Begoña Miñaur. El genealogista brasileño Diego Moreira Larrabeiti es uno de los miembros implicados en el nacimiento y en la vitalidad actual de la Euskal Etxea de Rio Grande do Sul. Moreira impulsa el proyecto “Por uma genealogía vasco-brasileira”, que tiene como objetivo “investigar, catalogar, mapear y publicar informaciones genealógicas sobre los inmigrantes de origen vasco de Brasil”. Un trabajo ingente, en el que sin embargo ya han dado importantes pasos.
-¿Cómo empezaste en esto de la genealogía?
-Siempre me encantó. Creo que esto tiene que ver con el amor que siento por mi familia. La genealogía es un camino de perpetuar nuestra existencia. Si la muerte física es inevitable, entonces podemos vivir en la memoria de nuestros descendientes. Por lo tanto, el nacimiento de mis hijos me llevó a avanzar en la investigación.
Creo que la genealogía también contribuye a la construcción de nuestra identidad. Con la genealogía conocemos más de nuestros antepasados y la realidad cultural en que se insertan, lo que nos permite constatar que parte de ellos está en nosotros.
-¿De dónde proviene tu familia?
-La rama vasca de mi ascendencia proviene de Bizkaia. Mi bisabuela, Pura Larrabeiti Goiri, era natural de Derio y descendiente de los Larrabeiti de Mungia y de los Goiri de Derio. Su abuela paterna, Malzarraga Aspe, era natural de Baranbio, en Alava. Hasta ahora solo he identificado ancestros de estos dos territorios del País Vasco.
-En Euskadi no es muy conocida la comunidad vasca de Brasil. ¿Hay muchos descendientes de vascos?
-La población brasileña ha superado los 200 millones de habitantes. Aunque la inmigración vasca no es una de la mayores en la formación de Brasil, podemos imaginar que hay un gran número de descendientes de vascos en el país.
-¿Es una migración reciente o antigua?
-Sabemos que hay vascos presentes en Brasil desde el siglo XVI. Este es el caso de los jesuitas como Juan de Azpilicueta y San José Anchieta, sacerdotes que llegaron a Brasil en 1549 y 1553 respectivamente. Con Manoel da Nóbrega, Anchieta fundó el Colegio de São Paulo en el 25 de enero de 1554, dando lugar al núcleo urbano de la ciudad de São Paulo, la más grande del país.
Pero la gran mayoría parece haber llegado enlas grandes migraciones del siglo XIX. Las condiciones de trabajo en Brasil en ese momento no eran muy buenas. Había esclavitud. Por esto, incluso para los inmigrantes, las condiciones de trabajo libre eran malas. Por lo tanto, creemos que muchos vascos decidieron instalarse en otros países de América del Sur, como Uruguay o Argentina, donde las condiciones de trabajo eran menos degradantes.
En Brasil, la presencia más significativa parece estar en el sur. Muchos pasaron por Argentina o Uruguay antes de trasladarse a Brasil. También tenemos muchos descendientes en São Paulo. Yo vivo en Río de Janeiro y ha tenido contacto con algunas familias arraigadas en mi ciudad. Pero ya he recibido mensajes de descendientes de vascos, incluso de Amazonia.
-Háblanos del proyecto de Genealogía Vasco Brasileira. ¿Cuál es vuestro objetivo?
-El proyecto "Por uma genealogia basco-brasileira" tiene la intención de investigar, catalogar, mapear, y publicar (en libros) informaciones genealógicas de inmigrantes de origen vasco de Brasil. Por lo tanto, la figura central es el inmigrante, que es el vínculo entre los mundos. De los inmigrantes, vamos a describir la ascendencia y sus descendientes. A medida que más familias se incluyan en el proyecto, mayor será nuestro mosaico vasco-brasileño.
-¿Quiénes formáis el equipo del proyecto?
-Todas las familias que se están adhiriendo al proyecto participan. Mi papel es el de organizar la información producida. El proyecto está vinculado al Departamento de Genealogía de la Euskal Etxea de Rio Grande do Sul, en el que participo junto con Elimar Insaurriaga, que también es genealogista e investigadora del proyecto.
-¿Qué tenéis pensado hacer este primer año de vida?
-Estamos trabajando para movilizar a las familias por la difusión del proyecto. Necesitamos que los descendientes de vascos en Brasil sepan que estamos haciendo este trabajo y queremos compartirlo. Al mismo tiempo, estamos empezando la organización de los datos transmitidos por las primeras familias que ya nos han contactado para participar.
-Dános algunos ejemplos de familias vascas en Brasil que hayáis estudiado ya.
-Empecé con mi propia familia, Larrabeiti. Elimar está investigando los Insaurriaga junto a su primo Eduardo. Entre las familias que quieren participar en el proyecto, destacan la de Álava, Ezquioga, Gondra, Iribarrem y Aguirre. Ya hay investigación consistente realizada sobre los Escosteguy e Irigoyen. Podemos incluir más. Depende del interés de las familias.
-Formas parte del Centro Vasco de Rio Grande do Sul. Se creó muy recientemente, pero es muy activo. ¿Como vivís esta experiencia? ¿Qué os motiva?
-La dinámica de la Euskal Etxea de Rio Grande do Sul me impresiona. Hasta 2012 yo ni siquiera sabía de la existencia de centros vascos en el mundo. Hoy he constituido uno de ellos, como investigador.
Se han celebrado jornadas gastronómicas y otros actos, y en julio de este año se celebró el primer Congreso Brasileño de la Cultura Vasca. Creo que gran parte de este movimiento se debe a los esfuerzos de Ana Luiza Etchalus, que ha luchado mucho para que esta integración de la que hoy disfrutamos suceda. Este proyecto es una manera de mantener nuestra motivación alta.
-¿Has estado alguna vez en Euskal Herria?
-Nunca. Pero quiero llegar a conocer la tierra de mis antepasados y de investigar. Quisiera pasar muchos días en los archivos de información genealógica, en busca de una mejor información, a la que la red no permite acceder.
Nuestra investigación es gratuita para las familias. Así que ese viaje tendría que ser autofinanciado y ahora mismo no dispongo de los recursos para una viaje de investigación genealógica en Euskal Herria.
-Si alguien quiere contactar con vosotros, ¿qué tiene que hacer?
-Me puede escribir un correo a diegomoreirageo@gmail.com o dejar un mensaje en el blog del proyecto: bascosnobrasil.blogspot.com.br