Celebran mañana el Día del Auzolan; vecinos de Lizoain continúan con esta forma vasca de trabajo comunitario

Una veintena de vecinos de la localidad navarra de Lizoáin, agrupados en la Sociedad Ripakoa, han trabajado más de 2.100 horas en los últimos tres años en la recuperación de fuentes, lavaderos y otros pequeños elementos del patrimonio del valle. La recuperación del patrimonio tiene por objeto 'transmitir a las nuevas generaciones nuestra historia, el saber y forma de vida de nuestros antepasados' y recuperar la tradición del auzolan, el trabajo vecinal, una actividad solidaria que aporta cohesión a las comunidades'. Para celebrarlo han organizado mañana sábado la segunda edición del Día del Auzolan, que se celebrará en las localidades de Uroz y Beortegui.

La llegada de la electricidad al valle de Lizoáin en los años veinte del siglo pasado supuso un drástico cambio en el abastecimiento de agua a estos núcleos rurales y, consiguientemente, el abandono de fuentes y lavaderos. El paso del tiempo fue degradando estas sencillas construcciones que poco a poco quedaron cubiertas por la vegetación, atascadas sus canalizaciones y derruidos muros y tejados. A la vista de esta situación, la Sociedad Ripakoa, con el apoyo del Ayuntamiento de Lizoáin, inició una labor de recuperación de estos elementos del patrimonio local ligado al agua mediante la fórmula del auzolan, que también se había abandonado.

En el año 2003 se desarrolló la primera fase del proyecto con la recuperación de la fuente y el lavadero de Yelz. Doce voluntarios trabajaron 600 horas en 26 jornadas, fundamentalmente en fines de semana y días festivos, para rehabilitar esta construcción con un apoyo económico de 7.000 euros del Gobierno de Navarra. En 2004 y 2005 se ha desarrollado la segunda fase, que ha consistido en la recuperación de la fuente de Uroz, la fuente y el lavadero de Beortegui, la fuente de Zunzarren y el nevero de Lerruz. En estos dos años, veinte voluntarios han trabajado a lo largo de 79 jornadas invirtiendo un total de 1.538 horas. En esta ocasión los fondos han llegado a través de Cederna-Garalur (4.000 euros en 2004 y 7.000 en 2005) y la Fundación CAN, que ha aportado 1.800 euros cada uno de los años.

Conservar y transmitir el patrimonio cultural

Ripakoa aglutina a un grupo de vecinos del valle y pretende 'dinamizar y movilizar los limitados recursos humanos existentes para la consecución de fines comunitarios'. La recuperación del patrimonio tiene como objetivo 'transmitir a nuestros descendientes esta historia, escrita en piedra y agua, de saber y forma de vida de nuestros antepasados', al tiempo que se recupera el auzolan, un trabajo vecinal 'donde se intercambian técnicas, se aprende de los mayores, se mitigan rencores y se refuerzan lazos entre autónomos y allegados', explica Lourdes Escribano, vicepresidenta de la sociedad.

(publicado el 08-12-2005 en Diario de Noticias de Navarra)

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[Auzolan es un término en euskera que significa trabajo vecinal]

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