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Los descendientes americanos de la familia Otondo, una familia y apellido con origen en el valle navarro de Baztán, han logrado en los últimos cuatro años una hazaña notable: convertirse en una piña, por encima de distancias e incluso países. Siglos después de que los precursores de la saga partieran desde el solar familiar de Erratzu y se dispersaran por América, la investigación de los orígenes familiares y la comunicación a través de la red de redes han logrado reunir a Otondos que residen hoy en países como Argentina, Brasil, EEUU o Euskal Herria.

El pasado sábado fueron muchos quienes no quisieron perderse la ocasión de saludar a primos, tíos, familiares y amigos en el IV Encuentro Familiar de los Otondo. La cita tuvo lugar en la localidad argentina de Pigüé, y en palabras de Candelaria Otondo a EuskalKultura.com, la jornada se desarrolló en un ambiente inmejorable. A la convocatoria acudieron más de dos centenares de descendientes Otondo procedentes de diversos países como Argentina, Chile, Brasil y Uruguay.

A destacar el hecho de que el número de participantes, no hace sino crecer en cada edición (en el año 2003 en Santiago de Chile; en el 2004 en Chascomús, Argentina; y en Erratzu, Navarra en el año 2005). El encuentro de Pigué fue organizado entre otros por Emilia Otondo y Norma Vigouroux, que realizaron un arduo e intenso trabajo para que la jornada saliera redonda. El día comenzó con una misa en recuerdo a los miembros de la familia fallecidos y permitió a los asistentes disfrutar de una jornada emotiva y alegre. [En la imagen de la izquierda árbol genealógico de la familia Otondo]

Uno de los actos centrales del Encuentro fue la presentación del impresionante árbol genealógico de la familia. El origen de la familia se remonta a principios del 1600, en el solar Otondoa del barrio de Gorostopolo de Erratzu (Nafarroa). El trabajo, fruto de varios años de investigación, tiene grandes dimensiones e incluye a las distintas ramas y generaciones de Otondos dispersos por Argentina, Brasil, Bolivia, Chile y Francia. Cada una de estas ramas está representada en el árbol por un color, lo que dio pie a uno de los detalles más divertidos del día: se entregó a cada miembro una divisa del color correspondiente a su rama familiar, facilitando así encuentros, preguntas e identificaciones. Para culminar la jornada los asistentes pudieron disfrutar de una exhibición de danzas de la pampa argentina, en reconocimiento a los anfitriones del encuentro.

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-- en la que presentan información sobre el apellido, detalles de los encuentros familiares e información de contacto es otro de los puntos de reunión de esta saga tan extensa como unida.

Página web de la familia Otondo

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