restos de un templo gótico
Bilbao excava en su pasado
Comienza la recuperación de las ruinas del convento gótico del XV El yacimiento de San Francisco podría salir a la luz en enero
JOSÉ MARI REVIRIEGO j.m.reviriego@diario-elcorreo.com
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Para una ciudad como Bilbao, fundada hace 'sólo' 700 años, el descubrimiento de unas ruinas de 500 años de antigüedad puede ser considerado todo un acontecimiento. El hallazgo está enterrado en la plaza Corazón de María, en el barrio de San Francisco. Allí, a unos seis metros de profundidad, el equipo de arqueólogos de la empresa Qark tiene localizados los restos de un convento de estilo gótico que ahora pretenden sacar a la luz. El trabajo, que acaba de comenzar con la ayuda de máquinas excavadoras, será duro, pero gratificante. Ahí abajo puede esconderse una parte olvidada de la historia de la villa y de sus gentes, pues un grupo de antropólogos se ocupará además de estudiar los restos humanos y animales que se encuentren.
La construcción del Convento Imperial de San Francisco comenzó en 1498, seis años después del descubrimiento de América, aunque la bula papal autorizaba ya la edificación en 1475. Los franciscanos, la primera orden religiosa asentada en Vizcaya, pudo establecerse así en un Bilbao que hacía honor a su condición de puerto. Para comprender el alcance de su actividad, basta saber que las vías marítimas con Brujas, hoy en día potenciadas como un gran proyecto, ya eran una realidad entonces. Grabados posteriores permiten ver una incipiente ciudad arremolinada en torno a las Siete Calles y, al otro lado de una ría con arenales en sus meandros, aparece lo que hoy se conoce como Bilbao la Vieja. Sobre una colina, sin construcciones a su alrededor, se alza el convento que esconde parte de esta historia.
El problema es que todo este patrimonio ha sido borrado por capas de escombros. El edificio fue sede militar en las guerras de la Independencia y carlistas durante el convulso siglo XIX hasta su demolición en 1856, fecha en la que se levantó sobre su planta el cuartel Príncipe Alfonso, popularmente conocido como el cuartel de San Francisco, que también pasó a mejor vida. Más cascotes encima. Las últimas edificaciones que han dejado su huella han sido el colegio público, ya derribado y trasladado a Miribilla, y la propia plaza.
El proyecto para construir un aparcamiento subterráneo, promovido por Bilbao Ría 2000, descubrió este legado a finales del año pasado. Tras un sondeo que confirmó la importancia del yacimiento, la sociedad pública paralizó el parking y dio luz verde a la excavación de los restos, tarea encomendada a los arqueólogos de Qark. Saben lo que tienen entre manos, ya que este mismo estudio, con sede en Vitoria, trabaja en la restauración de la catedral de Santa María de la capital alavesa e hizo lo propio en la recuperación de un trozo de la muralla original del Casco Viejo bilbaíno, hallada bajo la iglesia de San Antón.
El yacimiento arqueológico de San Francisco, uno de los más grandes a cielo abierto que se recuerdan en Bilbao, se reparte por una superficie de unos 2.000 metros cuadrados, casi todo el perímetro de la plaza Corazón de María. Hay tantos escombros encima que por eso el recinto está a un nivel superior al de la calle. El trabajo se divide en fases. La primera, que podría terminar dentro de un mes, consiste en la excavación de las primeras capas hasta dar con los restos del cuartel, ya visibles. Se ven muros, que han partido los muretes originales de caliza y arenisca del convento.
A pico y pala
En la siguiente fase comenzará el trabajo más fino, rasqueta en mano, sin olvidar el pico, la pala y la carretilla. Los restos del cuartel desaparecerán de la zona, algo necesario si se quiere llegar hasta la raíz del convento. Al margen de los elementos constructivos, todo lo que tenga valor de la antigua sede militar será recuperado, catalogado y almacenado. En la primera cata ya aparecieron tres monedas de Alfonso XII, cartuchos de fusil y cerámicas. El equipo, formado por diez profesionales, se repartirá entre el trabajo de campo y el laboratorio, éste último clave en la tarea.
Por lo que han podido confirmar, los restos del convento se conservan en buen estado. Los expertos también trabajarán con las últimas tecnologías para recomponer en tres dimensiones por ordenador el puzzle del edificio gótico, según lo que se que vaya encontrando. Por un lado, recuperarán las ruinas y por otro, las piezas sueltas, que serán catalogadas con las siglas CSF (Convento de San Francisco), restauradas y almacenadas en el Museo Vasco Arqueológico y Etnográfico de Bilbao. Si todo va bien, la excavación se completará en enero.
Entonces, las instituciones podrán decidir qué hacer: si construir el parking o mantener un legado que podría insuflar autoestima a un barrio que también busca su regeneración. En ese caso, un programa de visitas guiadas podría atraer a nuevos públicos al vecindario.
Los profesionales prefieren no entrar en la decisión. «Bilbao tiene un patrimonio arqueológico importantísimo», destaca en el tajo el director de la obra, Mikel Neyra. A su lado, el responsable del estudio de arqueología, Leandro Sánchez, sostiene que el hallazgo supone «una llamada de atención»: «que toda la ciudad tenga conciencia de que el subsuelo guarda la historia de Bilbao».<br><br>
(publicado el 30-07-2007 en <a href=http://www.elcorreodigital.com/vizcaya/20070730/vizcaya/bilbao-excava-pasado-20070730.html target=_new>)