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Bilbao, Bizkaia. La Asociación Sancho de Beurko Elkartea ha hecho pública la identidad de la primera mujer nacida en Euskal Herria que sirvió en el Ejército de Estados Unidos durante la Segunda Guerra Mundial (SGM). Se trata de la alavesa Cecilia Corcuera Berasategui, nacida en Araia-Maeztu en 1916.

Junto a la catalana Carmen Arabia i Gironés, nacida en Sant Feliu de Guíxols (Girona) en 1905, son hasta la fecha las dos únicas mujeres nacidas en el Estado español y veteranas del Ejército norteamericano en la SGM. Tanto Corcuera como Arabia emigraron a Estados Unidos a una temprana edad con sus padres. Cecilia se crio en la ciudad neoyorquina de Ámsterdam, y Carmen en el barrio de Brooklyn en Nueva York. Con una diferencia de tres semanas se alistaron en la primavera de 1943 en el Cuerpo de Mujeres del Ejército, creado un año antes, y que llegó a estar formado por 150.000 mujeres.

Los autores del artículo “¡Esta es también mi guerra!” en el que se recoge la historia de Corcuera y Arabia, y directores del proyecto “Fighting Basques: Memoria de la SGM”, Pedro J. Oiarzabal y Guillermo Tabernilla, reivindican la labor esencial que desempeñaron las mujeres durante la guerra. “La inclusión de la mujer en la maquinaria de guerra americana, tanto civil como militar, fue excepcional pero determinante en el devenir de la contienda”. Los investigadores “confían que el futuro nos desvele el nombre de otras muchas compañeras de armas de Corcuera de origen vasco, nacidas en Euskal Herria o en EEUU, que participaron en la SGM”.

El pionero proyecto “Fighting Basques”, auspiciado por la Organización Vasca de Norte América (NABO), estudia las experiencias de los emigrantes vascos de ambos lados de los Pirineos y sus descendientes (hasta un segundo grado) con el objetivo de profundizar en el conocimiento sobre la participación de minorías, como la vasca, en la SGM. El equipo de investigación de “Fighting Basques” ya ha completado más de 800 biografías de veteranos de las fuerzas armadas estadounidenses de origen vasco, profundizando en la historia y memoria de las comunidades vascas de EEUU y de Euskal Herria. “Un reto sin igual, teniendo en cuenta que hasta hace bien poco”, comenta Oiarzabal, “la historiografía vasca solo reflejaba la existencia de un puñado de veteranos de origen vasco en EEUU, con un claro carácter anecdótico, y que a la vista de los resultados del estudio cae por su propio peso”.