'Boga boga' en el Amazonas. El Coro de Cámara Gaztelupe cantó en el Teatro de la Ópera de Manaos y entregó 400 kilos de material escolar y otros regalos (en El Diario Vasco)

Mikel Soro/Manaos (Brasil). Unas cuatrocientas personas, la mayoría nativos de la Amazonia, pudieron escuchar en el Teatro Municipal de Manaos, al borde del inmenso río Amazonas, cantar al donostiarra Coro de Cámara Gaztelupe el pasado domingo día 7. Era curioso ver a tanta gente mulata o de negra piel sentada escuchando a un coro forastero, cuando la única publicidad del evento habían sido unos cuantos carteles alrededor del majestuoso teatro. Aunque si se habla de música en Brasil, la asistencia está casi asegurada. Entre el público, los verdaderos protagonistas fueron los representantes de cuatro asociaciones de escuelas rurales que, con algunos alumnos, acudieron al concierto y a recibir las veinticinco cajas con 400 kilos de material escolar, donados por guipuzcoanos, así como medio centenar de camisetas de la Real Sociedad, regaladas por Deportes Apalategui y nikis y bolígrafos de DV, coordinando el transporte Best Travel, la agencia que organizó el viaje.

El Coro de Cámara Gaztelupe interpretó un repertorio variado, presentado por Mikel Plazaola y traducido al portugués por Armando, un guía colombiano de Manaos. Composiciones sacras como Sancta Maria o Zatoz, y tradicionales vascas como Boga boga, dedicado a los pescadores del Amazonas y a sus familias, Euskalerriko o Festara, además de la jota Viva Aragón, entre otras, interpretadas con mimo y dedicación por Mikel Plazaola, Jesús Santos, Jesús Irigoien, Jesús Mari Jauregi, Jon Garaizabal, Xabier Maresma, Isidro Bengoetxea, Josean Zubeldia, Luis Mari Andonegui, Bruno Iriarte y Paulino Caballero, dirigidos por Jaime Tejadas. Hay que destacar la profesionalidad de Paulino Caballero, quien sufrió el viernes un golpe en su espinilla, que necesitó seis puntos de sutura y atención clínica y, a pesar de las molestias, cantó al nivel que siempre alcanza.

Casi al final, Plazaola pidió a cada uno de los responsables de las escuelas rurales de la Amazonia allí presentes que subieran a compartir escenario junto con media docena de sus alumnos. Primero lo hicieron los de la Casa Mamae Margarita, institución que recoge y educa a niñas abandonadas de la Amazonia. Les siguieron responsables de las escuelas rurales de las comunidades Yarakí, Terra Preta y Tarumá. Poco a poco el centenario espacio se llenó de niños. Muy formales, fueron recogiendo una caja de material escolar que los propios miembros del coro les facilitaban. Este enviado especial les pasó una caja con unos doscientos bolígrafos de DV y, lejos de echar la mano bien abierta, se limitaron a sacar uno cada uno. Todo un ejemplo de saber compartir lo poco que tienen. Mientras tanto, de una bolsa de viaje salían las camisetas txuri-urdiñ que los alumnos y otros niños amazónicos no tardaron en ponerse o colocársela en las rodillas. Era una fiesta musical que terminó siendo una emocionante celebración infantil.

Laila, una responsables de la escuela rural Yaraki, tuvo el detalle de imponer a Jesús Santos, como presidente del coro, y a algunos de sus miembros, un collar realizado con semillas y escamas de pescado del Amazonas.

El concierto del Teatro de Manaos resultó histórico para el Coro Gaztelupe, para el medio centenar de acompañantes guipuzcoanos y los más de trescientos nativos. La imagen era preciosa: el pasillo central lleno de cajas, niños y niñas luciendo la camiseta de la Real Sociedad y curioseando las inscripciones de los bolígrafos de El Diario Vasco.

(publicado el 22-11-2004 en El Diario Vasco)

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