La casa vasca de Corpus Christi, en la provincia argentina de Misiones, festejó su décimo aniversario con un intenso programa de actividades que incluyó una carrera pedestre, espectáculos de música y teatro y la cena de cumpleaños, entre otras propuestas. Pero sin duda, el momento más trascendente para la colectividad vasca local fue la ceremonia de entronización de la Reliquia de San Ignacio de Loyola, traída desde Roma.
Corpus Christi, Argentina. Ubicada a unos mil kilómetros de la capital porteña y trabajando en muchas ocasiones con pocos recursos disponibles y una gran imaginación y tenacidad, la euskal etxea de Corpus Christi compatibiliza desde hace diez años la tarea de contribuir a difundir la cultura vasca en la región y la de integrar y ayudar a los representantes de los pueblos originarios de la misma.
El empeño y los esfuerzos realizados durante esta década son reconocidos a nivel local, así como en el ámbito general de la colectividad, por lo que en este especial aniversario tanto la comunidad de Corpus, como los pueblos vecinos e incluso integrantes de otras euskal etxeas han acompañados al centro mesopotámico en su festejo.
La fiesta comenzó el sábado 29 de agosto con una Carrera Pedestre y concluyó el domingo 30 con una cena en la sede para socios y amigos. Durante el fin de semana, el programa impulsado por el equipo integrado por Olga Leiciaga y un buen número de vascos y amigos de los vascos incluyó propuestas para gente de todas las edades e intereses, entre ellas espectáculos de música y teatro y la cena de cumpleaños, si bien para muchos el momento más trascendente fue la ceremonia de entronización de la Reliquia de San Ignacio de Loyola, traída ex professo desde Roma, gracias a la intercesión del obispo de Azul SJ monseñor Hugo Manuel Salaberry en la Postulación General de la Compañía de Jesús.