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Lima, Perú. La Euskal Etxea de Lima y la delegación de Euskadi en Chile y Perú fueron las entidades organizadoras de la exposición sobre los 75 años del Bombardeo de Gernika que ha podido visitarse en la Sala Rímac de la capital peruana. La muestra estuvo compuesta por paneles con fotografías, relatos y mensajes alusivos a la tragedia y, según explica a EuskalKultura.com el presidente de la euskal etxea limeña, Raúl Noblecilla, "resultó por ejemplo impresionante la comparación (de las fotografías) de la villa antes y después del bombardeo". 

La inauguración de la muestra reunió a autoridades locales, gentes del mundo de la cultura y miembros de la comunidad vasca. Entre ellos estuvo la delegada del Gobierno Vasco en Chile y Perú, Ana Urchuegía; el presidente de Euskaletxea de Lima, Raúl Noblecilla, el embajador español Juan Carlos Sánchez Alonso y Monseñor Miguel Irizar, Obispo emérito de Yurimaguas y el Callao.

La presentación corrió a cargo de Pedro Pablo Alayza, de la Gerencia de Cultura de la Municipalidad Metropolitana de Lima. Por su parte, la delegada Ana Urchueguía habló del significado de la muestra considerando a Gernika como un símbolo de la paz y de la libertad.

[Representantes institucionales de las entidades involucradas, entre ellos Jon Guarrochena (segundo por la derecha), superviviente del bombardeo (foto LimaEE)]

[Aspecto de la sala Limac durante la inauguración de la exposición sobre el Bombardeo de Gernika (foto LimaEE)]

Testigo directo

La intervención más emocionante de la inauguración, sin embargo, fue la de Jon Guarrochena, superviviente del bombardeo. "Era un niño de tres años que había acudido con su madre al tradicional lunes de mercado y también a ver a dos hermanas mayores que vivían en Gernika", cuenta Raúl Noblecilla. "Era un día claro", dice Jon, "cuando a media tarde los Heinkel He 111 comenzaron a soltar sus bombas, luego los K-88 sembraron sus bombas explosivas e incendiarias. La tarde se tiñó de oscuridad y sangre".

Guarrochena reconoció que por su corta edad no fue consciente de lo que sucedía: “Yo era ajeno a todo, pero sé que para mi amatxo fue terrible y no lo pudo olvidar en toda su vida.” La destrucción fue de un 70%, apunta Noblecilla. Durante su exposición, Jon Guarrochena estuvo visiblemente emocionado, siendo ovacionado por los asistentes. ¿Cuánta gente murió?, se preguntó Jon, a lo que respondió con las palabras del periodista inglés Steer, corresponsal de The Times: “Para el pueblo de Gernika no fue cuestión de cifras, sino el terror inconmensurable e infinito”.

Participó el Coro de Euskaletxea de Lima, que entonó “Gernikako Arbola”, “Txoria Txori” y “Agur Jaunak”.