Nueva York, EE.UU. A sus ochenta años, el órgano de la iglesia de Our Lady of Refuge de Brooklyn llevaba décadas sin emitir ningún sonido, por culpa de la corrosión provocada por el polvo y la humedad. Sus responsables del instrumento han dedicado mucho esfuerzo y dinero a su restauración, "pero ha merecido la pena", señalan. “Han llevado a cabo un trabajo formidable”, refiere Aramendi. “Es un instrumento precioso, tiene un sonido con muchísimos colores y registros, se puede tocar cualquier cosa, barroco, romántico, moderno…”.
En la actuación del domingo, la oriotarra se inclinó por sonidos más románticos, “porque suenan muy bien en ese órgano”. Interpretó piezas de Franz Liszt y Johannes Brahms, pero también de Charles Tournemire y Johan Sebastian Bach. “Elegí esas obras porque me gustan y porque, a pesar de ser complicadas de tocar, resultan muy agradables para el oyente”, puntualiza. ‘Funérailles’, ‘O Mensch, bewein dein Sünde gross, BWV 622’, ‘Fantasie et fugue sur le choral ‘Ad nos, ad salutarem undam’’, ‘O Welt, ich muss dich lassen’, ‘Cinq Improvisations pour Orgue’… La instrumentista llevó a cabo un precioso recorrido a través de la historia de la musica.
“Ha sido una experiencia increíble. Me han hecho sentir como en casa, la iglesia estaba llena y me han pedido que vuelva”, manifiesta la artista. También quiere subrayar el apoyo recibido por el encargado del instrumento de la iglesia, Joe Vitacco, y por el Padre Perry, pastor del centro. “Estoy muy contenta. Además, he podido visitar muchos otros órganos. Me voy a casa con una gran sensación, llevándome un pedacito de aquí en el corazón”.
El órgano de Donostia-San Sebastián
Aramendi es la organista titular de la Basílica de Santa María del Coro, en la capital guipuzcoana. Una organización trabaja para la restauración del valiosísimo instrumento, construido en 1863 por el prestigioso Cavaillé-Coll. “El órgano necesita ser reparado”, indica la maestra, para lo cual, según los cálculos, harán falta unos 600.000 euros. “En estos momentos se está en los primeros pasos del proceso, porque también hay que pensar muy bien quién y cómo llevará a cabo la restauración. Se necesita mucha ayuda”.
Es por ello que, antes del recital de Nueva York, Dominique Perarnaud, marido de Aramendi, ofreció una charla sobre la situación del órgano donostiarra. En palabras de Aramendi, “es muy importante que (quienes nos movemos en el mundo del órgano) trabajemos en conjunto. Debemos compartir las experiencias de restauración”, finaliza, mientras disfruta de sus últimas horas en la Gran Manzana.