euskalkultura.eus

diáspora y cultura vasca

Noticias rss

Cuatro dantzaris jóvenes toman el relevo a otros tantos veteranos en la Ezpatadantza de las fiestas de Leitza

13/08/2005

El saludo a la bandera constituye uno de los actos más emotivos de las fiestas de Leitza. Cuatro de los ocho dantzaris eran nuevos  (foto A. Percaz-DN)
El saludo a la bandera constituye uno de los actos más emotivos de las fiestas de Leitza. Cuatro de los ocho dantzaris eran nuevos (foto A. Percaz-DN)

PUBLICIDAD

La plaza del Ayuntamiento de Leitza congregó en el día del patrón de la localidad a más de medio millar de personas para asistir a la tradicional Ezpatadantza que, junto con la misa en honor del patrón, fueron los dos actos más relevantes. Este año la plantilla de los dantzaris ha experimentado un fuerte cambio ya que, de los ocho dantzaris que representan la Ezpatadantza, cuatro lo hacían por primera vez; y demostraron saber estar a la altura de las circunstancias. La Ezpatadantza únicamente se baila en Leitza durante el día de San Tiburcio, patrón del pueblo.
Los dantzaris compusieron una corona de espadas bajo la que se introdujeron en el recinto religioso tanto la Corporación municipal como la coral Jeiki. Tras ellos, los vecinos de la villa accedieron a la iglesia y comenzó la misa cantada en honor a San Tiburcio.

El coro, dirigido por Pontxio Irurtia, fue uno de las protagonistas de la ceremonia, gracias a las magníficas obras que deleitaron a los asistentes. La plaza principal se fue llenando a medida que se acercaban las doce del mediodía para poder disfrutar de la Ezpatadantza, un baile tradicional que sólo se representa una vez al año, en el día de San Tiburcio.

Además, este año los leitzarras tuvieron más curiosidad que nunca ya que de los ocho dantzaris que representan la Ezpatadantza, cuatro actuaban por primera vez.

Andoni Zabaleta, Sergio Merino, Beñat Zabaleta, Iker Urkiola, Joseba Sagastibeltza, Oian Alduntzin, Miguel Olano y Mikel Azpiroz ofrecieron un espectáculo maravilloso con el que superaron con facilidad las expectativas de los leitzarras.

Momentos de emoción

Siguiendo con la costumbre, comenzaron a las doce en punto ante la mirada de más de quinientas personas, entre las que destacaban el párroco de la localidad y la Corporación municipal. Los muchachos comenzaron con una makila y una espada en cada mano y se separaron en dos hileras de a cuatro. El que venía último ondeó la ikurriña mientras lanzaba a lo alto su boina. Los demás se arrodillaron y el portador de la bandera comenzó a hacer círculos con ella por encima de las cabezas de los siete restantes. Este saludo a la bandera es para muchos uno de los momentos más emotivos de la danza. Luego, los chicos ofrecieron más de veinte minutos de zortzikos, makildantzas, txankarrakuas, previos a la tan esperada Ezpatadantza. Este año fue Andoni Zabaleta el muchacho alzado a hombros de sus compañeros en el baile.

La Ezpatadantza llegó desde Vizcaya en los años previos a la Guerra Civil, hacia 1933. A día de hoy, sigue más viva que nunca porque se ha convertido en un acto propio, que remarca la identidad de los leitzarras. Por todo ello, es casi imposible encontrar un sitio para sentarse en la plaza el día de San Tiburcio.

La Ezpatadantza no es el único baile propio de la villa. El homenaje al Ingurutxo es otra dantza local que nada tiene que envidiar a otras. A lo largo de las fiestas se representa varias veces el Ingurutxo y, en él participan tanto mujeres como hombres de todas las edades. Se puede afirmar que el baile se ha convertido en punto de unión en Leitza, porque cada vez que se baila el Ingurutxo y la Ezpatantza en el plaza, los vecinos se reúnen para apoyar a los bailarines y disfrutar del acto.

(publicado el 12-08-2005 en Diario de Noticias de Navarra)


« anterior
siguiente »

© 2014 - 2019 Basque Heritage Elkartea

Bera Bera 73
20009 Donostia / San Sebastián
Tel: (+34) 943 316170
Email: info@euskalkultura.eus

jaurlaritza gipuzkoa bizkaia