Buenos Aires, Argentina. Han pasado por muchas euskal etxeas, si bien hoy nos referiremos a algunas de sus visitas argentinas. En algunos lugares les esperaban con ansiedad desde hace semanas. En otros, aparecieron sorpresivamente. Olentzero y su amiga pastora Mari Domingi iniciaron a principio de diciembre su recorrida por Argentina. Cantaron, bailaron, brindaron, recogieron pedidos y repartieron algunos dulces y mucho carbón y recrearon, a más de 10.000 kilómetros, una de las tradiciones navideñas de Euskal Herria.
En Macachín, celebraron el fin de un año con una cena en el gimnasio de Euzko Alkartasuna el sábado 7 de diciembre. Además del espectáculo brindado por el grupo de dantzaris Gure Ametza, la fiesta contó con la presencia de Olentzero y Mari Domingi, personificados por Iosu Pacha Iruretagoyena y Antonella Veroli Mujica, directores de los grupos de Txikis y Gazteak. La aparición de la pareja fue toda una sorpresa que dejó con la boca abierta a los presentes, sobre todo a los adultos. Los txikis, sin embargo, confía a EuskalKultura Iosu Olentzero, “sabían a qué íbamos, quiénes éramos y por qué estábamos ahí”, ya que lo habían repasado en los talleres culturales realizados a lo largo del año. Repartieron caramelos para todos, y tan grande fue el éxito que el 24 de diciembre Olentzero y Mari Domingi regresarán al frente de la euskal etxea para contarle a toda la gente de Macachín la leyenda del carbonero y su amiga, y repartirles nuevos trozos de carbón dulce.
En Aberri Etxea de Viedma y Patagones la aparición del mítico dúo también se dio en el marco de la fiesta por la despedida del año, en este caso el sábado 14 de diciembre, de la mano del grupo de euskera. Los villancicos fueron la antesala de su aparición, y una treintena de txikis recibieron las frutas que Mercedes López Cristeche e Imanol Basterra —Mari Domingi y Olentzero respectivamente— repartieron en la calle, frente a la Euskal Etxea. Antes de despedirse, cantaron y bailaron junto al coro Lagun Onak, el grupo de dantzaris de Aberri Etxea, txikis, familias y amigos allí reunidos.
Olentzero y Mari Domingi en Macachín, Edgardo “Cacho” Carricart, Olentzero en Necochea y la mítica pareja en Viedma
En Chascomús, el anuncio de la llegada del Olentzero despertó en los y las txikis gran ilusión, tan es así que fueron ellos mismos los responsables de decorar el salón y el frente de la Euskal Etxea con los tradicionales colores navideños, y de la ikurriña, para esperarlo. El miércoles 18, Catalina Martínez, directora del grupo de dantzaris txikis, relató la leyenda del carbonero y, al finalizar, comenzaron a llamarlo a viva voz, hasta que este hizo su aparición con su bolsa, repleta de carbón para los adultos y dulces para los pequeños. Cesar Martínez, el Olentzero oficial de Zingirako Euskaldunak, fue recibido con una ovación por una cuarentena de txikis y sus familiares.
En Necochea, como cada año, Olentzero compareció para visitar a los y las txikis de Euzko Etxea, quienes un par de semanas antes habían compartido la película “Olentzero y el tronco mágico”. Personificado por el ex alcalde de Euzko Etxea Edgardo “Cacho” Carricart, Olentzero pasó por la euskal etxea el viernes 13 a recoger las cartas en la que los txikis volcaron sus deseos navideños. Les repartió el carbón dulce y caramelos, y partió con la promesa de regresar en diciembre del próximo año.
En Laprida, la llegada de Olentzero y Mari Domingi se produjo el 8 de diciembre, en el marco del 35° aniversario de la fundación de Lagunen Etxea, tal como relató este boletín en el artículo publicado con ocasión del festejo. Es mucho el trabajo que se les acumula y son muchos los kilómetros a recorrer en poco tiempo. En EuskalKultura hemos intentado ir reflejando esas visitas en nuestra agenda y en los artículos publicados a lo largo de este mes, de acuerdo al material al que hemos tenido acceso y a la información remitida. Agradecemos a la pareja (y a sus alter egos) su labor y sus horas de viaje en cada una de estas y de todas las euskal etxeas de su recorrida por la Diáspora. Eskerrik asko, Olentzero eta Mari Domingi!