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Cuando las costas de Terranova eran "Tierra de Vascos": Euskadi estrecha lazos con Canadá

15/11/2017

La alcaldesa de Red Bay entrega a Urkullu un documento con las firmas de sus habitantes proclamando con orgullo sus vínculos históricos con los vascos (foto Irekia-DV)
La alcaldesa de Red Bay entrega a Urkullu un documento con las firmas de sus habitantes proclamando con orgullo sus vínculos históricos con los vascos (foto Irekia-DV)

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Euskadi estrecha lazos con Canadá para fortalecer unos vínculos culturales que se remontan 500 años, con la llegada de los primeros balleneros vascos a la zona de Red Bay. Cazadores de ballenas de todo el litoral vasco hicieron historia europea y americana en una actividad que poco a poco se va descubriendo y recuperando y que sirve de acicate a nuevos nexos de unión entre los los actuales habitantes de ambos territorios. Miguel Villameriel firma el artículo en El Diario Vasco.

Miguel Villameriel / Donostia-San Sebastián. Hubo un tiempo, allá por el siglo XVI, en el que las frías costas de Terranova, en el actual noroeste de Canadá, fueron también tierra de vascos. Antes de que ingleses y franceses iniciasen una lucha secular por hacerse con el control de la inmensa superficie canadiense, varios centenares de intrépidos balleneros vascos llegaron hasta las costas de Terranova y Labrador no para conquistarlas, sino para mezclarse con los pueblos inuit que habitaban aquellas tierras y levantar una estación ballenera que apuntaló durante años a Euskal Herria como la gran potencia mundial en la producción de aceite de ballena. Un material muy preciado en aquella época, sobre todo para alimentar lámparas de aceite, que los vascos distribuían posteriormente por toda Europa.

La estación ballenera vasca de Red Bay (Bahía Roja) fue declarada Patrimonio Mundial de la Unesco en 2013 y es un referente para entender la caza de ballenas liderada por el pueblo vasco en el siglo XVI, a pesar de encontrarse a miles de kilómetros de las costas vascas. Varios asentamientos hallados en las últimas décadas en el este del Ártico y Sub-Ártico de Canadá prueban la estrecha relación que llegaron a mantener los vascos y los inuit, hasta el punto de que algunos asentamientos se denominan hoy como 'sitios vasco-inuit'. No fueron algo puntual, sino una relación sistemática que contribuyó a la preponderancia de la presencia vasca en aquellas tierras a lo largo de varios siglos, y que aún hoy se puede rastrear a través de la toponimia de algunas zonas costeras de Terranova, con al menos un centenar de nombres de origen vasco.

La relación pacífica que fueron capaces de trabar aquellos aborígenes canadienses y los balleneros vascos es vista hoy con orgullo por ambos pueblos, lo que ha permitido que en los últimos años se haya establecido una relación institucional destinada a promover los vínculos que empezaron a crearse hace 500 años. El lehendakari, Iñigo Urkullu, aprovechó su reciente visita oficial a Canadá a finales de octubre parafirmar un acuerdo de colaboración con la entidad pública Parcs Canadá, que se encarga de gestionar, entre otras, la estación ballenera de Red Bay en Terranova. Con este memorando firmado en Ottawa, el Gobierno Vasco y el Gobierno federal de Canadá profundizarán en la preservación de los lazos históricos y culturales que unen a ambos pueblos.

Iñigo Urkullu destacó tras esta firma que «las sucesivas intervenciones arqueológicas de equipos vascos y canadienses han permitido conocer mejor el legado material e inmaterial de Euskadi en la historia y la cultura de Canadá», y recordó un reportaje en la revista National Geographic en la que se narraba cómo en el siglo XVI el norte de Canadá había sido «tierra de vascos».

Actualmente, Red Bay es uno de los sitios arqueológicos submarinos más preciados de América y allí se ubica un centro de interpretación donde se explica la historia de los balleneros vascos. El hallazgo de esta estación se debe a las investigaciones iniciadas en 1972 por la profesora Selma Huxley. Gracias a sus estudios, un equipo de arqueólogos subacuáticos de Parcs Canadá consiguió encontrar el barco ballenero San Juan que, procedente del puerto de Pasaia, se hundió en el año 1565 en la costa de Canadá, además de un valioso espacio relacionado con los balleneros vascos.

No es solo historia, también es presente. La increíble gesta que protagonizaron los balleneros vascos hace casi cinco siglos podrá ser revivida cuando la factoría marítima Albaola, situada también en Pasaia, concluya la reconstrucción de la nave San Juan con métodos tradicionales, para tratar de alcanzar de nuevo las costas de Terranova. La labor de Albaola también ha sido avalada por el patrocinio oficial de la Unesco, que ha valorado la "autenticidad" del trabajo que se está llevando a cabo en la factoría de Pasaia.

La firma de todo un pueblo

La presencia del lehendakari en Canadá sirvió para confirmar el orgullo con el que los habitantes de Red Bay sienten sus lazos históricos con los balleneros vascos. La alcaldesa de esta pequeña localidad costera de Terranova, hermanada desde el pasado mayo con Pasaia, asistió a la formalización del acuerdo entre el Gobierno Vasco y Parcs Canadá y entregó a Urkullu un documento que recoge las firmas de todos los habitantes de Red Bay que pidieron a la Unesco la declaración de la estación ballenera como Patrimonio Mundial. Wanita Stone, que es como se llama la alcaldesa, lleva tan a gala sus vínculos con Euskadi que incluso acostumbra a pintarse las uñas con la ikurriña, como mostró orgullosa hace unos días en Ottawa.

Las aportaciones de numerosos estudiosos de la historia vasca y de su fortaleza marítima están permitiendo recuperar un legado que no es menor, ya que se refiere a la memoria de una de las mayores potencias marítimas del mundo en el siglo XVI, si no la mayor. En Euskadi se construían los navíos más grandes, los más avanzados desde el punto de vista tecnológico, y además contaba con algunos de los marinos mejor preparados de Europa. A ello se unía la fuerza y destreza de unos arponeros que eran la elite mundial en la caza de la ballena. Una historia que, como la nave San Juan, merece salir de nuevo a flote.

(publicado en El Diario Vasco el 12-11-2017)



Comentarios

  • Comentario

    Excelente información histórica, que ya conocíamos a medias. Ojalá los historiadores vascos profundisaran más en este tema. Hay también una región de Canadá que incluye en su bandera, la Ikurriña de Euzkadi. Si mal no recuerdo creo que es Miquelón y otra provincia.

    Rodrigo Vega-Gamarra y Cuervo (Bogotá, Colombia), 17/11/2017 22:30

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