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Una historia antártica (1903)

04/06/2003

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(publicado el 4-06-2003 en el sitio web de la Fundación Juan de Garay)

Por Luis Héctor Carranza

A una expedición científica sueca, dirigida por el Dr. Otto Nordenskjold, y del cual formaba parte el alférez de navío argentino D. José M. Sobral e Iturrioz, embarcada en el buque polar ++Antartic++, se la daba por perdida en aguas o tierras del Antártico. Era la época de las grandes exploraciones en ese escenario tan poco conocido y, prácticamente, una de las grandes incógnitas para el hombre del fin de siglo.

El mundo entero teme por la suerte de los exploradores. Varias sociedades científicas europeas claman por que se ayude a quienes, se sabe, sucumbirán si no hay apoyo inmediato.

La Argentina, nación pequeña, en el concierto de la s grandes potencias de la bella época, se decide a emprender su gran aventura antártica. No hay embarcaciones aptas para ese fin. Se debe buscar entre las que se poseen y adaptar la que se elija para tan magna tarea. La elección recae en la corbeta Uruguay, que se halla en situación de desarme.

Inmediatamente se inician los trabajos de transformación, y se designa a teniente de navío Julián Irizar comandante de la nave, cuyo alistamiento debe quedar finalizado antes de setiembre.

La tripulación, elegida y veterana, totaliza apenas 22 hombres, un mínimo imprescindible para poder asegurar un nivel logístico inicial que permitiera la permanencia de por un año en el Antártico.

El 8 de octubre de 1903 zarpa de Dársena Norte, previo discurso de despedida, que, desde la cubierta, dirige la tripulación el presidente de la República general Julio A. Roca. El 1 de noviembre deja Ushuaia, cruza el Drake, y arriba el 6 de ese mes a cabo Seymour. El día 8 encuentra en la zona a dos integrantes de la expedición. El comandante Irizar decide dirigirse, con un oficial de su buque, a Snow Hill (isla de Cerro Nevado), quedando la Uruguay a cargo del segundo comandante.

En Snow Hill, Irizar encuentra al Dr. Nordenskjold, al alférez Sobral y al resto de la expedición sueca. El encuentro es emocionante, pero aún no se conoce la suerte corrida por el capitán Larsen y su buque, el Antartic, y la tripulación del mismo. Cuando se pensaba ya en retornar a cabo Seymour y reembarcarse en la Uruguay, arriban Larsen con su gente, quien informa de la perdida total de su buque. Los náufragos del Antartic y el personal de la expedición sueca embarcan en la Uruguay el 10 de noviembre. El día 12 se zarpa hacia Santa Cruz arribando el 22. Desde allí se lanza al mundo la noticia del rescate. El 2 de diciembre de 1903 la corbeta Uruguay(1) arriba al puerto de Buenos Aires.

El regreso triunfal del pequeño y valiente buque fue apoteótico y dio lugar a una explosión de entusiasmo del pueblo, pocas veces igualada, que en mil formas expresó si adhesión a sus arrojados tripulantes. El teniente de navío Irizar es ascendido a capitán de fragata y condecorado por el rey de Suecia por su acción. Belisario Roldán pronuncia un discurso, pieza oratoria modelo en su tipo, y el pueblo todo se adhiere a la celebración.

Una de esas innumerables demostraciones fue la ofrecida por la colectividad baskongada. La revista ilustrada La Baskonia del 20 de diciembre de ese año, narraba el homenaje efectuado:

Celebróse el 10 del corriente el banquete que la colectividad baskongada ofreciera al señor capitán de fragata Irizar. Fue un acto que atestiguó con elocuencia el noble sentimiento de nuestra colonia, que no podía permanecer impasible ante la obra dirigida por un vástago euskalduna.

Hicieron uso de la palabra, entre otros, el presidente de la sociedad Laurak-Bat, Sr. José M. de Larrea, que ofreció el banquete, el comandante Irizar, el Dr. Pedro Mohorade, el Dr. Jorge Echayde, el alférez de navío Sobral e Iturrioz(2) y el Dr. Tomás Otaegui. El primero de los oradores hizo entrega al capitán Irizar de la medalla que la sociedad Laurak-Bat mando acuñar en su obsequio.

La nota verdaderamente animada y atrayente, la dio nuestro estimado amigo don Francisco Mendizábal, que en un bazkuenze correcto y expresivo, tuvo frases oportunas que produjeron verdadero entusiasmo, al punto de levantarse el comandante Sr. Irizar para abrazar efusivamente a tan franco y simpático coterráneo.

El Sr. Irizar, que se honra de ser hijo de gipuzcoanos, ya que sus padres nacieron respectivamente en la villa de Oñate(3) y en Villareal de Zumarraga, no olvidará las pruebas de estima que supo captarse de los distinguidos baskongados que le ofrecieron fiesta tan sincera. El Dr. Gorrochategui, médico de la corbeta Uruguay, manifestó a un grupo de amigos, que se enorgullecía que en sus venas corriera sangre bizkaina, siendo su padre natural de Bilbao y su madre de Bermeo.

El banquete tuvo fin con declaraciones fraternales, llenas de sinceridad que sirvieron para evidenciar, una vez más, la estimación mutua que existe entre los argentinos y los descendientes de Aitor.

La medalla entregada al comandante Irizar(4) contiene:

Anverso. Leyenda: GUIDONTZI ++URUGUAY++ KO ADINTARI JULIAN IRIZAR JAUNARI. BILKOTI ++LAURAK-BAT++-EK. En el campo: entre ramas de laurel y roble entrelazadas, escudos argentino y Lauburu.

Reverso. Leyenda: JOAIR DOAITEA ++ANTARTIC++-ARI LAGUNTZEKO * Buenos Aires 1903 *. En el campo: con proa a la izquierda el buque La Uruguay sobre le agua y témpanos de hielo.


Notas

(1) Por decreto 3968/67 fue declarada monumento histórico. En uno de sus Considerandos se expresa: -Que en 1903 cumple su hazaña más memorable al mando del capitán Julián Irizar, cuando auxilió a la tripulación del ?Antartic? que a las órdenes del sabio Otto Nordenskjold se hallaba aislada en los hielos antárticos, convirtiéndose por ello en el símbolo de la soberanía argentina en aquellas tierras australes.

(2) Ascendencia vasca, por línea materna

(3) Allí se halla el santuario de Ntra. Sra. De Arantzazu. En nuestro país el virrey Sobremonte, y por deseo de su esposa, doña Juana Larrazabal, denominó así a la iglesia de San Fernando (Provincia de Buenos Aires), pueblo que él fundara en 1806.

(4) El vicealmirante D. Julián Irizar nació el 7 de enero de 1869, ingresó a la Escuela Naval el 8 de marzo de 1884 y se retiró el 8 de enero de 1932. Falleció el 17 de marzo de 1935.

Bibliografía

C.N. Pablo Arguindeguy: Apuntes sobre buques de la Armada Argentina

C.N. Humberto Burzio: Armada nacional, reseña histórica...

La Baskonia, Revista ilustrada No. 368 (1903)

Fuente: Euskaldunak- Los Vascos Año IV N° 9 Abril de 1998


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