diáspora y cultura vasca
15/12/2011
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Buenos Aires, Argentina. “El manuscrito que nos ocupa fue encontrado abandonado en un ropero del coro alto de la capilla del Colegio San José”, relata Enrique Godoy a EuskalKultura.com. “En 2006 estuve restaurando el órgano de la capilla y fue durante esos trabajos que pude dar con él. Me interesó desde el primer momento, ya que no es común hallar música manuscrita. Creo que el hecho de que fuera anónimo alimentó aún más mi curiosidad y mi deseo por averiguar su origen y el nombre su autor”.
Quien dio con el documento, Enrique Godoy, es organero -- constructor y restaurador de órganos --. Godoy se desempeñó durante veinte años en esta disciplina restaurando órganos de reconocidas iglesias de Argentina como así también de países limítrofes. En su veta de constructor, Godoy ha fabricado el órgano para la Iglesia de Ntra. Sra. de Loreto y un órgano positivo de dos registros para el Conjunto Phil D´Or. También ha incursionado en la investigación, disciplina que lo ha llevado a presentar artículos de su autoría sobre la historia y el desarrollo del órgano en congresos internacionales.
Origen de la partitura
Reparando en la trayectoria de Godoy, vemos que no es casualidad que haya sido él quien diera con este manuscrito. De hecho, sus conocimientos y el interés que le despertó este documento fueron indispensables para saber qué era y cuál era su valor.
“Afortunadamente, las obras contienen indicaciones detalladas de los registros del órgano que se ha de utilizar para su ejecución, con lo cual se puede llegar a reconstruir fielmente el tipo de instrumento para el cual fueron escritas. En el caso de la obra de Abbadie, se trata de un típico órgano romántico francés, de unos 15 registros distribuidos en dos manuales y pedalera. Además, en la mayoría de las obras se aclara el año de composición lo que es muy valioso para determinar de qué época es el autor”.
El autor
"Sólo faltaba conocer la identidad del compositor y para eso también hubo que hacer una pequeña investigación. Además de que las obras están firmadas como J.A.A., una frase que figura al pie, en francés, claro, dice algo así como Escrita para la inauguración del órgano de Ntra. Sra. del Refugio en Anglet – 1898. Decidí entonces contactarme con las monjas del convento de Nuestra Señora del Refugio, de la ciudad de Anglet [Angelu-Anglet, en la provincia vasca de Lapurdi]. Al poco tiempo me contestaron que ese instrumento aún existe y que había sido restaurado hacía relativamente poco tiempo. Afortunadamente las hermanas conservaban incluso el programa de la inauguración del órgano”.
"J. A. Abbadie era sacerdote, compositor y organista del Santuario de Bétharram. Sigue siendo una incógnita el saber cómo es que este manuscrito llegó a la Argentina. Tal vez Abbadie estuvo aquí y lo dejó o tal vez se lo entregó en Europa a algún amigo o conocido suyo que lo trajo a Buenos Aires. No lo sabemos aún”.
Según la investigación realizada, la obra encontrada en la Capilla del Colegio San José contiene series de variaciones sobre cánticos para diversos momentos del año litúrgico, varios de ellos para la Navidad, los llamados noëls.
J. A. Abbadie y la Asociación Euskal Echea
Godoy continúa señalando que "a principios de este año, al ser convocado para afinar el órgano de la Capilla del Colegio Euskal Echea en la calle Sarandi, conocí a Enrique Aramburu y charlando con él, surgió el tema del manuscrito musical de J. A. Abbadie. Viendo su enorme interés sobre el tema decidí entregárselo en custodia, con la única condición de que fuera de consulta pública, es decir, que estuviera disponible para quien lo quisiera ver. Él, según entiendo, lo cedió a la Asociación Cultural y de Beneficencia Euskal Echea”.
La Asociación Euskal Echea no solo se hizo responsable del manuscrito sino que propició dos conciertos para que las obras encontradas pudieran ser escuchas por el público porteño. Las presentaciones se realizaron en la Basílica del Santísimo Sacramento y estuvieron a cargo de la organista de la Universidad Vasca de Verano de Argentina, Ana Paula Segurola.
“Al recibir la partitura se la entregué a Ana Paula para que ella pudiera prepararla. Es un documento sumamente interesante y si bien aún hay mucho que investigar al respecto, estamos casi seguros de que J. A. Abbadie era vasco, entre otros datos por pertenecer a la congregación de Betharram. Otro dato que tenemos, y que seguramente no es casualidad, es que desde 1905, hermanas Siervas de María de la comunidad de Notre-Dame du Refuge de Anglet estuvieron a cargo de la enseñanza en los colegios de niñas Euskal Echea de Buenos Aires y Llavallol. Evidentemente, hay mucho trabajo por hacer para despejar estas dudas, y cualquier dato que se pueda aportar en este sentido, será muy bienvenido”, comenta por su parte Enrique Aramburu, responsable de la Universidad Vasca de Verano, a EuskalKultura.com.
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