por J. A. Rementeria<br><br>
El cocinero debarra Oskar Urzelai, pese a su
juventud, ha recorrido mucho mundo. A sus 30 años
se ha convertido en un embajador más de la cocina
vasca. Es un viajero incansable y hace unos meses, en pleno verano, inauguró su propio
restaurante, El Sol, en la lejana Singapur. Antes de llegar a Singapur trabajó en San Sebastián
con su maestro y amigo Martín Berasategi. Luego, se trasladó a Madrid y formó parte la
plantilla de cocineros del Zalacain. De Madrid se fue al restaurante Galerna de Barcelona.
Después quiso abrir sus fronteras y decidió pasar el ++charco++ para afianzarse en Cuba y
República Dominicana y, finalmente, tras una estancia en Inglaterra, finalizar su su periplo
viajero en Singapur.<br><br>
No cabe la menor duda de que es un trotamundos, pero confiesa que siempre ha tenido
curiosidad por descubrir el continente asiático, motivo fundamental por el que se decidió a
instalarse en esta tierra, «pienso que tiene mucho misterio, siempre me ha resultado
interesante su milenaria civilización y cultura, era una atracción que quería satisfacerla.
Nunca antes había estado en Singapur, tenía algunas nociones de la cocina del sur de Asia,
pero no en concreto de Singapur».<br><br>
Oskar Urzelai confiesa que en su restaurante, sito en la zona centro de Singapur capital en
Goodwood Park Hotel, va a elaborar cocina vasca y mediterránea, «porque creo que tendrá
aceptación en un país cálido. Me ha encantado la ciudad porque es muy cosmopolita. La
apertura ha sido un poco complicada, como todo comienzo, pero estamos al cien por cien.
Tengo un equipo maravilloso y estoy orgulloso de él. En mi caso, estoy acostumbrado a
trabajar lejos de Euskalherria, mi capacidad de adaptación es fácil, es una circunstancia que
no me preocupa en demasía. Creo que las culturas te enseñan a ver la vida con otra
perspectiva».<br><br>
Compra en Europa<br><br>
El cambio cultural es sustancial y Oskar Urzelai debe trabajar con versatilidad para ganarse
la confianza de los clientes, «porque les gusta probar nuevas gastronomías y, sobre todo, son
gente que les encanta comer en pequeñas cantidades y gran variedad de platos y, por
ejemplo, los pinchos que tengo han tenido una muy buena aceptación. He decir que he tenido
muchos problemas para encontrar productos de calidad, ya que casi todo viene de Australia o
Nueva Zelanda pero éstos no me convencían y, finalmente, he optado por traer de Europa y se
nota la diferencia, trabajo mucho mejor».<br><br>
«No suelo mezclar cocinas ni tendencias, quiero que la
gente venga a mi restaurante a comer cocina vasca y mediterránea, aunque esto no quiere
decir que no me interesa la gastronomía singapureña, sino todo lo contrario, estoy
aprendiendo mucho de la cocina autóctona. La cocina de Singapur es muy rica, se trata de
una ciudad cosmopolita con diferentes gastronomías como la china, tailandesa, malaya o
india y muchos restaurantes italianos y franceses. Lo más sorprendente para mis clientes son
los pintxos, es una degustación que les encanta. A mi casa vienen muchos turistas y gente
de negocios, pero mi mayor clientela son los japoneses». La leche frita con gelatina de canela
acompañado de intxaur salsa y el hígado de pato sobre tumbet mallorquín con salsa de
pimientos asados y aceite de vainilla, son las recetas más demandadas en el restaurante ++El
Sol++ de este joven debarra que aporta su grano de arena para universalizar nuestra rica
gastronomía.<br><br>
(publicado el 30/11/2002 en El Diario Vasco)