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Buenos Aires, Argentina. Para mucha gente que comienza a estudiar euskera en las euskal etxeas de la Diáspora poder viajar a Euskal Herria a escuchar y hablar la lengua vasca es un anhelo, un deseo, un proyecto. Este grupo de amigos tuvo ese proyecto y fue por más hasta convertirlo en realidad, no una sino dos veces.

El grupo de alumnos de euskera que se conoció en Euskaltzaleak en el año 2002, realizó su primer viaje a Euskal Herria en el 2007. Entusiasmados con lo vivido, al volver comenzaron a planear esta nueva aventura. Y si bien el grupo original se redujo, el espíritu de camaradería, y de amor por lo vasco se mantuvo y sigue intacto. Para los responsables de Euskaltzaleak que Roberto Aguirre, Andrés Jaunsolo, Sylvia Sáenz, Carlos Saharrea y Elsa Usandizaga compartieran el pasado viernes su experiencia con toda la gente reunida en la sede del euskaltegi fue la mejor manera de celebrar el día del amigo.

Recorrido y excursiones

Cada uno de los viajeros contó un aspecto del viaje. A modo de introducción y valiéndose de un mapa, Andrés dio detalles del circuito recorrido durante las tres semanas, unos 4000 kilómetros. Carlos, por su parte, describió las excursiones realizados, entre ellas, visita a las Grutas de Oxozelaia, las Cuevas de Santimamiñe, Balmaseda, Encartaciones, el Roncal, el Tren de Larrun, el nacedero de Urederra, la feria de Ordizia, Salinas de Añana, la fabrica de armas de Orbaizeta, San Miguel de Aralar, los dólmenes de Álava y el Museo del Ferrocarril de Azpeitia, por mencionar algunas.

Sociedad, arte y gastronomía 

En el caso de Elsa, si bien es socióloga, prefirió hablar desde otra perspectiva, desde el lugar de una persona que fue criada "en el convencimiento de que el Pueblo Vasco debe ser libre e independiente, y que ante todo deben respetarse sus derechos”, asegura. “Por eso", dijo,"no esperen de mi parte que sea objetiva en absoluto”. Con esta introducción Elsa contó distintos movimientos y manifestaciones sociales que fue palpando durante el recorrido por las diferentes localidades vascas.

Roberto Aguirre habló sobre las expresiones artísticas de Euskal Herria: pintura, arquitectura, palacios, iglesias, pueblos… También de la música y de los músicos del país. Y para terminar, antes de pasar a los pintxos de la noche, recayó en Sylvia Sáenz la presentación del recorrido gastronómico. Sylvia elogió sobre todo los quesos de Idiazabal y del Roncal, así como los vinos. Contó cómo fue una cena popular –herri afaria- en la plaza de Ordizia y un campeonato de tortilla en Uharte Arakil.

'El euskera nos abrió más de una puerta'

Roberto, Andrés, Sylvia, Carlos y Elsa forman parte de Euskaltzaleak desde hace años y sin duda son hoy día algo más que alumnos de euskera. Han sido, de hecho, integrantes de la Comisión Directiva de la institución. Pero no olvidan que todo esto empezó cuando se acercaron al euskaltegi atraídos por la curiosidad o la necesidad de familiarizarse y aprender la lengua de sus orígenes. El grupo asevera que experiencias como la del viaje dejan bien claro que el esfuerzo desarrollado durante años en el estudio del euskerase llegó a convertirse en motivo de orgullo y en ‘llave preciosa’ que les abrió más de una puerta.

“Acá, en el día a día de Euskaltzaleak, venir a clase de euskera, hablar o escucharnos practicar nos parece algo común, y no nos deja darnos cuenta de la dimensión que tiene lo que hacemos. En este viaje pudimos sentir que el euskera marca diferencia. Lo que nos pasó en el astillero de Pasaia es un claro ejemplo: llegamos al mediodía y estaba cerrado pero golpeamos la puerta y salió un señor con ‘cara de pocos amigos’. Era su hora de almuerzo y lo habíamos interrumpido. Cuando le hablamos en euskera y le dijimos ‘barkatu’, explicándole que éramos argentinos y uruguayos (Sylvia y Andrés son de Montevideo), le cambió la cara y la actitud. Enseguida estábamos adentro, recorriendo el lugar. Les sorprende mucho que hayamos aprendido euskera viviendo tan lejos, no lo pueden creer y lo aprecian vivamente. Y para nosotros constituye un orgullo, por lo que conseguimos con nuestro euskera y por la institución a la que representamos”.