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Dimite el primer cargo eclesial vizcaino tras la llegada de Iceta; el secretario del Consejo Pastoral dice que la designación de Iceta es una 'falta de respeto difícilmente tolerable' (en Deia)

09/03/2008

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Concha Lago/Bilbao. La amenaza de dimisiones lanzada a raíz del nombramiento del nuevo obispo auxiliar de Bilbao, Mario Iceta, se ha cobrado ya su primera víctima. Bittor Uraga, secretario del Consejo Pastoral Diocesano, el máximo órgano laico dentro de la Iglesia que preside el propio obispo de Bilbao, Ricardo Blázquez, ha renunciado a su cargo. Uraga ha comunicado por correo electrónico a los miembros del Consejo que abandona esta función "porque este nombramiento constituye una falta de respeto para con la Iglesia difícilmente tolerable".

Como ya es sabido, la designación de Mario Iceta ha desatado una marejada en el seno de la Iglesia vizcaina y ha creado un revuelo sin precedentes entre el clero vasco. El descontento ha llegado a tal extremo que algunos sacerdotes llegaron a plantear dimisiones en el Consejo de Presbiterio, una especie de comité de sabios de curas, el pasado mes de febrero.

El descontento tan clamoroso también se hizo patente más tarde en el Consejo Pastoral Diocesano, un órgano de corresponsabilidad para el funcionamiento de la Iglesia. "Yo me enteré del nombramiento viendo el Teleberri de las tres de la tarde. En un primer momento, pensé que me había confundido e inmediatamente después me sentí culpable creyendo que estaba incumpliendo el compromiso contraído al aceptar el cargo de secretario del Consejo Pastoral Diocesano, pues consideré que tenía que haber estado al tanto de una noticia de ese calibre", relata Uraga, razonando los motivos de su dimisión en su escrito de renuncia.

A su juicio, la gravedad del asunto estriba en que Roma ha nombrado un obispo sin consultar con nadie. "No sólo no lo sabía yo, también me enteré del desconocimiento que tenían muchas personas de la diócesis con responsabilidades en todos los ámbitos de la Iglesia vizcaina que habían tenido conocimiento del nombramiento sólo unas horas antes".

Como ya publicara Deia el pasado 16 de febrero, "el malestar puede ir a mayores y algunos cargos se plantean dimitir aisladamente de sus responsabilidades o incluso valoran una posible dimisión en bloque" . De hecho, en el Consejo Pastoral Diocesano ha habido otras cuatro personas que han asegurado que dimitirán y en el Consejo de Presbiterio ya hay escritas más cartas de renuncia aunque los afectados no las han presentado aún oficialmente porque están pendientes de recabar más adhesiones a esta causa.

Y es que aunque el nombramiento del Vaticano no tiene ya marcha atrás y es imposible que se revoque, sí se quiere evitar que el nuevo obispo se postule en el futuro como titular de la diócesis bilbaina.

Dimisión en bloque

Las palabras pronunciadas por Uraga son especialmente duras en una institución como la eclesial, en la que no abunda la transparencia ni se hacen públicas las disconformidades. "No abandono el Consejo Pastoral Diocesano y seguiré en él intentando oponerme a esta especie de despotismo ilustrado que, no por ser ilustrado, es menos déspota y por tanto antievangélico", protesta Uraga. "A no ser que todos y todas pensáramos que una dimisión en bloque es una respuesta adecuada a este trato que estamos recibiendo", insta Uraga a modo de aviso a navegantes.

Independientemente del perfil conservador y tradicionalista del nuevo obispo Mario Iceta, que incluso ha coqueteado con el Opus Dei, la fórmula del nombramiento es ahora el principal caballo de batalla. "Cuando fue elegido Ricardo Blázquez, el Consejo se quejó por no haber sido consultado y ya entonces se planteó un protocolo para este tipo de nombramientos. Pero una vez más, el Consejo Pastoral se ha enterado por la prensa y eso ha molestado muchísimo", afirma otro miembro del Consejo Pastoral Diocesano.

Licenciado en Filología Vasca, profesor de lengua y literatura vasca en diversos centros, responsable de Evaluación del departamento de Euskaldunización del Instituto Vasco de Administración Pública, traductor e intérprete en el Consejo de Relaciones Laborales y responsable de Calidad Didáctica en Zabalnet, Uraga fue elegido en marzo de 2007 como secretario del CPD, resultando nombrada Belén Rodero como vicepresidenta. Un órgano que tiene especial relevancia e introduce una idea bastante novedosa dentro del funcionamiento habitual de las diócesis.

Con mando

Uraga expone por carta las razones para su abandono con un planteamiento diáfano y no exento de cierta amargura. "No tengo nada qué decir de este hombre que viene a nosotros como obispo ya que es un perfecto desconocido para casi todo el mundo en Bizkaia. Sin embargo, no me parece un buen comienzo que un vizcaino que no ha estado aquí en el seminario, ni ha ejercido como presbítero en esta Iglesia local, si quiera, sin embargo, venga a Bizkaia como obispo, es decir con mando".

"De esta manera queda desautorizada la trayectoria de nuestra Iglesia en los últimos años", se atreve a denunciar Uraga, quien también critica que "de un solo plumazo nos han desautorizado a todos, a los curas y a quienes no lo somos".

La misiva continúa así en unos términos bastante demoledores e invita incluso a los vicarios a considerar su postura respecto a la designación del nuevo obispo. "Ya hemos visto lo que da de si el posibilismo, el creer que entre todos podemos reconducir algunas cosas, el pensar que si nosotros lo dejamos el que venga atrás puede ser peor. Para hacer buen vino no es suficiente una buena barrica, sino que hace falta buena uva y desencadenar los procesos internos que controla conscientemente el enólogo", ejemplariza.

Ante esta posición tan crítica, Bittor Uraga ha recibido numerosas felicitaciones de cristianos que están de acuerdo con su manera tan clara de decir las cosas. "Muchos me lo han agradecido y se han solidarizado, y también hay quienes me han dicho que me piense lo de dimitir porque la Iglesia necesita este tipo de posturas", subraya.

Amenaza de secularización, dice el Papa

El Papa denunció ayer que la secularización "amenaza desde dentro" a la Iglesia y que ello se deba a la mentalidad "hedonista y consumista" predominante en la sociedad, "que lleva tanto a los fieles como a los pastores a la superficialidad y a un egocentrismo que daña a la vida eclesial". Benedicto XVI hizo estas manifestaciones en el discurso que dirigió en el Vaticano a los participantes en la Asamblea Plenaria del Consejo Pontificio para la Cultura, en el que dijo que "la muerte de Dios anunciada en los decenios pasados por muchos intelectuales ha dejado paso a un estéril culto del individuo". "Esta secularización no es sólo una amenaza externa para los creyentes, sino que se manifiesta desde hace tiempo en el seno de la Iglesia. Desnaturaliza desde el interior la fe cristiana y el estilo de vida de los creyentes", aseguró el Pontífice. Ratzinger denunció que la cultura actual de la imagen impone modelos contradictorios y la práctica negación de Dios: "No hay más necesidad de Dios, de pensar en El o de volver a El". "En otras palabras, la mentalidad hedonista y consumista predominantes favorece tanto en los fieles como en los pastores una deriva hacia la superficialidad y a un egocentrismo que daña a la vida eclesial".

(publicado el 09-03-2008 en Deia)


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