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El arte y la amistad se funden en un doble homenaje al escultor vasco más universal; El Guggenheim acoge hasta el 11 de junio las obras de 45 artistas amigos de Chillida (en Deia)

05/04/2006

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Sandra Atutxa/Bilbao. El arte y la amistad se funden en dos escenarios. El arte al que nos referimos, el de los numerosos artistas que conocieron a Eduardo Chillida; y la amistad, la que a lo largo de su vida cultivó el escultor vasco. Ahora, cuatro años después de su fallecimiento, sus amigos han aunado esfuerzos para unir ambos elementos y rendir un doble homenaje al artista vasco más universal.

El Museo Guggenheim de Bilbao y el Chillida-Leku de Hermani, dos espléndidos escenarios del arte en Euskal Herria, están hoy más unidos que nunca gracias al legado que dejó entre nosotros el escultor. Y es que Chillida fue un genio, no sólo a nivel artístico sino también a nivel humano.

45 obras de 45 amigos

Un total de 45 artistas actuales internacionalmente conocidos, como Valdés, Serra, Baselitz o Rauschenberg, entre otros, participan con sus obras en la muestra que, a partir de hoy, día 5 de abril, y hasta el próximo 11 de junio estará expuesta en el Museo Guggenheim de la capital vizcaina. El comisario de la muestra, Kosme Barañano, presentó ayer en conferencia de prensa esta exposición, que se abre hoy al público, junto al director del Guggenheim Bilbao, Juan Ignacio Vidarte, y al presidente del Grupo Urvasco, Antonio Iraculis, a cuya fundación pertenecen todas las obras de la muestra. También asistió al acto Luis, uno de los hijos de Chillida.

Las obras expuestas se pueden clasificar en obras de inmediata respuesta, obras referidas y obras generalistas. Entre las primeras están la de Caro, quien realizó una mesa en tierra chamota en memoria de la mesa de carnicero que tenía Chillida en el salón de su casa, y la del artista franco-chino Zao Wou Ki, quien creó un paisaje de casi dos metros de longitud con su visión del ‘‘Peine de los Vientos’’.

Las piezas referidas --obras del repertorio de cada artista pero conectadas en algún aspecto con Chillida-- son ‘‘Pie izquierdo’’, de Baselitz, en contrapunto a los dibujos de manos del creador vasco, y ‘‘Ofrenda’’, del egipcio-suizo Yves Dana, quien realizó una gran barca de piedra y madera en memoria de las mesas a modo de barcos varados esculpidas por Chillida.

Las obras generalistas, que no evocan ni se acercan al mundo visual del homenajeado, están realizadas por Christo, Magdalena Abakanovizc, Serra, Kitaj y Gonzalo Chillida, hermano del artista, a las que hay que añadir creaciones de Markus Lüpertz, Günther Forg, Arnaldo Pomodoro, Juliao Sarmento y Anish Kapooro Ellsworth Kelly, entre otros.

‘‘Homenaje a Chillida’’, que cuenta con el patrocinio de Grupo Urvasco, sigue el espíritu de los distintos homenajes que Eduardo Chillida rindió en vida a diferentes artistas, escritores, músicos, familiares y amigos.

En 2002, tras el fallecimiento del escultor vasco, la galería Colón XVI de Bilbao decidió rendirle tributo a través de las obras de artistas que sentían agradecimiento y afinidad hacia él y su obra, expresándolo en el marco de una exposición, y articulándolo a través de la Fundación Grupo Urvasco, a la que pertenecen todas las obras que podrán verse por primera vez a partir de hoy.

El comisario de la exposición, Kosme de Barañano, que ya comisarió una retrospectiva de Chillida en el Museo Guggenheim en 1999, explicó que la muestra «no ha sido fácil de montar», por la enorme variedad de estéticas que la conforman.

Así, aseguró que cada uno de los 45 artistas ha respondido con «su propia forma artística», por lo que agrupa experiencias «muy diferentes entre sí». Barañano añadió además que «cada obra tiene una anécdota diferente y sintoniza con la apertura de espíritu abierto que tuvo Chillida, que supo compaginar amistades artísticas muy diferentes», subrayando que «la respuesta de los artistas ha sido una respuesta a la persona de Chillida». Unos lo han hecho de una forma «más abierta», ha dicho, y otros han dado respuesta «permaneciendo en su propio lenguaje», de un modo generalista, sin evocar ni acercarse al mundo visual del escultor vasco.

Los 45 artistas conocieron en vida, en mayor o menor medida, a Eduardo Chillida; y todos han entregado obras realizadas tras su muerte, excepto Rauschenberg, que puso a disposición de la muestra una obra elaborada con anterioridad. «Homenaje a Chillida» está articulada en tres pasos.

Tres pasos

El primero, situado en el atrio del museo, está formado por unos muros en los que se explica el sentido de los homenajes llevados a cabo por Chillida, así como por las obras de los artistas más próximos al escultor de Hernani. El segundo paso, situado en el balcón del tercer piso del museo, recoge una obra de Antonio López y otra de Cragg que tratan de marcar las diferencias existentes entre todos los trabajos que reúne la exposición.

Por último, el tercer paso, ubicado en la tercera planta del Guggenheim, recoge las 40 obras restantes, colocadas a distancia unas de otras para permitir que «respiren», y que «se vean de forma autónoma», según explicó ayer Kosme de Barañano. El comisario de la exposición aseguró que la muestra es «en el fondo, una antología del arte de la última mitad del siglo XX».

Por su parte, el presidente del consejo de administración del grupo Urvasco, Antonio Iraculis, señaló que «en principio, la colección está cerrada», y ha explicado que tras su paso por el Museo Guggenheim iniciará un periplo itinerante de aproximadamente dos o tres años, pasados los cuales volvería a Euskadi dónde «nos gustaría que se quedara».

(publicado el 05-04-2006 en Deia)


El director de Chillida-Leku visitó ayer la muestra del Guggenheim:
«AITA ERA UN HOMBRE SIN SECRETOS, PERO A TRAVÉS DE SUS AMIGOS HEMOS CONOCIDO NUEVAS FACETAS»

S. Atutxa/Bilbao. «Emocionado». Con este adjetivo describía cómo se siente interiormente Luis Chillida, uno de los hijos del artista vasco. «Hoy es un día especial para toda la familia. Mi padre era muy querido», relataba Luis, quien por la mañana acudía a la inauguración de la exposición homenaje que acoge el Museo Guggenheim hasta el próximo mes de junio. Tras atender a la prensa el hijo del escultor cogió el coche para acercarse a Hernani, donde paralelamente se inauguraba ayer otra exposición. En esta ocasión las obras que Chillida dedicó en vida a otros creadores.

-Bilbao-Hernani; Hernani- Bilbao. ¿Más unidas?

Muchísimo más, sin duda. Gracias a dos muestras en las que el vinculo de unión es Eduardo Chillida. Una idea fantástica. Además, era materialmente imposible recoger todas las obras en un único lugar.

-Se le ve contento.

Muchísimo, no puedo explicar cuánto. Para la familia estas dos exposiciones homenaje son realmente importantes. Nos han fascinado, pero lo mejor ha sido comprobar el interés mostrado y el cariño con el que los artistas, amigos de mi aita, se han volcado para que este proyecto sea hoy una realidad.

-Han pasado cuatro años desde que su familia tuvo conocimiento del proyecto.

Sí, así es. Al mes de fallecer aita nos expusieron la idea de poner en marcha conjuntamente las dos exposiciones. Parece que fue ayer y, mira, ya es una realidad.

-¿Ha descubierto alguna faceta nueva de su padre a través de sus amigos artistas?

Aita era un hombre que no tenía secretos. Lo contaba todo, pero a través de las obras de sus amigos siempre conoces facetas o pequeños detalles que sabíamos que estaban ahí. Pequeñeces. De todos modos quién mejor conocía a aita era mi madre, sin duda.

-¿Qué tal ha acogido Pili Belzunce éste especial homenaje de los amigos de Chillida?

También con mucho emoción, pero yo pensaba que no iba a aguantar, que al final iba a romper a llorar pero, no, ha aguantado bien.

-Ella conocerá a la gran mayoría de los artistas que hoy homenajean a su marido, ¿no?

Claro, a todos. En mi caso, ahora, tras el homenaje a mi aita he tenido la oportunidad de conocer a muchos de los artistas.

-La intención es que la exposición se quede para siempre en Euskadi.

Así, es. Es donde debe de estar.

(publicado el 05-04-2006 en Deia)


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