por su parte, explicó que siente «una inmensa pena cada vez que paso por aquí» y añadió que «últimamente me viene una cosa a la cabeza y, conforme se acerca la fecha del juicio, me viene más a menudo: en julio de 1998 decíamos que lo importante no eran los trabajadores, sino el proyecto que se sacaba adelante. Estas palabras cobran cada vez más fuerza».

Junto a ello, Beitialarrangoitia recordó que tras el cierre de Eginy Egin Irratia se han producido numerosos ataques a través de sumarios judiciales.

En este sentido, señaló que «muchos de los que, debido a sus intereses, apoyaron este ataque cruel y sin sentido, se empiezan a preocupar ahora. ¡Al menos han sido capaces de abrir los ojos! Aunque me gustaría saber si son capaces de percibir todo el daño que se ha causado».

La directora de Egin Irratia añadió que «estos ataques no estaban dirigidos a un sector concreto, sino que buscaban golpear, silenciar y atemorizar a todo un pueblo. Han querido negarnos hasta el derecho a pensar y el derecho a existir».

Tras el acto en el polígono de Eziago, una caravana de coches acompañó al cuaderno de Kaiera hasta la Plaza del Ayuntamiento de Hernani, donde ex alcaldes de la localidad mostraron su apoyo a esta iniciativa.

Posteriormente, el cuaderno se trasladó hasta Plaza Berri, donde se celebró otro acto en apoyo a los nueve imputados hernaniarras en el sumario 18/98.

La caravana de Kaiera llegará hoy a Andoain, donde a las 15.30 en el Parque Martin Ugalde, trabajadores de Egunkariay de Berria escribirán en el cuaderno.

(publicado el 24-10-2005 en Gara)

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