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Cerca de 50.000 personas renuevan su compromiso con la Virgen de Begoña en el día de su celebración; la voluntad más repetida a la Amatxo era salud para la familia y paz (en Deia)

12/10/2005

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Gessamí Forner/Bilbao. El 11 de octubre es el día de la Virgen de Begoña. Ése, no se cansan de repetir los vizcainos, es la data verdadera. Por eso 50.000 personas renovaron ayer su compromiso con la Amatxo y acudieron a la basílica de Begoña para pedirle salud y paz. Los que tuvieron suerte, aproximadamente una quinta parte, lograron asistir a una de las diez misas que ofició el párroco Jesús Garitaonandia.

Poco queda ya de la tradición de acudir andando desde cualquier parte a la basílica, eso sí es más propio del 15 de agosto. Algunas mujeres de cierta edad que acudieron a la romería convocada por la Hermandad de Begoña, a las ocho de la noche en la plaza Arriaga de Bilbao, se quejaron de las agujetas que aseguraban hoy les saldrán por subir a pie los 311 peldaños de las Calzadas de Mallona.

La Hermandad oficializó en 1993 la romería que desde 1903 se ha llevado a cabo espontáneamente. Dicen los ancianos que cuando los niños llegaban a la basílica recibían una onza de chocolate y un mendrugo de pan. Para conmemorar la añeja tradición en su etapa más contemporánea, se repartieron entre los más pequeños 10.000 chocolatinas. Para los adultos hubo 5.500 pañuelos morados, «muy pocos», a juicio de Pepe Rocandio, miembro de la cofradía impulsora del evento.

Los niños son uno de los protagonistas de la jornada con actividades pensadas para exclusivamente para ellos: el gargantúa, hinchables, gigantes y cabezudos. Ocho autobuses de escolares acudieron a la basílica para pasar la mañana. No sólo jugaron, también pintaron dibujos en los que Amatxo era protagonista y fuente de inspiración. El mejor de todos, explicó María Jesús Fernández, se llevará una bicicleta, como el ganador del año pasado, también verá recompensado su trabajo con la estampación de la obra en las tarjetas de Navidad de la Hermandad.

El párraco de Begoña apreció la cálida respuesta de los vizcainos y visiblemente emocionado caminaba a zancadas por la sacristía intentando atender a todas las personas que le inquirían. «Lo que importa hoy es transmitir que aquí hubo un pueblo que en la edad media abrazó la fe cristiana y le obsequió con una bonita escultura del siglo XIV», en referencia a la imagen de madera policromada de la Virgen de Begoña.

«Lo más bonito de todo es que siendo un día de labor la iglesia ha estado en todo momento llena a rebosar porque la gente quiere rendirle homenaje a la Amatxo», concluyó, lo más pausadamente posible, Garitaonandia antes de la misa de las siete de la tarde.

El templo tiene cabida para 600 personas sentadas y 400 de pie. No permaneció vacío ni un momento. El ir y venir de la gente era constante y coger una buena posición para escuchar las palabras del párroco y el obispo auxiliar se convirtió en un objetivo complicado. Las Calzadas de Mallona también registraron un trasiego incesante durante toda la jornada. La media de edad de los fieles rondaba los 60 años, pero a medida que avanzaba la tarde y concluía la jornada laboral, otros más jóvenes tomaban el relevo en el homenaje a la Amatxo.

Las rosquillas de anís, típicas de la jornada de ayer, fueron todo un éxito de ventas. Aunque se está perdiendo la tradición de ensartarlas con una vara de laurel. Los pasteleros aseguran que al atravesar los envoltorios de plástico se pochan las galletas. Antes, la vara servía de soporte, aportaba el olor característico del árbol y luego se colgaba en las puertas de las casas para ahuyentar los malos espíritus.


UNA TRADICIÓN CENTENARIA

En el año 1903 aparece la primera constancia de una romería a la basílica de Begoña el día de su celebración. Por entonces, se regalaba a los niños una onza de chocolate y una onza de pan. En 1993 la Hermandad de Begoña quiso recuperar la tradición, que hasta entonces se había llevado de manera espontánea, y la oficializó con una pequeña romería.


REACCIONES EN LA ROMERIA

María Begoña Fernández, Cristina Lanbarri y Maite N. Nieto:

«El día de la Amatxo se celebra hoy, el 15 de agosto es para todas las vírgenes»

«Nos gusta la Amatxo, somos del barrio de Begoña y una de nosotras lleva su nombre. Sería raro si no estuviéramos aquí, ¿no? A la Amatxo le pedimos salud, sobre todo para las que tenemos familiares enfermos, y paz para todo el mundo. La Virgen es un símbolo muy especial para cada una de nosotras y, además de ser la patrona de Bizkaia, también lo es para el resto de Euskadi. Venimos a homenajearla hoy porque esta es su fecha verdadera, el 15 de agosto son todas las vírgenes. El día de la nuestra es hoy».

Marian Fulgencio y Toñi Fernández:

«Hice coincidir el día de mi boda con la Virgen de Begoña porque así lo quiso mi padre»

«Para Toñi es la primera vez que está aquí y sustituye a su Virgen de la Alegría de su pueblo natal en Andalucía. Para mí es la Amatxo, no hay otra. He subido a la basílica desde que la Hermandad empezó a organizar la romería desde la plaza Arriaga. Yo me casé tal día como hoy por mi padre, que quería que coincidiese con la Amatxo y justo hoy ha nacido una sobrina. Por ella le pedí a la Amatxo, para que todo saliera bien en el embarazo y el parto, y así ha sido. Pero no se llamará Begoña, recibirá el nombre de Maider».

Luis María Peral:

«Es cierto que no voy a misa, pero creo en la Amatxo y no me pregunte por qué»

«Llevo subiendo en romería los once años que se ha organizado. Para mí la Virgen los es todo. A la Amatxo le pido tranquilidad y a ella me encomendé, y me salió bien, en tres ocasiones. Una de ellas fue cuando marché a la mar. Es cierto que no voy a misa, pero creo en la Amatxo y no me pregunte por qué. Por la mañana no he podido ir a la ofrenda floral de los txikiteros en el edificio de La Bolsa del Casco Viejo, pero después me reuniré con los amigos para tomar unos potes. ¿Qué más puedo decir? Para mí la Amatxo es la devoción».


FLORES PARA LA AMATXO

Gessamí Forner/Bilbao. La Amatxo de Begoña recibió docenas de presentes en forma de ramos de flores de parte de sus admiradores los txikiteros. Los txikiteros festejaron ayer a la Amatxo de Begoña con una ofrenda floral en la hornacina del edificio de La Bolsa del Casco Viejo. A las once de la mañana, hora del acto oficial, le obsequiaron con la primera docena de ramos, poco a poco, el número fue aumentando. Y entre los presentes, el Gremio de Pasteleros repartió 800 raciones de tarta.

El popular recitador de bilbainadas, "Petisu", hizo una excepción en su repertorio y cantó el Ave María de Gudnon. A diferencia de los años anteriores, ayer no se contó el caudal de la hucha de la virgen de Begoña. Los txikiteros prefieren esperar hasta la semana que viene para recabar más dinero, señalaron. La donación se destinará para apadrinar niños.

Después del homenaje a la Virgen de Begoña, los txikiteros se tomaron «dos o tres potes» por las Siete Calles y volvieron a repetir aquello de que «el txikito es cultura», no embriaguez. «Se trata de fomentar las relaciones de amistad, de reunirse con la cuadrilla, y eso sigue vivo. Los jóvenes tomarán kalimotxo, cerveza o mosto, pero siguen manteniendo el gusto por conversar con los amigos en la calle», explicó convencido "Petisu".

Los alumnos de la Escuela Profesional de Pastelería fueron los encargados de cocinar las 80 tartas de la Amatxo de Begoña que se repartieron ayer. La receta nació en 1980 en un certamen convocado por el gremio al que se presentaron cien participantes. Desde entonces, la receta ganadora está patentada, pero la jefa de estudios de la escuela, Xelo Parrón, desveló las líneas maestras del pastel: un delicioso montaje de tres capas de bizcocho que compuesto por una vuelta de praliné con barquillo en trozos, una capa de nata, el bizcocho emborrachado con Cointreau o ron, praliné con mantequilla. Todo ello, bañado con una fina capa de trufa. Con azúcar glas se dibuja la reveladora silueta de la basílica de Begoña.

Maite Zorrilla fue una de las personas que acudió al homenaje, «como todos los años», añadió ella. Por la tarde, avanzó cuando todavía era mediodía, acudiría a la basílica para pedirle a la Amatxo «esas cosas que sólo ella te da».

Un año más, una tradición antigua ha conseguido pervivir en la sociedad. Es más, cada año se percibe el mismo orgullo en los fieles de la Amatxo cuando hablan de ella. Es por eso que ayer, las flores más bonitas se las regalaron a ella.

(publicado el 12-10-2005 en Deia)


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